Chat

Chatea gratis con amigos de todo el Mundo

Mostrando resultados del 1 al 10 de 12

Tema: El humilde monje barrendero

Threaded View

Mensaje Previo Mensaje Previo   Próximo Mensaje Próximo Mensaje
  1. #1
    Fecha de Ingreso
    16-julio-2014
    Mensajes
    563

    Predeterminado El humilde monje barrendero

    Este cuento no es mío. Hasta donde sé, se llamó originalmente Las Mil Caras de Dios, pero no encuentro referencias en la Internet.

    Lo único que yo hice fue resumirlo y actualizarlo, porque lo considero una joya del agnosticismo y del respeto que los cerebros humanos privilegiados necesitan.

    No sé en este momento quién es el autor, pero apreciaría que alguien lo investigara.

    ¡Disfrútenlo!



    EL HUMILDE MONJE BARRENDERO

    Durante un ocupado miércoles, en la oficina de ventas de la IBM en la ciudad de Chicago, David Cloppert abrió un curioso sobre de correo con un timbre postal de Nepal. Era, desde luego, algo inusual en esa oficina consagrada a la venta de computadoras al primer mundo. La sorpresa grande fué el contenido: una carta manuscrita, en inglés deficiente, y un cheque del Nepal Bank por $ 500 000 dólares. David, desconcertado, prefirió pasarle el asunto a su jefe, el Director Comercial de Computadoras de Alta Capacidad, de nombre Joseph Dittmar.

    Joseph leyó detenidamente la carta, en la que el Lama de un monasterio budista del Himalaya, hacía un pedido por una computadora inusual: su capacidad estaba en el límite autorizado por el gobierno de los EUA para ventas al extranjero. ¿Para qué querría un absurdo monje del tercer mundo una computadora que no existía ni en la antigua URSS? Sin embargo, "money is money", y, ante la magnitud del pedido y la recesión en los EUA, Joseph Dittmar decidió seguir las instrucciones del presunto comprador: enviar urgentemente un representante de IBM a Katmandú. La curiosidad hizo que Joseph fuera personalmente.

    El viernes siguiente, un jet de Nepalian Airlines aterrizaba en la pista 2 del Nepal International Airport, llevando al sorprendido Joseph Dittmar a bordo. Su sorpresa se hizo mayor cuando vio a un grupo de monjes rapados esperándolo con una recua de mulas. Y en esas mulas, el cortejo híbrido (nepalenses y norteamericano) ascendió por las faldas del Himalaya hasta llegar, al anochecer, a un extrañamente ubicado monasterio, a más de 3500 m. de altura sobre el nivel mar.

    Joseph fué llevado a su modesta habitación (muy lejos en lo que a lujo se refiere de lo que Joseph acostumbraba), y luego presentado al Gran Lama de ese monasterio. Durante la cena, el pequeño Gran Lama explicó a Joseph su importantísimo proyecto:

    "Verá, Mr. Joseph (así hablaba el monje): el objetivo de este monasterio es únicamente el conocer a Dios. A eso nos consagramos, y solamente descartamos aquellas opciones que son verdaderamente absurdas, pues nadie ha podido definir realmente, hasta hoy, al creador del universo.

    Y aquel delgado joven que está barriendo la cocina, tuvo la idea nada absurda de creer que todo el universo, incluyendo al hombre, tiene, como único objetivo, conocer el verdadero nombre de Dios. Sabemos que han existido miles de idiomas y de alfabetos, así que, para lograr cualquier combinación posible de estos elementos, necesitamos un software y una computadora con la capacidad que le estamos pidiendo, y así agotar la opción presentada por nuestro barrendero."

    Joseph tenía, en ese momento, dos emociones encontradas: risa (contenida) y ganas de vender, y priorizó la segunda. Cotizó inmediatamente.


    A la mañana siguiente, Joseph regresó a Chicago, muerto de la risa y de la alegría de lograr un pedido de $ 2 millones de dólares hecho por un grupo de rapados idiotas, cuyo cerebro seguramente estaba afectado por la falta de oxígeno en el Himalaya.

    Un mes después, un Boeing 747 de carga aterrizaba en el Nepal International Airport, con una carga electrónica perfectamente empacada. Una enorme caravana de mulas y rapados se encargó de llevar a varios técnicos de la IBM (y a Joseph, que quería seguirse divirtiendo) hasta el absurdo monasterio de las alturas.

    En dos días, los brillantes tecnólogos de la IBM instalaron el equipo, y dejaron corriendo el programa que combinaba en millones de formas las letras de miles de alfabetos conocidos, a una velocidad de primer mundo.

    Joseph recibió del Gran Lama el cheque con el saldo, entregó la correspondiente factura (no sé si era deducible), y se preparó para el descenso a Katmandú.

    Y así, entre risa y carcajada, mientras Joseph soñaba, en pleno descenso, con su comisión y su próximo aumento de sueldo, su ayudante le hizo ver algo extraño que aparecía en el firmamento: algunas estrellas estaban explotando y desapareciendo. Joseph perdió, en ese mismo momento la sonrisa y el ensueño....el universo estaba extinguiéndose poco a poco ante su sorprendida mirada.
    Última edición por Legendario AG; 25-jul.-2014 a las 08:15
    Una pequeña dosis de mí...así, pequeñita, para no intoxicarme con mis estupideces.

Normas de Publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder mensajes
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •