Chat

Chatea gratis con amigos de todo el Mundo

Página 19 de 37 PrimeroPrimero ... 9171819202129 ... ÚltimoÚltimo
Mostrando resultados del 181 al 190 de 363

Tema: La Santa Misa

  1. #181
    Fecha de Ingreso
    14-octubre-2014
    Mensajes
    2.119

    Predeterminado

    DOMINGO 07 DE JUNIO 2015

    LA IGLESIA CELEBRA: CORPUS CHRISTI, CUERPO Y SANGRE DE CRISTO
    "Esto es mi Cuerpo" (Mt 26,26)

    LA INSTITUCIÓN
    "Mientras cenaban, Jesús tomó pan y, pronunciando la bendición, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: Tomad y comed, esto es mi Cuerpo. Y, tomando el Cáliz y habiendo dado gracias, se lo dio diciendo: Bebed todos de él; porque ésta es mi sangre de la nueva alianza" (Mt 26, 26-28)

    MISTERIO DE FE
    "El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en Mí y yo en él( .. ) Sin embargo hay algunos que no creen( .. ) Por eso os he dicho que ninguno puede venir a Mí si no te fuera dado por el Padre" (Jn 6, 56, 64-65)

    PRESENCIA REAL
    "Discutían entre los judíos diciendo: ¿cómo puede éste darnos a comer su carne? Jesús les dijo: en verdad, en verdad os digo, que si no coméis la carne del hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y Yo lo resucitaré el último día." (Jn 6, 52-53)

    "No deis las cosas Santas a los perros, ni echéis vuestras perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen con sus patas y revolviéndose os despedacen " (Mt 7, 6).

    La Iglesia ha aplicado estas palabras de Jesús a la administración de los sacramentos, y de modo singular a la Eucaristía: debemos recibirle bien preparados, dignamente.

    ¿Y cómo puede el sacerdote hacer todos los días ese milagro? Porque Jesús mandó a los Apóstoles "Haced esto en memoria mía" mandó que repitieran esa acción sagrada. Y como no manda imposibles, les dio el poder para cambiar el pan y el vino en su Cuerpo y Sangre. Y los Apóstoles confirieron ese poder sacerdotal a otros hombres, y así generación tras generación hasta los sacerdotes de hoy.

    ORACIÓN
    Dios mío yo creo, adoro, espero y os amo , os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman. Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente y os ofrezco el precioso Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, que se encuentra presente en todos los Sagrarios de la tierra, y os lo ofrezco, Dios mío en reparación por los abusos, sacrilegios e indiferencias con que Él es ofendido. Amén

  2. #182
    Fecha de Ingreso
    14-octubre-2014
    Mensajes
    2.119

    Predeterminado

    LA SANTA MISA
    Domingo 21 de Junio 2015

    Duodécimo Domingo del tiempo ordinario

    PRIMERA LECTURA
    Lectura del Libro de Job 38,1.8-11.*

    El Señor respondió a Job desde la tempestad, diciendo:*
    ¿Quién encerró con dos puertas al mar, cuando él salía a borbotones del seno materno,*cuando le puse una nube por vestido y por pañales, densos nubarrones?*

    Yo tracé un límite alrededor de él, le puse cerrojos y puertas,*
    y le dije: "Llegarás hasta aquí y no pasarás; aquí se quebrará la soberbia de tus olas".*

    SALMO 107(106),23-24.25-26.28-29.30-31.*

    Los que viajaron en barco por el mar,*
    para traficar por las aguas inmensas,
    contemplaron las obras del Señor,*
    sus maravillas en el océano profundo.

    Con su palabra desató un vendaval,*
    que encrespaba las olas del océano:
    ellos subían hasta el cielo, bajaban al abismo,*
    se sentían desfallecer por el mareo,

    Pero en la angustia invocaron al Señor,*
    y él los libró de sus tribulaciones:
    cambió el huracán en una brisa suave*
    y se aplacaron las olas del mar;

    entonces se alegraron de aquella calma,*
    y el Señor los condujo al puerto deseado.
    Den gracias al Señor por su misericordia*
    y por sus maravillas en favor de los hombres:

    SEGUNDA LECTURA
    Segunda carta del Apostol San Pablo a los Corintios 5,14-17.*

    Porque el amor de Cristo nos apremia, al considerar que si uno solo murió por todos, entonces todos han muerto.*
    Y él murió por todos, a fin de que los que viven no vivan más para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.*
    Por eso nosotros, de ahora en adelante, ya no conocemos a nadie con criterios puramente humanos; y si conocimos a Cristo de esa manera, ya no lo conocemos más así.*
    El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente.*

    EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 4,35-41.*

    Al atardecer de ese mismo día, les dijo: "Crucemos a la otra orilla".*
    Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron a la barca, así como estaba. Había otras barcas junto a la suya.*
    Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua.*
    Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal.*
    Lo despertaron y le dijeron: "¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?". Despertándose, él increpó al viento y dijo al mar: "¡Silencio! ¡Cállate!". El viento se aplacó y sobrevino una gran calma.*
    Después les dijo: "¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?".*
    Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: "¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?".*


    •Leer el comentario del Evangelio por*
    Una antigua homilía griega*
    Atribuida, erróneamente, a Orígenes (hacia 185-253), presbítero y teólogo

    «¿Por qué tenéis miedo?»

