Si tuviera dinero para pagar el pasaje y comprarme alguna ropita, iría a Portugal con ustedes. Debe ser tan lindo.
Eso si. No tomaría té antes de irme a dormir.
Si tuviera dinero para pagar el pasaje y comprarme alguna ropita, iría a Portugal con ustedes. Debe ser tan lindo.
Eso si. No tomaría té antes de irme a dormir.
.
No seamos voceros del terrorismo.
No difundamos sus crímenes.
.
¿Daría un año de su vida por regresar a tiempos pasados?
¿Todavía escucha la canción favorita de ambos?
¿Guarda fotografías o cartas del ser amado?
¿Le cuenta a todo el mundo lo mucho que lo amaba?
¿Los fines de semana sin él (o ella) le parecen interminables?
¿Considera que el conflicto que los alejó es por su culpa?
¿Intenta llamarlo aunque sea para escuchar su voz?
¿Busca cruzarse ocasionalmente con el (o ella)?
Si la mayoría de las respuestas son afirmativas, tiene que pensar seriamente en que, en el fondo de su corazón no hay lugar para el olvido y desea seguir removiendo su dolor día a día. La magia amorosa puede ser su aliada en este caso. Pruebe con el siguiente ritual.
El rito del olvido
Elija una noche de Luna en cuarto menguante para realizarlo.
Necesitará:
1 cuenco con abundante agua
7 limones
1 objeto que haya pertenecido al ser amado
1 vara de madera de sauce
1 puñado de sal gruesa
1 cuchillo que jamás haya sido utilizado
La organización del Congreso ha sido todo un éxito, la delegación de México en estos momentos, se encuentra ya en Madrid esperando tomar vuelo para Portugal.
Tuve algunos contratiempos (la muerte de un familiar) que estuvieron a punto de truncar mi presencia en el Algarve. Pero la ocasión lo merece, así que mañana temprano salgo volando y me encontraré con el comité de bienvenida en la ciudad de Faro.
Los Honorables que no hayan podido venir, no se preocupen, el próximo Congreso lo pondremos en marcha muy pronto.
GRACIAS, tía Teresa.
Ya estoy de regreso, un poco cansado pero satisfecho, y no me cabe duda que voy a necesitar unos días para metabolizar todos los restos de alcohol que me puedan quedar en el cuerpo. Mi agradecimiento a los anfitriones que sin ellos, no hubiera sido posible hacer este viaje a tierras portuguesas.
No hay palabras para describir la experiencia que he vivido y las personas tan maravillosas que he tenido el placer de conocer. Me va a hacer falta mucho tiempo para olvidar los días tan felices que he pasado.
Gracias Zampabol y gracias tía Teresa por los "paseitos" en la patera, por haber puesto a nuestra disposición las mejores habitaciones del Hotel, y por esas "comiditas" tan buenas que tanto nos han hecho disfrutar.
Sin duda lo que más me sorprendió fue la visita a la Costa Vicentina, el color del mar azul turquesa, y las increíbles dunas de arena fina que te dejan con la boca abierta, explica sobradamente que esas playas esten consideradas de las más bonitas del mundo.
Cuando ponga todo en orden, prometo añadir en el hilo documentos gráficos. Saludos.