Chat

Chatea gratis con amigos de todo el Mundo

Mostrando resultados del 1 al 10 de 18

Tema: Sus tòtenes y tabùes

Threaded View

Mensaje Previo Mensaje Previo   Próximo Mensaje Próximo Mensaje
  1. #1
    Fecha de Ingreso
    11-mayo-2015
    Mensajes
    193

    Predeterminado Sus tòtenes y tabùes

    SUS TÒTENES Y TABÙES



    Pablo García Cabrero



    Prólogo

    La leyenda negra española acusa a su imperio de fanatismo y crueldad a través de la Santa Inquisición, al denunciar enormes atrocidades cometidas por los españoles en la conquista de América.

    Por eso no se podría escribir este libro, sin comenzar por explicar lo más destacado de la época en la que también transcurre la vida de nuestro personaje. Donde por causa lógica de la naturaleza cae con pleno conocimiento y deliberado consentimiento en el deseo carnal de la mujer. Sí, esto como veremos más adelante fue lo que le ocurrió a nuestro protagonista, al vivir según la ley de los hombres y de Dios en un deseo grave, como fue el adulterio.

    Pues como nos enseña la santa madre Iglesia, es simplemente pecado para sus pastores el desear o simplemente mirar con deseos pecaminosos a una mujer. Ya que el pecado según la Iglesia mismo puede ser interior (selección del deseo solamente) y exterior (selección del deseo seguido por la acción). La persona que por su propia voluntad desea fornicar, comete otro pecado grave ofendiendo seriamente a Dios al escoger interiormente lo que Dios ha prohibido.

    Sí, a esta historia hay que añadir sin lugar a dudas la Leyenda Negra. Leyenda, que pese a las múltiples interpretaciones al respecto, sin lugar a dudas es muy difícil corregir aun hoy las posibles falsedades y exageraciones del comportamiento de los conquistadores españoles en América.

    Puesto que según dicha leyenda, la mayoría de españoles que viajaron a América eran delincuentes encarcelados en Castilla, de todo tipo:- Ladrones, estafadores, violadores, etc. y para vaciar las cárceles fueron enviados al Nuevo Mundo para librarse de ellos y, de paso les aprovecharon esos maleantes y aventureros sin escrúpulos para colonizar las nuevas tierras conquistadas por la fuerza bruta. Y una de las dudas fue como se adquirió, este caso el tan traído y llevado asunto del supuesto robo masivo de oro y plata con destino a España y el falso empobrecimiento del continente americano por esa acción rapaz.

    Sí, la leyenda negra se difundió por todo el mundo, con notable éxito y, desde entonces la imagen de una España ignorante, codiciosa, cruel, fanática e inquisitorial, enemiga del progreso y que no dudo en usar la violencia extrema contra los indígenas. Curiosamente, con el propósito de fustigar algunos excesos de los conquistadores, el origen de la leyenda negra se debe a los propios españoles, en La Brevísima relación de la destrucción de las Indias (1552), del misionero dominico Bartolomé de las Casas, y en los escritos de Antonio Pérez, secretario de Felipe II.
    Pero, además, de genocidio que cuenta la leyenda negra, existe otro epígrafe, el de las enfermedades que llevaron los españoles, que terminaran diezmando a los indígenas. Incluso el historiador e hispanista británico Hugh Thomas, autor, entre otros muchos libros, del famoso The Spanish Civil War. Este en varias ocasiones se ha referido al del declive demográfico de la población indígena en el Caribe, como consecuencia del contacto de aquellas gentes con las enfermedades de los europeos. Y especialmente se refiere a la sífilis y la tuberculosis, que causó estragos e incluso más que las matanzas y los combates.

    Capítulo I
    Eran ya algo más de las nueve de la mañana, cuando el coche que conducía el marido de mi hija atravesaba Talavera de la Reina. Nuestro destino era el monasterio de Santa María de Guadalupe, situado en un lugar de la mancha y con más precisión al sureste de la provincia de Cáceres y enclavada en la comarca de las Villuercas está la Puebla de Guadalupe, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993.

    Ya a varios kilómetros antes de llegar a nuestro destino y después de dominar una pendiente de la carretera se divisan ya las torres del monasterio de Guadalupe. Puebla de Guadalupe, cuenta en la actualidad con unos 3.499 habitantes y es justo en la plaza del pueblo donde aparcamos y además, comienzan las escalinatas que nos conduce a la entrada principal.