    * * Sus discípulos se le acercan, le despiertan y le dicen: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?»... Oh bienaventurados, oh verdaderos discípulos de Dios, tenéis con vosotros al Señor, vuestro salvador y ¿teméis hundiros? La Vida está con vosotros ¿y os preocupáis por vuestra muerte? ¿Despertáis de su sueño a vuestro Creador que está junto a vosotros, como si no pudiera, incluso durmiendo, calmar las olas, parar la tempestad?

    * * ¿Qué responden a eso los discípulos amados? Somos como los niños pequeños, aún débiles. *No somos todavía hombres valientes... Todavía no hemos visto la cruz, la pasión del Señor, su resurrección, su ascensión a los cielos, la venida del Espíritu Paráclito no nos ha hecho todavía fuertes... El Señor tiene razón cuando nos dice: «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?» ¿Por qué no tenéis fuerza? ¿Por qué esta falta de confianza? ¿Por qué sois tan temerosos cuando tenéis junto a vosotros aquél que es la Confianza? Aunque la muerte se os acercara, ¿no deberíais acogerla con gran constancia? Yo os daré la fuerza necesaria en todo lo que os pase: en todo peligro, en toda prueba e incluso cuando el alma salga de su cuerpo... Si en los peligros necesitáis mi fuerza para soportar cualquier contratiempo como hombres de fe, ¡cuanto más ésta os es necesaria para no sucumbir cuando se presenten las tentaciones de la vida!

    * * ¿Por qué os turbáis, hombres de poca fe? Sabéis que soy poderoso en la tierra, ¿por qué no creéis que lo soy también en el mar? Si me reconocéis como verdadero Dios y Creador de todo ¿por qué no creéis que tengo poder sobre todo aquello que he creado? «Se puso en pie, increpó al viento; el viento cesó y vino una gran calma.»

  3. #183
    Fecha de Ingreso
    14-octubre-2014
    Mensajes
    2.119

    Predeterminado

    ¡VÍDEO IMPACTANTE! Meditación sobre el Santo Sacrificio de la Misa

    Palabras de los autores de la página:
    Les presentamos un impresionante vídeo realizado por nuestro amigo Michael Sestak, traducido por nuestra web, y que todo católico debería de ver y difundir. Estamos ante una de las mejores*catequesis visuales acerca del Santo Sacrificio de la Misa. Con una extraordinaria belleza visual y musical, el autor nos va mostrando la equiparación de los diferentes momentos de la misa con la Pasión siguiendo la película de Mel Gibson. Una formidable meditación en imágenes para esta cuaresma.

    ¡Esto es la Santa Misa!

    http://www.adelantelafe.com/video-im...io-de-la-misa/

    vangelis dice:
    Este es el Misterio de nuestra fe.
    Anunciámos Tu muerte, proclamamos Tu Resurreción,
    ¡ven, Señor Jesús!

  4. #184
    Fecha de Ingreso
    14-octubre-2014
    Mensajes
    2.119

    Predeterminado

    La Eucaristía no es una cosa sagrada, es Jesús mismo, que nos dice:
    "Yo soy el pan de vida, el que viene a Mí ya no tendrá hambre; el que cree en Mí, jamás tendrá sed" (Jn 6, 35). "El que come mi carne y bebe mi sangre está en Mí y yo en él... El que me come, vivirá por Mí... El que me come, vivirá para siempre" (Jn 6, 53- 59).

    Y para algunos que lo dudan, les dice san Pablo:
    "El pan que partimos, ¿no es acaso la comunión con el Cuerpo de Cristo?
    El cáliz de bendición que bendecimos, ¿no es acaso la comunión con la Sangre de Cristo? (1 Co 10, 16). Como si dijera, ¿alguno lo duda?

    La Eucaristía es el manjar de los ángeles (Sab 16, 20),
    el pan de los fuertes (Sal 78, 25),
    el pan de los cielos (Sal 105, 40),
    el pan vivo bajado del cielo (Jn 6, 51).
    Es el mejor alimento para el crecimiento de nuestra vida espiritual.

