Una vez, en la lejana Ispahan...

Un hombre rico compró una hermosísima esclava en 100 monedas de plata.

La llevó a su casa y llegó a amarla con pasión.

Un día este hombre miraba a su esclava con tal embelesamiento que ésta, al advertirlo, le dijo:
- ¿Por qué me miras, señor mío de esa extraña manera…?

y él le respondió:
- por que tienes tan hermosos ojos que temo olvidarme de amar a Dios.

A la mañana siguiente, la esclava se arrancó los ojos.


El pobre hombre entonces, entre gritos desgarradores le dijo:
- ¡¿Pero que cosa tan terrible has hecho, mujer...?!

y ella respondió:
-¡ Oh Señor mío…! perdóname,, pero no podía permitir que por culpa de mis ojos te alejaras del rostro de Dios...

él sollozando le dijo:
- Nunca debiste hacer eso desdichada mujer, ahora te has devaluado para mí.

Esa noche el hombre soñó con Dios y éste le decía:
- Tu esclava rebajó su valor para ti, pero lo aumentó para mí, por eso me la llevo conmigo...

Al despertar, el hombre encontró a su lado a la esclava muerta y debajo de la almohada halló una bolsa con 100 monedas de plata...




*