No estoy seguro de que haya otra versión diferente de la que hablamos aquí. Los he observado (con cierta admiración) durante muchos años y los vi muy de cerca.
Cuando hablo de que exista diversidad en este tipo de foros, me refiero a esto: nos haría falta un mormón para corregirme si estoy equivocado.
En Salt Lake City tienen su "vaticano", que ellos denominan Templo, un impresionante edificio que contiene muchas oficinas para la administración de su religión:
http://es.wikipedia.org/wiki/Templo_de_Salt_Lake_City
En los alrededores, dentro de las mismas instalaciones, hay museos, librerías, cine, sucursales del Zions Bank...y áreas de evangelización.
Ahí empecé mi visita lleno de curiosidad. Llegué solo y me senté en una banca. Una chica joven y guapa me detectó, y me abordó en perfecto español preguntando por mi computadora manual (último modelo en la época) en la que tomaba mis apuntes para mi libro de religión próximo a editarse.
Cuando le expliqué la tecnología, me preguntó dulcemente por la razón de mi visita, y me fue llevando (y yo dejándome llevar) hacia su premeditada estrategia: yo para ella era un cliente potencial, un prospecto ni más ni menos, un agnóstico que urgentemente requería Fe.
En esas salas y museos pasean disimuladamente chicas de todas las razas, todas guapas y elegantes, abordando a los turistas curiosos para atraparlos.
Me regaló libros finos, bien encuadernados, de su religión.
Después, al notar que yo no era fácil de evangelizar, me llevó con su superior, otro joven de unos 30 años con mucho más colmillo. Como sea, decidieron "adoptarme" unos días: me hicieron un programa de visitas a museos, a ver películas, etc., todo un programa de mercadotecnia de más de una semana.
Estudié sus libros en el hotel, y regresé a discutirlos con este jefe. Él mismo me dijo que su teología era "complicada", lo que había desprestigiado a su gente en tiempos anteriores, pero ya la consideraban algo así como metafórica.
Finalmente, de despedida, me pidieron mi dirección en México. Se me hizo mal no dárselas, así que la anotaron.
Mi viaje era de negocios por los EUA, así que tardé todavía una semana en llegar a casa. Llegando del aeropuerto, al abrir la puerta de casa, me encuentro a mi esposa...rodeada de mormones, toda una embajada esperándome para recuperar su inversión en mí de Salt Lake City.
No de una manera muy amable les pedí que se largaran en ese momento, porque mi esposa no sabía lo que estaba pasando ni realmente cómo me había involucrado con ellos. Son tremendos, aunque no son los peores en eso del acoso evangelizador.
Nunca más me molestaron. Mi libro incluyó un nuevo capítulo dedicado a ellos.
Saludos.