    • Anuncio y promesa de Cristo sobre la Eucaristía:

    “Yo soy el pan vivo bajado del Cielo. El que coma este pan vivirá para siempre. El pan que Yo daré es mi carne , y la daré para la vida del mundo”. (Jn. 6, 51)

    “El que come mi carne y bebe mi sangre, vive de vida eterna, y Yo lo resucitaré en el último día” . (Jn. 6, 54)

    “Mi carne es comida verdadera, y mi sangre es bebida verdadera. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en Mí y Yo en él. Como el Padre que vive me envió, y Yo vivo por El, así, quien me come a Mí, tendrá de Mí la vida ... El que come este pan vivirá para siempre”. (Jn. 6, 55-58).

    • Institución de la Eucaristía:

    “Después tomó el pan y, dando gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: ‘Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes. Hagan esto en memoria mía’. Después de la Cena hizo lo mismo con la copa. Dijo: ‘Esta copa es la Alianza Nueva sellada con mi sangre, que va a ser derramada por ustedes”. (Lc. 22, 19-20).

    • Instrucción de Repetición

    “Hagan esto en memoria mía” (Lc. 22, 19b).


    • Repetición:

    “Yo he recibido del Señor lo que a mi vez les he transmitido. El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan y, después de dar gracias, lo partió diciendo: ‘Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes. Hagan esto en memoria mía’. De igual manera, tomando la copa, después de haber cenado, dijo: ‘Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Todas las veces que la beban háganlo en memoria mía’” (1 Cor. 11, 23-25).

    “Fíjense bien: cada vez que comen de este pan y beben de esta copa están proclamando la muerte del Señor hasta que venga. Por tanto, el que come el pan o bebe la copa del Señor indignamente peca contra el cuerpo y la sangre del Señor. Cada uno, pues, examine su conciencia y luego podrá comer el pan y beber de la copa” (1 Cor. 11, 26-28).

    • Objeción:
    La mayoría de los Cristianos no-Católicos especulan que la Iglesia Católica sostiene que en cada Misa Jesucristo es crucificado nuevamente.

    • Respuesta: La Iglesia habla de “re-actualización” del sacrificio de Cristo en la cruz.

    El Concilio Vaticano II habla de “perpetuación”: “Nuestro Salvador, en la Ultima Cena, la noche que le traicionaban, instituyó el sacrificio eucarístico de su Cuerpo y Sangre, con el cual iba a perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el sacrificio de la cruz” (SC #47).

    “Re-actualización” y “perpetuación” no significan que Jesús es re-crucificado. La Iglesia Católica claramente especifica que Cristo no vuelve a morir, sino que, en su ministerio de intercesión en el Cielo y a través de la Misa, continúa ofreciéndose al Padre como un sacrificio vivo. Y esto lo hace de una manera que la Iglesia específicamente denomina “incruenta”. La enseñanza de la Iglesia y el vocabulario católico de “re-actualización”, “perpetuación”, “de manera incruenta”, dejan claramente establecido que la Iglesia no enseña que la Misa es una nueva crucifixión.

    Las palabras “Hagan esto en memoria mía” (Lc. 22, 19) y “Cada vez que comen de este pan y beben de este cáliz están proclamando la muerte del Señor hasta que vuelva” (1 Cor. 11, 26) son claramente indicativas de re-actualización y de perpetuación.

    • Objeción:
    Muchos sostienen que cuando Jesús dijo “Este es mi Cuerpo” estaba hablando de manera simbólica, que el verbo “ser” significa “representar”. O dicho en forma teológica: no hay “trans-substanciación” sino “tran-significación”.

    • Respuesta:
    Según el Concilio de Trento (1545-47) trans-substanciación significa una singular y maravillosa conversión de la sustancia total del pan en el Cuerpo de Cristo, y de la sustancia total del vino en la Sangre de Cristo, aunque la apariencia externa permanece igual. Es por medio de la trans-substanciación que el Cuerpo y la Sangre de Cristo están presentes en la Sagrada Eucaristía.

    Si vamos al Evangelio, el Capítulo 6 de San Juan, cuando Cristo pre-anuncia la Eucaristía, es elocuente. No se trataba de una proposición simbólica.

    “Yo soy el pan vivo bajado del Cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi carne y la daré para vida del mundo ... Si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no viven de verdad” ( Jn. 6, 51-55).

    Un dato lingüístico interesante es que la palabra aramea para “comer” se traduce como masticar, morder. Más claro no podía ser Cristo.

    Sus oyentes no entendieron que el planteamiento de comer su carne era algo simbólico. Tanto así que empezaron a protestar -“¿Cómo este hombre va a darnos a comer carne?” (Jn. 6, 52). Y Jesús no trata de suavizar su planteamiento o de corregir un supuesto malentendido.

