"Más vale paso que dure a trote que canse". Más que remedios "milagro" para bajar de peso, lo importante es la constancia y el fomentar buenos hábitos alimenticios y actividad física.
Un buen hábito es no saltarse el desayuno (ni ninguna comida) porque cuando hay ayunos prolongados, el cuerpo los interpreta como inanición y almacena lo poco que se ingiera, como grasa; por eso también se debe comer cada 4 horas (alguna colación nutritiva) para acelerar el metabolismo, evitar las harinas, la sal, el azúcar y los alimentos procesados y beber mucha agua, por lo menos 2 litros a lo largo del día.