Jesús reprendió ásperamente a pedro, diciendo: Quítateme de delante, satanás.

[Ulsr]

“Quítateme de delante, satanás” Un tema tan inmenso como es la lucha entre el bien y el mal.


Y esta batalla en la humanidad, es la constante de la vida. Ya sea: activa o pasiva.


El género femenino que sufre la discriminación del género masculino en la familia, en el trabajo, socialmente en muchas poblaciones y países…

El sentirnos en la debilidad, impotencia, miedo, temor, incultura…

Otras veces inundados por la ira, el odio, el deseo de venganza, malos o bajos sentimientos y emociones pasionales…

El abandono, la Indiferencia y menosprecio que sufren los niños y adultos mayores…

Las desigualdades sociales, en donde la clase política esquilma los bienes de nosotros los ciudadanos subordinados…

Las guerras que provocan el dolor, la humillación, la pobreza…

El hambre y miseria que hacen emigrar a las familias exponiéndose a la muerte, al buscar mejores lugares…

La sumisión humillante de esposas, e hijos a maridos agresivos y dominantes…

Leyes sociales que dificultan el desarrollo de la mujer y el hombre…

La inaceptación y desprecio por causas de raza, sexo, religión, situación económica o física…

La imposición de ideas inaceptables que nos roban la libertad de consciencia que imponen autoridades religiosas y gobiernos…

La esquilmación que hacen los gobiernos a los ciudadanos a quienes sumen en la pobreza y lo cual da origen a las guerras civiles…

Guerras desastrosas religiosas tan constantes, como la que hoy se vive en Irak entre sunitas y chiitas…


Ante esto, quisiéramos tener el poder de decir como lo hizo nuestro Maestro y Guía Jesucristo ante las fuerzas del mal, que estuvieran en donde sea, afectándonos, ya sea entre hermanos, amigos, malos gobiernos, ministros religiosos…“Quítateme de delante, satanás” En voz alta o mentalmente, dependiendo las circunstancias.

Y con este primer paso, quizá podemos mover sus estructuras del mal.

Y posteriormente en un segundo paso, perdonando a quienes nos han ofendido, podemos pedir a Dios que establezca su reino de perfección en el ritmo de su sabia voluntad (a veces nuestras peticiones se realizan rápidamente, suele ocurrir), agradeciendo de antemano a nuestro Padre Celestial, que establezca el orden en lo que debe de estar bien y como Y de acuerdo a la perfección y voluntad de Dios y en su tiempo.
Pero seguramente, en el primer paso, nuestro poder será muy débil y no alteraríamos mucho las estructuras del mal y de hacerlo, puede suceder algo muy molesto, podemos sentirnos contraatacados por las mismas, alterando nuestra consciencia a un estado de irritabilidad, enojo. Y con el tiempo, en cierta inestabilidad, debido a que las mismas tienden a radicar en nuestro ser, y tendremos que tener la suficiente fuerza y virtud de alejarlas.

Pero pudiéramos hacer una estrategia como la siguiente. Una vez sintamos que se han movido las entidades del mal que sostienen esta estructura.

Nos acerquemos a otro gran consejo de nuestro Maestro Jesús. Que nos encerremos en nuestro cuarto en soledad “Mateo 6, 6. Tú, al contrario, cuando hubieres de orar, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora en secreto a tu Padre, y tu Padre, que ve lo más secreto, te premiará en público.” Y nos acerquemos a nuestra presencia de Dios con entera humildad, procurando una profunda paz interior en Él, en un estado de meditación o contemplación en la soledad espiritual interna profunda, para obligar a alejar toda fuerza del mal que podamos tener y sentir. Y cuando estas salen, cada una generalmente es como con cierto estremecimiento corporal del punto donde salen, como cuando nos quitamos la pus de un grano, aunque sin tanto dolor, así se siente la salida de algunas entidades, dándonos, una buena sensación de alivio. Aunque la forma de su salida puede ser muy variada, desde una sensación de comezón, especialmente en el comienzo, porque es cuando todavía pueden contraatacan, pero al final algunas salidas son completamente imperceptibles.

Y así podemos establecer mayor bienestar espiritual con la limpieza en nuestro templo interior.

Otro indudable muy resumido, pero gran punto de vista que puede uno aprender de las enseñanzas evangélicas.

Que la paz de Dios esté en nuestra hermandad de buena voluntad.:001_smile:

[Loma_P]