    Muy por el contrario se repitió con mayor énfasis aún: doce veces dijo que El era el pan bajado del Cielo; cuatro veces dijo que tendríamos que comer su Cuerpo y beber su Sangre. Es decir, en esta escena del Evangelio de San Juan, Cristo promete con claridad lo que después cumplió en la Ultima Cena.

    •Objeción: Algunos sostienen que Jesús estaba hablando en forma figurada, como cuando dijo, por ejemplo: “Yo soy la puerta” (Jn. 10. 9), o cuando dijo: “Yo soy la Vid” (Jn. 15, 1) .

    •Respuesta:
    El mismo Jesús responde esta objeción en este anuncio de la Eucaristía que nos relata San Juan. Para que no quedara esta duda, lo que antes había dicho en forma simple: “Yo soy el Pan de Vida” (Jn. 6, 35, lo ratifica claramente más adelante: “Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida” (Jn. 6, 55).

    •Objeción: La doctrina de la presencia real de Cristo en el pan y el vino no es bíblica.

    •Respuesta:
    Si no basta el anuncio que Jesús hace de la Eucaristía en Jn. 6, cuando la institución del Sacramento de su Cuerpo y su Sangre (cfr. Lc. 22, 19-20), hay algunas otras menciones:

    “La copa de bendición que bendecimos ¿no es una comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos ¿no es una comunión con el cuerpo de Cristo? Uno es el pan y por eso formamos todos un solo cuerpo, participando todos del único pan” (1 Cor. 10, 16-17).

    San Pablo también hace mención a la institución misma de la Eucaristía: “Yo recibí esta tradición del Señor que, a mi vez, les he transmitido: Que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan y después de dar gracias lo partió diciendo: ‘Esto es mi cuerpo que es entregado por ustedes; hagan esto en memoria mía ...” (1 Cor. 11, 23-29).

    •Los Padres de la Iglesia y La Eucaristía:

    Los Padres de la Iglesia, al interpretar estos pasajes literalmente, definían claramente la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía:

    “Deseo el Pan de Dios, el cual es la carne de Jesucristo ... y por bebida deseo su sangre, la cual es amor incorruptible” (San Ignacio de Antioquía, 110 AD).

    “Observad aquéllos que sostienen doctrinas heterodoxas sobre la gracia de Jesucristo ... Se abstienen de la Eucaristía y de la oración porque no confiesan que la Eucaristía es la carne de nuestro Salvador Jesucristo” (San Ignacio de Antioquía, 110 AD).

    “Ha declarado que el cáliz, parte de la creación, es su propia sangre ... y el pan, parte de la creación, ha establecido como su propio cuerpo” (San Ireneo, 189 AD).

    San Agustín, resume todo lo que es el Misterio Eucarístico con estas muy lógicas, pero también muy impresionantes palabras:

    “El Señor en la Ultima Cena
    se tuvo a Sí mismo en sus manos”
    (San Agustín)

    •Requerimientos para recibir
    la Sagrada Comunión

    Creer en la doctrina de la trans-substanciación: el pan y el vino son realmente transformados en el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, sólo que se mantienen las apariencias de pan y vino.

    “Al no reconocer el Cuerpo, come y bebe su propia condenación” (1 Cor. 11, 29) Y en la Ultima Cena, Jesús sostiene lo que parecía ser pan y vino, pero diciendo: “Esto es mi Cuerpo ... Esto es mi Sangre” (Mc. 14, 22, 24; Lc. 22, 14-20). Cristo no dijo: Esto representa mi cuerpo. Tampoco dijo: Esto contiene mi cuerpo. He aquí la fundamentación bíblica de la doctrina de la trans-substanciación.

    Estar en estado de gracia.
    Recibir la Eucaristía sin tener la gracia santificante en el alma, profana este Sacramento de manera muy grave.

    “Por tanto, si alguien come el pan y bebe el cáliz del Señor indignamente, peca contra el Cuerpo y la Sangre del Señor. Por eso, que cada uno examine su conciencia antes de comer del pan y beber del cáliz” (1 Cor. 11, 27-28).

  5. #185
    Fecha de Ingreso
    14-octubre-2014
    Mensajes
    2.119

    Predeterminado

    Los Sacramentos son signos sensibles, instituidos por Jesucristo para darnos la gracia. La Iglesia Católica, Su Iglesia, los reconoce.

    LOS SIETE SACRAMENTOS EN LA BIBLIA - I

    • BAUTISMO

    Mt. 28, 19
    “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,”

    Mc. 16, 16
    “El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará.”

    Jn. 3, 5
    “Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.»”

    Hch. 2, 38
    “Pedro les contestó: «Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo;»”

    Hch. 16, 15
    “Cuando ella y los de su casa recibieron el bautismo, suplicó: «Si juzgáis que soy fiel al Señor, venid y quedaos en mi casa.» Y nos obligó a ir.”

