TOPONIMIAS de CÓRDOBA (República Argentina)

“CALAMOCHITA O CALAMUCHITA” - POR MAYOR (r) ORENCIO JULIO CORREAS


La base del sostenimiento de todos los idiomas lo constituye la escritura. Ello impide las deformaciones de los vocablos que los componen y obliga a la uniformidad de su conformación.

Los idiomas indígenas americanos adolecieron de la falta de signos ortográficos y por ello la deformación de las palabras fue lo común, pronunciándoselas según el uso o capricho de las distintas lenguas, dialectos o regiones adonde llegó su influencia.

El Quetchua o Quichua, idioma del Imperio Incaico del Perú, fue en la era pre-hispánica, al decir del eminente políglota y filólogo presbítero Dn. Miguel Angel Mossi: “el idioma diplomático entre las tribus americanas del sud, es decir, lo que es el francés en el mundo”. Por esta razón cada tribu contaba con uno o varios lenguaraces para sus entendimientos sociales, religiosos, políticos y comerciales, y por ello también los diferentes idiomas del Norte, Sud y centro de lo que es nuestro país (Argentina) introdujeron y adoptaron a los suyos respectivos más de un cuarenta por ciento, el que menos, de vocablos quetchuas.

Por esta falta de escritura, la fonética fue entonces el único medio con que contaron estas tribus para la divulgación de sus idiomas y dialectos, ya que no podrían tomarse en cuenta como escritura algunos dibujos en vajillas y utensilios diversos que muchos grupos de indígenas utilizaban para dar forma a sus ideas, o también los finos cordeles tejidos en lana de diferentes colores a los cuales se les agregaban pequeñas piedras de colores y diversos granos que, a manera de signos convencionales, usaron los incas con el nombre de “quipu”, para la transmisión o conservación del pensamiento hablado.

A esto se debe lo difícil que resulta para los historiadores e investigadores dar forma y encajar en el idioma o dialecto al que corresponden muchas palabras indígenas cuyos significados hasta hoy se ignoran, debido a las deformaciones que sufrieron.

La presencia de los conquistadores hispanos en América hizo que las tribus indígenas ya sea por snobismo o por necesidad, asimilaran o adoptaran vocablos castellanos a sus idiomas o dialectos, que ellos pronunciaban a su manera de acuerdo a la fonética que les permitía su propio lenguaje.

La B y V, no existían en casi todos los idiomas indígenas, y muy especialmente dentro de las tribus en que predominó el quetchua, de ahí que palabras que ellos adoptaron para su uso por necesidad, como ser caballo y vaca, las pronunciaban “cawallo” y “waca”.
Estas adopciones de vocablos castellanos por las tribus nativas, que como lo manifiesto anteriormente los pronunciaban de acuerdo a la fonética de sus idiomas o conformándolos al mismo, ha inducido al error a muchos reconocidos historiadores e investigadores, que los confundieron con vocablos indígenas, dándoles la interpretación que sus conocimientos de ese idioma tenían a su vez.

Esto sucede, a mi juicio, con la palabra CALAMOCHITA, convertida hoy en Calamuchita, por el uso y la costumbre.

En diferentes publicaciones (diarios, revistas, folletos, libros) siempre que se trataba de Calamuchita, han hecho o hacen aparecer este vocablo como de etimología indígena, y todos sus autores coinciden con las explicaciones dadas por el eminente historiador presbítero doctor Pablo Cabrera, entre ellas la publicada en la Revista de la Universidad de Córdoba, correspondiente a los meses de septiembre a diciembre de 1931, en su estudio “Córdoba del Tucumán. Pre-hispana y Proto-historia” del que he copiado fragmentariamente lo que se relaciona con el estudio que hace de la palabra CALAMOCHITA, para considerarla como Sanavirona (tribu provincia de Córdoba hoy extinguida por su adaptación al español) o más bien Quichua donde dice:

“Destacándose entre sus valles plenos todos los rumores y perfumes, el de Ctalamochita, por sus bosques de algarrobos y molles (mulli, muchi) cargados de racimos y de vainas de oro, mientras pendían de sus gajos como otras tantas odres de riquísima miel, los Camatis”... y al citar Ctalamochita hace una llamada donde aclara: “Léase Tala o Calamochita, es indiferente. Se trata de un vocablo cuya inicial era una consonante doble, amicha. Para el oído de los descubridores, ora sonaba C, ora T (véase el nomenclador, in verbo correspondiente).

Lafone Quevedo en su libro “Tesoro de Catamarqueñismos” dice: “Calamochita lugar en la provincia de Córdoba, hacia el Sud, visitado por Francisco Mendoza en la entrada de Roxas. ETIMOLOGÍA- Ante todo habría que determinar la lengua a que corresponde. Si es sanavirona puede tener algo de chaquense”.

Resulta que este gran investigador cuyas obras históricas y toponímicas son bien conocidas, no encuentra en la palabra CALAMOCHITA una estructura etimológica francamente indígena, siendo reconocida también su alta autoridad por sus profundos conocimientos de los diferentes idiomas y dialectos que predominaron al Norte y al Centro del país (Argentina), y muy especialmente el quichua, al que pertenecen directamente los vocablos que cita el doctor Cabrera para aseverar que Calamochita es palabra indígena, como lo he de demostrar al final de su parte gramatical de estos comentarios.

(CONTINÚA)