Iniciado por
pablogarcia1941
La envidia es el peor mal de los Españoles
Por eso en las estadísticas la condena de los políticos corruptos es insignificante. Sí, formamos parte de una sociedad que tiende a envidiar el talento y el éxito ajenos y esto paraliza el progreso por el miedo que genera a no encajar con la opinión de la mayoría, no sea que diferenciarse del resto no se sea aceptado y automáticamente la conformidad es el proceso por medio del cual los miembros de un grupo social cambian sus pensamientos, decisiones y comportamientos para encajar con la opinión de la mayoría”
A día de hoy, este estudio sigue fascinando a las nuevas generaciones de investigadores de la conducta humana. La conclusión es unánime: - estamos mucho más condicionados de lo que creemos. Para muchos, la presión de la sociedad sigue siendo un obstáculo insalvable. El propio Asch se sorprendió al ver lo mucho que se equivocaba al afirmar que los seres humanos somos libres para decidir nuestro propio camino en la vida. Y por eso seguimos formando parte de una sociedad en la que se tiende a condenar el talento y el éxito ajenos. Aunque nadie hable de ello, en un plano más profundo está mal visto que nos vayan bien o mal las cosas. Y más ahora, en plena crisis económica, con la precaria situación que padecen millones de ciudadanos y detrás de este tipo se esconde un virus tan escurridizo como letal, que no solo nos enferma, sino que paraliza el progreso de la sociedad: - de la envidia, la Real Academia Española define esta emoción como “deseo de algo que no se posee”, lo que provoca “tristeza o desdicha al observar el bien ajeno”.
Por lo visto y según los investigadores, la envidia surge cuando nos comparamos con otra persona y concluimos que tiene algo que nosotros anhelamos. Es decir, que nos lleva a poner el foco en nuestras carencias, las cuales se acentúan en la medida en que pensamos en ellas. Así es como se crea el complejo de inferioridad; de pronto sentimos que somos menos porque otros tienen más. Pero el problema es cuando detrás del éxito ajeno no hay ningún mérito o virtud que emular, sino simplemente algún padrino y mucho enchufe y esto lejos de repudiarlo o combatirlo simplemente lo envidiamos.
POLgarci
pui si.
un marxista
Esto no se encuentra en internet, menos en historiografía, es de mi autoría.