LA VIRGEN MARIA Y LA RESURRECCION DE CRISTO
¿Fue Maria, la madre de Jesus, la primera en ver a su hijo resucitado?
Aunque la Biblia no lo dice, hay razones para creer que si.
San Juan Pablo II en su catequesis nos explica por que. Veamos:
Después de que Jesús es colocado en el sepulcro, María es la única que mantiene viva la llama de la fe, preparándose para acoger el anuncio gozoso y sorprendente de la Resurrección
La espera que vive la Madre del Señor el Sábado santo constituye uno de los momentos más altos de su fe: en la oscuridad que envuelve el universo, ella confía plenamente en el Dios de la vida y, recordando las palabras de su Hijo, espera la realización plena de las promesas divinas.
Los evangelios refieren varias apariciones del Resucitado, pero no hablan del encuentro de Jesús con su madre. Este silencio no debe llevarnos a concluir que, después de su resurrección, Cristo no se apareció a María; al contrario, nos invita a tratar de descubrir los motivos por los cuales los evangelistas no lo refieren.
Suponiendo que se trata de una "omisión", se podría atribuir al hecho de que todo lo que es necesario para nuestro conocimiento salvífico se encomendó a la palabra de testigos escogidos por Dios (Hch 10, 41), es decir, a los Apóstoles, los cuales con gran poder (Hch 4, 33) dieron testimonio de la resurrección del Señor Jesús. Antes que a ellos el Resucitado se apareció a algunas mujeres fieles, por su función eclesial: Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán (Mt 28, 10).
Si los autores del Nuevo Testamento no hablan del encuentro de Jesús resucitado con su madre, tal vez se debe atribuir al hecho de que los que negaban la resurrección del Señor podrían haber considerado ese testimonio demasiado interesado y, por consiguiente, no digno de fe.
Los evangelios, además, refieren sólo unas cuantas apariciones de Jesús resucitado, y ciertamente no pretenden hacer una crónica completa de todo lo que sucedió durante los cuarenta días después de la Pascua. San Pablo recuerda una aparición "a más de quinientos hermanos a la vez" (1 Co 15, 6). ¿Cómo justificar que un hecho conocido por muchos no sea referido por los evangelistas, a pesar de su carácter excepcional? Es signo evidente de que otras apariciones del Resucitado, aun siendo consideradas hechos reales y notorios, no quedaron recogidas.
¿Cómo podría la Virgen, presente en la primera comunidad de los discípulos (cf. Hch 1, 14), haber sido excluida del número de los que se encontraron con su divino Hijo resucitado de entre los muertos?
Más aún, es legítimo pensar que verosímilmente Jesús resucitado se apareció a su madre en primer lugar. La ausencia de María del grupo de las mujeres que al alba se dirigieron al sepulcro (cf. Mc 16, 1; Mt 28, 1), ¿no podría constituir un indicio del hecho de que ella ya se había encontrado con Jesús? Esta deducción quedaría confirmada también por el dato de que las primeras testigos de la resurrección, por voluntad de Jesús, fueron las mujeres, las cuales permanecieron fieles al pie de la cruz y, por tanto, más firmes en la fe.
En efecto, a una de ellas, María Magdalena, el Resucitado le encomienda el mensaje que debía transmitir a los Apóstoles (cf. Jn 20, 17-18). Tal vez, también este dato permite pensar que Jesús se apareció primero a su madre, pues ella fue la más fiel y en la prueba conservó íntegra su fe.
Por último, el carácter único y especial de la presencia de la Virgen en el Calvario y su perfecta unión con su Hijo en el sufrimiento de la cruz, parecen postular su participación particularísima en el misterio de la Resurrección.
Un autor del siglo V, Sedulio, sostiene que Cristo se manifestó en el esplendor de la vida resucitada ante todo a su madre. En efecto, ella, que en la Anunciación fue el camino de su ingreso en el mundo, estaba llamada a difundir la maravillosa noticia de la resurrección, para anunciar su gloriosa venida. Así inundada por la gloria del Resucitado, ella anticipa el "resplandor" de la Iglesia (cf. Sedulio, Carmen pascale, 5, 357-364: CSEL 10, 140 s).