    Hch. 16, 33
    “En aquella misma hora de la noche el carcelero los tomó consigo y les lavó las heridas; inmediatamente recibió el bautismo él y todos los suyos.”

    Hch. 22, 16
    “Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, recibe el bautismo y lava tus pecados invocando su nombre.”

    Rom. 5, 3-4
    “¿O es que ignoráis que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte?”

    1 Cor. 1, 13-16
    “¿Esta dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo? ¡Doy gracias a Dios por no haber bautizado a ninguno de vosotros fuera de Crispo y Gayo! Así, nadie puede decir que habéis sido bautizados en mi nombre. ¡Ah, sí!, también bauticé a la familia de Estéfanas. Por lo demás, no creo haber bautizado a ningún otro.”

    1 Cor. 6, 11
    “Y tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.”

    Col. 2, 12
    “Sepultados con Él en el bautismo, con Él también habéis resucitado por la fe en la acción de Dios, que resucitó de entre los muertos.”

    Tit. 3, 5
    “Él nos salvó, no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia, por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo,”

    1 Pe 3, 21
    “a ésta corresponde ahora el bautismo que os salva y que no consiste en quitar la suciedad del cuerpo, sino en pedir a Dios una buena conciencia por medio de la Resurrección de Jesucristo,”

    •CONFIRMACIÓN

    Sab. 9, 17
    “Y ¿quién habría conocido tu voluntad, si tú no le hubieses dado la Sabiduría y no le hubieses enviado de lo alto tu espíritu santo?”

    Hch. 8, 14-17
    “Al enterarse los apóstoles que estaban en Jerusalén de que Samaria había aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo; pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; únicamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.”

    Hch. 13, 2-3
    “Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: «Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado.» Entonces, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les enviaron.”

    Hch. 19, 1-6
    “Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó las regiones altas y llegó a Éfeso donde encontró algunos discípulos; les preguntó: «¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando abrazasteis la fe?» Ellos contestaron: «Pero si nosotros no hemos oído decir siquiera que exista el Espíritu Santo.» Él replicó: «¿Pues qué bautismo habéis recibido?». «El bautismo de Juan», respondieron. Pablo añadió: «Juan bautizó con un bautismo de conversión, diciendo al pueblo que creyesen en el que había de venir después de él, o sea en Jesús.» Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y, habiéndoles Pablo impuesto las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo y se pusieron a hablar en lenguas y a profetizar.”

    2 Cor. 1, 21-22
    “Y es Dios el que nos conforta juntamente con vosotros en Cristo y el que nos ungió, y el que nos marcó con su sello y nos dio en arras el Espíritu en nuestros corazones.”

    Ef. 1, 13
    “En Él también vosotros, tras haber oído la Palabra de la verdad, el Evangelio de vuestra salvación, y creído también en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa,”

    Heb. 6, 1-2
    “Por eso, dejando aparte la enseñanza elemental acerca de Cristo, elevémosnos a lo perfecto, sin reiterar los temas fundamentales del arrepentimiento de las obras muertas y de la fe en Dios; de la instrucción sobre los bautismos y de la imposición de las manos; de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.”

    • EUCARISTÍA

    Mt. 26, 26-28
    “Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: «Tomad, comed, éste es mi cuerpo.» Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: «Bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados.»”

    Mc. 14, 22-24
    “Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio, y dijo: «Tomad, este es mi cuerpo.» Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella. Y les dijo: «Esta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos.»”

    Lc. 22, 19-20
    “Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: «Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío.» De igual modo, después de cenar, tomó la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros.»”

    Jn. 6, 30-35
    “Ellos entonces le dijeron: «¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: «Pan del cielo les dio a comer.» Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo.» Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan.» Les dijo Jesús: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed.»”

    Jn. 6, 48-58
    “«Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.» Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre.»”

    1 Cor. 10, 16
    “La copa de bendición que bendecimos ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan.”

    1 Cor. 11, 23-29
    “Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo mío.»*
    Asimismo también la copa después de cenar diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la bebiereis, hacedlo en recuerdo mío.» Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga. Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo.”

  6. #186
    Fecha de Ingreso
    14-octubre-2014
    Mensajes
    2.119

    Predeterminado

    Los Sacramentos son signos sensibles, instituidos por Jesucristo para darnos la gracia. La Iglesia Católica, Su Iglesia, los reconoce.

    LOS SIETE SACRAMENTOS EN LA BIBLIA - II

    • RECONCILIACIÓN

    Mt. 16, 19
    “A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la Tierra quedará atado en los Cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los Cielos.”

    Mt. 18, 18
    “Yo os aseguro: todo lo que atéis en la Tierra quedará atado en el Cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el Cielo.”

    Lc. 15, 18-19
    “Me levantaré, iré a mi padre y le diré: «Padre, pequé contra el Cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros.»”

