Algunos llegamos a terminar en el otro hermisferio del planeta a causa de una simple relación a distancia. Me ha pasado y ahora convivo con ella. Así que dale para adelante que uno nunca sabe!
Tengo que escoger lo que detesto:
o el sueño, que mi inteligencia odia,
o la acción, que a mi sensibilidad repugna;
o la acción para la que no nací, o el sueño
para el que no ha nacido nadie.
Resulta que como detesto a ambos,
no escojo ninguno, pero, como alguna vez
tengo que soñar o actuar, mezclo una cosa con la otra.