Lo que me temía, me llamó mi papá al celular diciéndome que la yegua apareció y pegándome la regañada de mi vida.
A él no le importó que hubiera un bus en frente de la casa desde hace una semana, ni que estuviera mal aparcado, nada, él piensa sólo en su cochina yegua. Que como era yo tan irresponsable de sacarla sin permiso sabiendo que era sus ojos, que porqué, que para qué, que otra vez, en fin, enojadísimo el viejo.
Y yo: ajá, sí, ajá.
Pero en media conversación me nace la duda:
- Papa, y cómo sabe usted que se perdió Ernestina???
- No grandísimo güevón - me contesta - si no la encontré yo a ella, ella me encontró a mi. Y ahora el taxi lo paga usted.
Yo les dije que era inteligentísima esa yegua.