Por ser imagen y modelo de la Iglesia, que espera al Resucitado y que en el grupo de los discípulos se encuentra con él durante las apariciones pascuales, parece razonable pensar que María mantuvo un contacto personal con su Hijo resucitado, para gozar también ella de la plenitud de la alegría pascual.
La Virgen santísima, presente en el Calvario durante el Viernes santo (cf. Jn 19, 25) y en el cenáculo en Pentecostés (cf. Hch 1, 14), fue probablemente testigo privilegiada también de la resurrección de Cristo, completando así su participación en todos los momentos esenciales del misterio pascual. María, al acoger a Cristo resucitado, es también signo y anticipación de la humanidad, que espera lograr su plena realización mediante la resurrección de los muertos.
En el tiempo pascual la comunidad cristiana, dirigiéndose a la Madre del Señor, la invita a alegrarse: "Regina caeli, laetare. Alleluia". "¡Reina del cielo, alégrate. Aleluya!". Así recuerda el gozo de María por la resurrección de Jesús, prolongando en el tiempo el "¡Alégrate!" que le dirigió el ángel en la Anunciación, para que se convirtiera en "causa de alegría" para la humanidad entera.
Catequesis durante la audiencia general del 3 de abril de 1996
Fuente: Catholic.net
http://es.catholic.net/op/articulos/...de-cristo.html
Amigos protestantes o de religiones no católicas:
Algo que debemos comprender respecto al catolicismo es que no impone como obligatoria o indispensable la intercesión de la Virgen María entre el creyente y Dios.
El apelar a la Virgen María es una opción del creyente católico. Pero si prefiere dirigirse a Dios directamente, no hay razón alguna dentro de la doctrina de su iglesia para que se le reproche o que lo considere pecado.
En la práctica, todos pedimos a nuestros amigos o compañeros de fe que oren por una causa que nos interesa: por ejemplo, cuando tenemos enfermo a un familiar. ¿Por qué lo hacemos? ¿Son acaso indispensables las oraciones de nuestros hermanos? ¿No bastaría que le pidamos directamente al Señor la sanidad de nuestro familiar?
Amigos católicos: Mientras vivan en la gracia de Dios, siguiendo los pasos de Jesús, nunca se dejen avergonzar o intimidar por quienes en su ignorancia los acusen de mariolatría.
Dios, nuestro Dios, es Único y, como baha'i, sé que ustedes lo adoran.
para empezar maria No es esposa de jesus para que venga con sus incoherencias sino que como nosotros humanos por ejemplo yo mi alma inmortal procede de Dios esto no significa que mi madre no sea realmente madre mia...asi es como jesus obtuvo una Madre por la encarnacion como todo humano (y eso no trastoca como Dios su relacion con el padre celestial) incluido usted aunque no lo crea maria es madre de todos los cristianos espiritualmente hablando al ser Madre de cristo fundador del cristianismo mas no del mormonismo ni del arrianismo donde usted pertenece asi que...................no tiene MADRE como dicen los mexicanos
Última edición por apologista; 09-oct.-2017 a las 16:06
Dudo que uslr sea mormón, ya lo hubiese notado hace tiempo..
sin embargo, dada tu ignorancia acerca del mormonismo, te digo que
este no es antagonista al marianismo, el mismo libro de mormón
menciona a maría 600 años antes de cristo, de la manera mas solemne
lo único en lo que no caemos los mormones es en la adoración y rezos a maría,
aun cuando la primera versión impresa del libro de mormón en 1830 decía textualmente:
"maría la madre de Dios"
https://mormonsud.org/evangelio-y-do...-virgen-maria/
Pues en realidad no enseñamos tal cosa, nuestras escrituras dicen claramente que María daría a luz a Cristo por el Poder del Espíritu Santo..
y siendo ella virgen, un vaso precioso y escogido, a quien se hará sombra y concebirá por el poder del Espíritu Santo, dará a luz un hijo, sí, aun el Hijo de Dios.
Por eso a veces es mejor ir al cine a que otro te cuente la película..