    Jn. 20, 21-23
    “Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.» Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»”

    Hch. 19, 18
    “Muchos de los que habían creído venían a confesar y declarar sus prácticas.”

    1 Cor. 5, 3-5
    “Pues bien, yo por mi parte corporalmente ausente, pero presente en espíritu, he juzgado ya, como si me hallara presente, al que así obró: que en nombre del Señor Jesús, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de Jesús Señor nuestro, sea entregado ese individuo a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu se salve en el Día del Señor.”

    2 Cor. 2, 6-11
    “Bastante es para ese tal el castigo infligido por la comunidad, por lo que es mejor, por el contrario, que le perdonéis y le animéis no sea que se vea ése hundido en una excesiva tristeza. Os suplico, pues, que reavivéis la caridad para con él. Pues también os escribí con la intención de probaros y ver si vuestra obediencia era perfecta.
    Y a quien vosotros perdonéis, también yo le perdono. Pues lo que yo perdoné -si algo he perdonado- fue por vosotros en presencia de Cristo, para que no seamos engañados por Satanás, pues no ignoramos sus propósitos.”

    2 Cor. 5, 18-20
    “Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación.
    Porque en Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo, no tomando en cuenta las transgresiones de los hombres, sino poniendo en nosotros la palabra de la reconciliación. Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os suplicamos: ¡reconciliaos con Dios!”

    Sgo. 5, 16
    “Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los unos por los otros, para que seáis curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder.”

    1 Jn. 1, 8-9
    “Si decimos: «No tenemos pecado», nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es Él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia.”

    • UNCIÓN DE LOS ENFERMOS

    Mc. 6, 5
    “Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos.”

    Mc. 6, 12-13
    “Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.”

    Lc. 13, 12-13
    “Al verla Jesús, la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad.» Y le impuso las manos. Y al instante se enderezó, y glorificaba a Dios.”

    Hch. 9, 17-18
    “Fue Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: «Saúl, hermano, me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.» Al instante cayeron de sus ojos unas como escamas, y recobró la vista; se levantó y fue bautizado.”

    1 Cor. 12, 9
    “a otro, fe, en el mismo Espíritu; a otro, carismas de curaciones, en el único Espíritu;”

    1 Cor. 12, 30
    “¿Todos con carisma de curaciones? ¿Hablan todos lenguas? ¿Interpretan todos?”

    Sgo. 5, 14-15
    “¿Está enfermo alguno entre vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante, y si hubiera cometido pecados, le serán perdonados.”

  7. #187
    Fecha de Ingreso
    14-octubre-2014
    Mensajes
    2.119

    Predeterminado

    Los Sacramentos son signos sensibles, instituidos por Jesucristo para darnos la gracia. La Iglesia Católica, Su Iglesia, los reconoce.

    LOS SIETE SACRAMENTOS EN LA BIBLIA - III

    • ORDEN SACERDOTAL

    Mt. 18, 18
    “Yo os aseguro: todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.”

    Lc. 10, 16
    “Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.”

    Lc. 22, 19
    “Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: «Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío.»”

    Lc. 24, 47
    “y se predicará en Su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén.”

    Jn. 12, 20-22
    “Había algunos griegos de los que subían a adorar en la fiesta. Estos se dirigieron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le rogaron: «Señor, queremos ver a Jesús.» Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.”

    Jn. 15, 5
    “Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada.”

    Hch. 6, 6
    “los presentaron a los apóstoles y, habiendo hecho oración, les impusieron las manos.”

    Hch. 15, 2-6
    “Se produjo con esto una agitación y una discusión no pequeña de Pablo y Bernabé contra ellos; y decidieron que Pablo y Bernabé y algunos de ellos subieran a Jerusalén, donde los apóstoles y presbíteros, para tratar esta cuestión. Ellos, pues, enviados por la Iglesia, atravesaron Fenicia y Samaria, contando la conversión de los gentiles y produciendo gran alegría en todos los hermanos. Llegados a Jerusalén fueron recibidos por la Iglesia y por los apóstoles y presbíteros, y contaron cuanto Dios había hecho juntamente con ellos. Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe, se levantaron para decir que era necesario circuncidar a los gentiles y mandarles guardar la Ley de Moisés. Se reunieron entonces los apóstoles y presbíteros para tratar este asunto.”

    Hch. 20, 17
    “Desde Mileto envió a llamar a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso.”

    Hch. 20, 28
    “Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual os ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que Él se adquirió con la sangre de su propio Hijo.”

    Hch. 21, 18
    “Al día siguiente Pablo, con todos nosotros, fue a casa de Santiago; se reunieron también todos los presbíteros.”

