Estaba pensando...
Desde hace un buen tiempo que frecuentar redes sociales o intercambiar conversaciones al pasar con algunos amigos o conocidos es una tarea un tanto complicada debido al grado de "agresividad" que se percibe en los interlocutores. No sé cómo pasó, pero de repente actitudes nobles como el arrepentimiento y el perdón, la intención de querer enmendar un error, la paciencia, el esfuerzo, la lealtad, el deseo sincero del bien hacia el otro y tantas otras cosas han quedado en un segundo plano o, peor aún, son actos que llevan a sus protagonistas hasta el ridículo. Son señalados como personas poco apropiadas para este mundo y tiene lugar una exaltación de la venganza, del sentimiento de superioridad ante el otro, de la conciencia de una diferencia intelectual que debe desembocar en la humillación y el desprecio de aquel al que se es superior. Por todos lados leo y oigo frases tales como "Si me traicionas no sabes lo que te espera" o "Sólo los idiotas perdonan", por dar un ejemplo al pasar, sin contar con aquellos que adjudican a sus patologías características de genio creador (un gran ejemplo es el "lector apasionado" que tristemente deviene en escritor y que devora best sellers tras best sellers) Aquel que sufre por amor es blanco de habladurías y de risas, es tratado como un ser inferior por sufrir de una enfermedad por elección. Lo grotesco es tomado como una virtud (por ejemplo personas con actitudes violentas o poco agraciadas son tenidas en cuenta y queridas) y se menosprecia al que pregona el diálogo y pretende seguir con los cánones estéticos clásicos acusándolo de represor (por ejemplo en el caso del que sabe que una mujer esbelta es siempre más hermosa que una mujer obesa) En síntesis: Ya no se puede ser hermosa sin ser tratada de puta o tonta (como si necesariamente las mujeres feas fuesen inteligentes) ya no se puede promover el pensamiento sin ser acusado de padecer incapacidad para "disfrutar" de la vida, ya no se puede amar a quien no nos corresponde sin ser blancos de consejos tales como "No pierdas el tiempo. Sufrir es para estúpidos" ya no es posible sumergirnos tranquilamente en la nostalgia sin que vengan a ofrecernos métodos para ser feliz, ya que esa es la única verdad en el mundo. Ya no se puede ser, ya no se puede estar
¿No les da angustia, pánico, horror todo esto?
Tengo que escoger lo que detesto:
o el sueño, que mi inteligencia odia,
o la acción, que a mi sensibilidad repugna;
o la acción para la que no nací, o el sueño
para el que no ha nacido nadie.
Resulta que como detesto a ambos,
no escojo ninguno, pero, como alguna vez
tengo que soñar o actuar, mezclo una cosa con la otra.