Sin duda alguna, vivir plenamente la sexualidad implica la satisfacción de tus gustos y preferencias y la tranquilidad de tu conciencia. No puedes considerarte un reprimido por no hacer algo con lo que no estás de acuerdo ni te vas a sentir el peor depravado por hacer algo que creas que está bien, obviamente, siempre y cuando tengas el consentimiento de tu pareja. Ahora que si lo tuyo son los muertos, los niños o los animales, entonces si tienes problemas.