    1 Tim. 3, 1
    “Es cierta esta afirmación: Si alguno aspira al cargo de epíscopo, desea una noble función.”

    1 Tim. 4, 14
    “No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunicó por intervención profética mediante la imposición de las manos del colegio de presbíteros.”

    1 Tim. 5, 17
    “Los presbíteros que ejercen bien su cargo merecen doble remuneración, principalmente los que se afanan en la predicación y en la enseñanza.”

    2 Tim. 1, 6
    “Por esto te recomiendo que reavives el carisma de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.”

    Tit. 1, 5
    “El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras presbíteros en cada ciudad, como yo te ordené.”

    1 Pe. 5, 1
    “A los ancianos que están entre vosotros les exhorto yo, anciano como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que está para manifestarse.”

  8. #188
    Fecha de Ingreso
    14-octubre-2014
    Mensajes
    2.119

    Predeterminado

    Los Sacramentos son signos sensibles, instituidos por Jesucristo para darnos la gracia. La Iglesia Católica, Su Iglesia, los reconoce.

    LOS SIETE SACRAMENTOS EN LA BIBLIA - IV

    • MATRIMONIO

    Gén. 1, 26-28
    “Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra. Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó. Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.»”

    Gén. 2, 18-25
    “Dijo luego Yahveh Dios: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.» Y Yahveh Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera. El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda adecuada. Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne. De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: «Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada.» Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne. Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban uno del otro.”

    Mt. 5, 31-32
    “También se dijo: ‘El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio.’ Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto en caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio.”

    Mt. 19, 3-9
    “Y se le acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, le dijeron: «¿Puede uno repudiar a su mujer por un motivo cualquiera?» Él respondió: «¿No habéis leído que el Creador, desde el comienzo, ‘los hizo varón y hembra’, y que dijo: ‘Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne?’ De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre.» Dícenle: «Pues ¿por qué Moisés prescribió dar acta de divorcio y repudiarla?» Díceles: «Moisés, teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón, os permitió repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue así. Ahora bien, os digo que quien repudie a su mujer -no por fornicación- y se case con otra, comete adulterio.»”

    Mc. 10, 2-12
    “Se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: «¿Puede el marido repudiar a la mujer?»
    Él les respondió: «¿Qué os prescribió Moisés?» Ellos le dijeron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla.» Jesús les dijo: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto.
    Pero desde el comienzo de la creación, ‘Él los hizo varón y hembra.’ ‘Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne.’ Pues bién, lo que Dios unió, no lo separe el hombre.» Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto. Él les dijo: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.»”

    Lc. 16, 18
    “Todo el que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con una repudiada por su marido, comete adulterio.”

    Rom. 7, 2-3
    “Así, la mujer casada está ligada por la ley a su marido mientras éste vive; mas, una vez muerto el marido, se ve libre de la ley del marido. Por eso, mientras vive el marido, será llamada adultera si se une a otro hombre; pero si muere el marido, queda libre de la ley, de forma que no es adultera si se casa con otro.”

    1 Cor. 7, 1-15
    “En cuanto a lo que me habéis escrito, bien le está al hombre abstenerse de mujer. No obstante, por razón de la impureza, tenga cada hombre su mujer, y cada mujer su marido. Que el marido dé a su mujer lo que debe y la mujer de igual modo a su marido. No dispone la mujer de su cuerpo, sino el marido. Igualmente, el marido no dispone de su cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al otro sino de mutuo acuerdo, por cierto tiempo, para daros a la oración; luego, volved a estar juntos, para que Satanás no os tiente por vuestra incontinencia. Lo que os digo es una concesión, no un mandato. Mi deseo sería que todos los hombres fueran como yo; mas cada cual tiene de Dios su gracia particular: unos de una manera, otros de otra. No obstante, digo a los célibes y a las viudas: Bien les está quedarse como yo. Pero si no pueden contenerse, que se casen; mejor es casarse que abrasarse. En cuanto a los casados, les ordeno, no yo sino el Señor: que la mujer no se separe del marido, mas en el caso de separarse, que no vuelva a casarse, o que se reconcilie con su marido, y que el marido no despida a su mujer. En cuanto a los demás, digo yo, no el Señor: Si un hermano tiene una mujer no creyente y ella consiente en vivir con él, no la despida. Y si una mujer tiene un marido no creyente y él consiente en vivir con ella, no le despida. Pues el marido no creyente queda santificado por su mujer, y la mujer no creyente queda santificada por el marido creyente. De otro modo, vuestros hijos serían impuros, mas ahora son santos. Pero si la parte no creyente quiere separarse, que se separe, en ese caso el hermano o la hermana no están ligados: para vivir en paz os llamó el Señor.”

    1 Cor. 7, 39
    “La mujer está ligada a su marido mientras él viva; mas una vez muerto el marido, queda libre para casarse con quien quiera, pero sólo en el Señor.”