    La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe fue encontrada a finales del siglo XIII o principios del XIV por un pastor llamado Gil Cordero en las cercanías del rió Guadalupe de donde tomó el nombre. Su aparición milagrosa llevó a la construcción de una pequeña ermita que fue puesta bajo la advocación de la Virgen María con el sobrenombre de Guadalupe. Ermita que con el tiempo ha llegado a ser uno de los santuarios más famosos de España.
    "El Real Monasterio de Santa María de Guadalupe es gloria de nuestra historia, alzado como un alcázar, rico y señorial, en la serranía extremeña, junto a las Villuercas, sobre la falda sur de las Altamira, en el corazón mismo de la Puebla de Guadalupe, nacida en 1337, en los alrededores del primitivo refugio de la Virgen Morena"
    Al parecer su construcción se remonta, al año 1389 cuando llegaron a Guadalupe 32 monjes procedentes de San Bartolomé de Lupiana, cerca de Guadalajara, donde estaba su primer monasterio. Al día siguiente, en presencia de don Juan Serrano, tuvo lugar la toma de posesión de la iglesia de Guadalupe, con todos sus bienes y derechos, y la fundación del monasterio. El 28 de ese mismo mes, los alcaldes, justicias, alguaciles y "otros muchos hombres buenos del concejo" besaron la mano del nuevo prior, Fr. Fernán Yánez, en reconocimiento del poder jurisdiccional de este. El acto de toma de posesión finalizó dos días después cuando la nueva comunidad aceptó el inventario de bienes.
    La instauración de la orden jerónima en Guadalupe se debe al parecer a Fernán Yánez de Figueroa y Pedro Fernández Pecha que fueron los que desempeñaron un papel crucial en el nacimiento y primitiva expansión de la Orden. El primero, natural de Cáceres, era hijo de uno de los oficiales de cámara de Alfonso XI. Este se educó en la corte, junto al príncipe heredero, e ingresó muy joven en el estado eclesiástico. Pedro I le concedió una capellanía y una de las canonjías o prebenda y dignidad del canónigo de la catedral de Toledo. Poco después, imbuido de un ideal ascético y regeneracionista, se unió a un grupo de anacoretas que se habían instalado en El Castañar a unas cinco leguas de Toledo.
    De forma que Juan I expidió en Sotos Albos, el 15 de Agosto de 1389, una real provisión por la que, apoyado en su derecho de patronato. En ella mandaba que se alzase la iglesia de Guadalupe en monasterio y se entregase al fraile Frenan Yánez de Figueroa y a los frailes designados para formar la primera comunidad de Guadalupe, entregándoles el patrimonio acumulado del santuario y, renunciando al patronato, el señorío de mero y mixto imperio sobre la puebla de Guadalupe.

    Por su parte don Pedro Tenorio, a la sazón arzobispo de Toledo y con jurisdicción sobre el territorio del monasterio, otorgó su pleno consentimiento según carta firmada en Alcalá de Henares, el 1 de septiembre de 1389, y autorizó a don Juan Serrano para la entrega del santuario a los jerónimos. El día 20 de septiembre el monarca comunicó su decisión al concejo de Guadalupe. Pero ya posteriormente, el 16 de octubre de 1394, Benedicto XIII, el "papa Luna", confirmó la autorización de construcción del santuario con la bula "His quae pro utilitate"

    En cuanto a la atribución de milagros a la Virgen de Guadalupe, es, lógicamente, anterior a la llegada de los jerónimos al santuario. Estos estaban interesados en propagar los "poderes de Nuestra Señora", pero pronto se percataron de la conveniencia de controlar al máximo todo aquello relacionado con los "milagros" de la Virgen de Guadalupe. Porque por un lado, este era un asunto capital en el que debía quedar patente su indispensable función mediadora entre los devotos y María; por otro, resultaba muy peligroso para el prestigio del santuario que fuesen los propios fieles y peregrinos quienes otorgasen a algunos sucesos el calificativo de milagrosos.

    Además, los monjes no tardaron en darse cuenta de la utilidad de preservar y potenciar las "especialidades milagrosas" del santuario: - la liberación de cautivos y los salvamentos en el mar. Aquella constituía un tema hacia el que las sociedades peninsulares de los siglos XV y XVI estaban especialmente sensibilizadas. Por tanto, todo lo que se hiciese para redimir prisioneros en territorio de "infieles" tendría una honda repercusión y sería muy apreciado por amplios sectores de la población. Además, la publicidad que hacían del santuario los peregrinos excautivos, quienes solían llevar sus "hierros" al templo guadal-úpense, era extraordinariamente eficaz.

    Por su parte, los hombres de la mar, debido a sus contactos con personas de muy diversa procedencia geográfica, también contribuyeron de manera importante a extender el culto a la Virgen de Guadalupe.

    Capítulo II
    Última edición por pablogarcia1941; 23-may.-2015 a las 09:14

Normas de Publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder mensajes
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •