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Porque25
Los cristianos no adoramos a los gobiernos del mundo. Los cristianos adoramos a Jesucristo. Y los mandamientos de Jesucristo están en contra de las penas de muerte y de hacer daño a las personas..., pues los mandamientos de Jesucristo mandan a los cristianos:
"NO MATARÁS", perdonar a las personas setenta veces siete, amar a nuestros enemigos, hacer el bien a los que nos persiguen y tener misericordia con todos... También manda a los ricos que repartan todos sus bienes entre los pobres y que no condenen ni maten a sus semejantes... porque lo que Dios quiere es la misericordia y no los sacrificios, y mucho menos los sacrificios humanos, esto es, las penas de muerte y los genocidios donde se mataba a hombres, mujeres y niños.
Estás completamente equivocado, pues eso era una forma de hablar de Pablo para poderse librar del castigo de los romanos..., pero lo que predicaba Pablo era lo que había predicado Jesucristo..., y lo que había predicado Jesucristo a los gobernantes y a todos los hombres, es que todos debían tener misericordia de sus semejantes y perdonar las faltas de sus semejantes...
Jesucristo les dijo a los gobernantes romanos y judíos, que no seguían los verdaderos mandamientos de Dios, y por esta causa los judíos le condenaron y mandaron a los romanos que le crucificaran.
Lo que predicaba Pablo estaba en contra de las leyes judías (penas de muerte) y también estaba en contra de las leyes romanas (las penas de muerte y las torturas)...
Pablo decía la verdad, no había hecho daño a nadie..., pero sus palabras de amor y de perdón para todos que había recibido de los apóstoles, juzgaba a los judíos y romanos de criminales...
Y es que Jesucristo es Dios, y cuando predicó el Evangelio, enseñó los verdaderos mandamientos de Dios que acusaban a todos los gobernantes del mundo que imponían penas de muerte, torturas y guerras... Y por estas enseñanzas del Evangelio, fueron asesinados Jesucristo, los apóstoles y muchisimos cristianos.
Sigues completamente equivocado, pues el imperio romano era un imperio dictador, déspota y de terror que imponía guerras, genocidios, torturas indecibles y penas de muerte..., todo lo contrario de lo que había mandado Dios desde el principio y que es lo que Jesucristo volvió a enseñar cuando predicó el Evangelio...
Todos los gobiernos dictadores del mundo que imponen guerras, penas de muerte y torturas, están en contra de los mandamientos de Jesucristo..., y todos los imperios de terror del mundo que están en contra de los misericodiosos mandamientos de Jesucristo que nos enseña el Evangelio, van por el camino del castigo de Dios profetizado.
Las Bestias del mundo dominan sobre toda la tierra, y las Bestias del mundo son los ejércitos del mundo preparados para las guerras y que imponen guerras y penas de muerte... Y las profecías de Jesucristo derramadas sobre los apóstoles, nos dicen que a final de los tiempos las Bestias (las guerras y las penas de muerte) y todos los que adoran a las Bestias (las guerras y las penas de muerte), todos serán destruidos (Apocalipsis 13:18 y otras partes del libro del Apocalipsis).
Todos aquellos que tomen espada para matar a sus semejantes, si no se arrepienten y piden perdón por sus crímenes y por su desobediencia a Dios, que les dice: "NO MATARÁS"..., por la espada perecerán... Pero, como Jesucristo les dice a los hombres "NO MATARÁS", entonces, ¿cuál es la espada por la que perecerán los criminales que no se arrepienten?...
La espada por la que perecerán todos aquellos rebeldes que no se arrepienten de sus crímenes, es la espada de dos filos que sale de la boca de Jesucristo, porque Jesucristo es Dios y con el soplo de su boca, borrará de la faz de la tierra a todas las naciones adoradoras de la Bestia, esto es, las naciones adoradoras de las penas de muerte y de las guerras... (Las Bestias profetizadas son las guerras y las penas de muerte y las naciones que adoran estas cosas).
Nos dice la escritura que en el tiempo del fin los hombres adorarán a la Bestia y dirán en su corazón: ¿Quién como la Bestia y quién podrá combatir contra ella?... LA BESTIA son las guerras y las penas de muerte. Toda la enseñanza de Jesucristo recogida en el Evangelio está en contra de las guerras y las penas de muerte...
"Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros". (Mateo 5:1-12)
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