    Ef. 5, 3
    “La fornicación, y toda impureza o codicia, ni siquiera se mencione entre vosotros, como conviene a los santos.”

    Ef. 5, 5
    “Porque tened entendido que ningún fornicario o impuro o codicioso -que es ser idólatra- participará en la herencia del Reino de Cristo y de Dios.”

    Ef. 5, 21-33
    “Sed sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo. Las mujeres a sus maridos, como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es Cabeza de la Iglesia, el salvador del Cuerpo. Así como la Iglesia está sumisa a Cristo, así también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada. Así deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer se ama a sí mismo. Porque nadie aborreció jamás su propia carne; antes bien, la alimenta y la cuida con cariño, lo mismo que Cristo a la Iglesia, pues somos miembros de su Cuerpo. ‘Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne.’ Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia. En todo caso, en cuanto a vosotros, que cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer, que respete al marido.”

    Heb. 13, 4
    “Tened todos en gran honor el matrimonio, y el lecho conyugal sea inmaculado; que a los fornicarios y adúlteros los juzgará Dios.”

    1 Pe. 3, 1-7
    “Igualmente, vosotras, mujeres, sed sumisas a vuestros maridos para que, si incluso algunos no creen en la Palabra, sean ganados no por las palabras sino por la conducta de sus mujeres, al considerar vuestra conducta casta y respetuosa. Que vuestro adorno no esté en el exterior, en peinados, joyas y modas, sino en lo oculto del corazón, en la incorruptibilidad de un alma dulce y serena: esto es precioso ante Dios. Así se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios, siendo sumisas a sus maridos; así obedeció Sara a Abraham, llamándole ‘Señor’. De ella os hacéis hijas cuando obráis bien, sin tener ningún temor. De igual manera vosotros, maridos, en la vida común sed comprensivos con la mujer que es un ser más frágil, tributándoles honor como coherederas que son también de la gracia de Vida, para que vuestras oraciones no encuentren obstáculo.”

  9. #189
    Fecha de Ingreso
    15-marzo-2012
    Ubicación
    Colima. México.
    Mensajes
    1.733

    Lightbulb

    Cita Iniciado por VANGELIS Ver Mensaje
    Los Sacramentos son signos sensibles, instituidos por Jesucristo para darnos la gracia. La Iglesia Católica, Su Iglesia, los reconoce.
    La iglesia católica, no la instituyó Jesús. ¿Dónde está el acta constitutiva que en ese tiempo ya se usaba para dar fe legal?

    La iglesia (PUEBLO) la constituye todo aquel que forma parte de su pueblo con fe en él, sin importar la institución. Y menos esta institución manchada de sangre, que no es digna de dar a nadie su aval y miente diciendo que en exclusiva, la fundó Jesucristo. ¡Dios no es discriminador de sus hijos de todo el mundo! NO fundo por ello una institución, si un pueblo de fe.

    Son principalmente las personas de fe y dignos, quienes se constituyen en el verdadero pueblo (eklesia) de Dios. Las instituciones… en su caso… solo son herramientas secundarias, por medio de las cuales, el hombre se apoya para vigorizar su fe y obras. Nunca puertas exclusivas al cielo. Esto es demoniaco solo pensarlo.:001_smile::001_smile::001_smile:

  10. #190
    Fecha de Ingreso
    14-octubre-2014
    Mensajes
    2.119

    Predeterminado

    Cita Iniciado por Ulsr Ver Mensaje
    La iglesia católica, no la instituyó Jesús. ¿Dónde está el acta constitutiva que en ese tiempo ya se usaba para dar fe legal?

    La iglesia (PUEBLO) la constituye todo aquel que forma parte de su pueblo con fe en él, sin importar la institución. Y menos esta institución manchada de sangre, que no es digna de dar a nadie su aval y miente diciendo que en exclusiva, la fundó Jesucristo. ¡Dios no es discriminador de sus hijos de todo el mundo! NO fundo por ello una institución, si un pueblo de fe.

    Son principalmente las personas de fe y dignos, quienes se constituyen en el verdadero pueblo (eklesia) de Dios. Las instituciones… en su caso… solo son herramientas secundarias, por medio de las cuales, el hombre se apoya para vigorizar su fe y obras. Nunca puertas exclusivas al cielo. Esto es demoniaco solo pensarlo.:001_smile::001_smile::001_smile:
    De todo esto, ¿Me puedes dar la cita biblica correspondientes a tu escrito?.

    Los Sacramentos están en la Biblia, Cristo escogiendo a Pedro para edificar su Iglesia, son verdades y palabra de Dios, . . . pero todo eso que tú escribiste, ¿tiene base bíblica? ¿Dónde está en la biblia?

Tags for this Thread

Normas de Publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder mensajes
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •