No. Nada. Desde que se inventaron las excusas todo el mundo queda bien.
Estoy altamente ofendido de que no me reconozcas. Estoy indignado.
Exijo una satisfacción.
No. Nada. Desde que se inventaron las excusas todo el mundo queda bien.
Estoy altamente ofendido de que no me reconozcas. Estoy indignado.
Exijo una satisfacción.
Mi pena es sencilla y nada misteriosa y, como tu alegría, por cualquier cosa estalla.