Esta hormona caracterizada mas bien con la masculinidad, llega a determinar el grado de felicidad o infelicidad en una mujer, haciendo como balanza con el efecto de las hormonas femeninas que les propina depresiones.

De asustarles la jeringa, tendrían que tragarse cantidades de comprimidos de aceite de hígado de bacalao…

Y considerando que tiene el efecto rebote, pienso que si a las preadolescentes, e incluso a las niñas se les suministrara regularmente, no solo gozarían de una vida más jocosa y mucho menos depresiva, sino que luego cuando dejaran de suministrarles la misma, se desarrollarían bastante mejor al producir consecuentemente más cantidad de sus hormonas correspondientes, así de mayores serian mas “buenonas”, eso.