¡AH MI HONDA PENA!

¿Y si Jesucristo levantara
la cabeza y la voz?
¿Hasta donde se oirían
sus gritos desgarradores?
Y si el poeta alzara
aquellos brazos poderosos.
¿Sí, dónde alcanzarían
sus puños y sus protestas?
Porque, amigos, las guerras,
el hambre, los niños raquíticos,
las palomas muertas…
Ahora huyendo, se ahogan
o intentan estar con nosotros,
calamidades que claman
hasta los muertos.
¿Qué diría el poeta y el hombre
soñador?
De estos banqueros ladrones
o el burócrata vendido,
los tiranos de dedo amenazante,
de un lado o del otro,
que con sus aviones
siguen quemando aldeas
en la noche… Sí, oídlo, ¡aquí
entre nosotros! Y la ruta que amaron
Miguel y Federico, oídlo,
que mismo si las cegaron
volverían a levantarse.
¡¡Escuchad!!
Nuestra ira seguirá tronando
A todos los vientos. ¡No! ¡Basta!
¡Insensatos!
¡A todos vosotros!
¿Me oís? ¡Basta ya!
POL García