Cristianos… Apóstoles de la mentira

Según dijo Descartes:

“El verdadero buscador de la verdad debe dudar por lo menos una vez en la vida, de todo, si es posible.”
¡Si!, yo también estoy de acuerdo con esto. Pues para encontrar la verdad, una persona ha de ser libre para poder replantearse cualquier tema, nos debemos de poder hacer cualquier pregunta; por mucho que el tema que estemos estudiando, o la forma de plantearnos esa pregunta, sea considerado como una herejía, o como una blasfemia por parte de los demás.

¡Ahora bien! Una vez que ya nos hemos planteado la pregunta. ¿Qué hacemos con ella? Una pregunta a la que no damos respuesta, se pudre en nuestro interior, y amenaza con pudrir incluso nuestra fe. Ante una pregunta, solo podemos hacer dos cosas: La primera es buscar las pruebas que confirmen o descarten de nuestra respuesta. Y la segunda es no hacer nada, y quedarnos en la duda. Pero en este último caso, creeremos o no creeremos… ¿Según qué? ¿Creeremos según nuestro gusto, o según nuestros intereses? ¿En que basaremos la fe en nuestras creencias?

Hay preguntas a las que no tenemos respuesta posible, como por ejemplo: ¿Existe Dios? No podemos probar su existencia, pero tampoco podemos probar su inexistencia. YO SOY HOMBRE DE FE y por un montón de indicios, además de unas experiencias personales (que nada tienen que ver con visiones, o alucinaciones) y por meditaciones propias, he llegado a creer en Dios. Sin pruebas, pero no sin causas.

La FE no se basa en pruebas. Eso es cierto, pues de lo contrario estaríamos hablando de ciencia y no de fe. Pero la FE no es creer por creer, la FE es una creencia CIERTA en algo. Una creencia de la que estamos totalmente convencidos de ella, a pesar de no tener ninguna prueba objetiva que verifique nuestra creencia.

Lo que no puede ser fe, es aquella creencia de la cual, no se tiene base alguna, y todavía menos, cuando existen pruebas en contra de susodicha creencia. Eso ya no es fe, si no que simplemente es superchería.

La primera creencia del creyente es la existencia de Dios. Como había dicho antes, no hay pruebas objetivas que justifiquen nuestra creencia, pero tampoco las hay en su contra. Pero la propia vida nos permite acceder a muchos indicios de su posible existencia, y eso nos aporta una base más que aceptable para nuestra FE.

Aquellos que niegan a Dios, no pueden negar la vida. Y pese que ellos afirmen por su propio “dogma de fe”, que la vida ha sido creada por el dios de los ateos, al que ellos llaman “azar”, tampoco lo han podido probar jamás. Pero a pesar de todo, no se privan de llamar “herejes” (que en su propia jerga religiosa, los llaman “ignorantes”) a las personas que no piensan como ellos.
No por haber dicho lo que he dicho, quiere decir que yo esté en contra de la ciencia. Yo no considero antagónicos los conceptos de ciencia y religión. Por un lado, la Biblia me enseña quien ha creado la tierra, el universo, y la vida. Por otra parte, la ciencia me enseña la manera en que Dios, los ha creado. Y con todo mi respeto por la ciencia, he de decir que esta ciencia no es mi religión. Pero de lo que si estoy en contra es de aquellos enemigos de Dios, que amparándose en una seudo ciencia pretenden demostrar la inexistencia de Dios. Pero de todas formas, el mayor perjuicio para la fe de los hombres, no son estos ateos beligerantes, si no que al contrario, el mayor peligro llega de la mano de aquellos que falsamente se llaman creyentes.

La afirmación de la mayoría de los cristianos donde dicen que Dios es “trino”, me llena de pasmo, vergüenza, y enojo. Afirman que creen en un solo Dios, pero que este, está compuesto de tres personas distintas. ¿Esto en que se basa? ¿A quien se le ocurrió semejante idea absurda? Yo les cito varios textos de la Biblia, como por ejemplo:

(Isaías 43:10)
«Ustedes son mis testigos —afirma el Señor—, son mis siervos escogidos, para que me conozcan y crean en mí, y entiendan que yo soy. Antes de mí no hubo ningún otro dios, ni habrá ninguno después de mí.

(Isaías 46:8-9)
Recuerden esto, rebeldes; piénsenlo bien, ¡fíjenlo en su mente! Recuerden las cosas pasadas, aquellas de antaño; yo soy Dios, y no hay ningún otro, yo soy Dios, y no hay nadie igual a mí.
Pero ellos insisten en que soy yo quien no lo entiendo. Ellos aseguran que creen en un solo Dios, como dicen las citas de la Biblia, pero que este está compuesto de tres personas distintas. Jamás un ser de cualquier tipo, ha estado formado por varios seres vivos distintos. Así que no hay ningún indicio en la naturaleza que nos permita considerar tal cosa como posible. La Biblia, tampoco dice nada al respecto de que Dios esté formado por otros seres vivos distintos. Por lo tanto, la trinidad, es solo una mentira inventada por los hombres, sin razón, y sin base alguna. Acto seguido, llegan otros cristianos que defienden otro tipo de trinidad y me dicen que no es eso, si no que solo hay un Dios, y que es una sola persona (¡Uf! Que descanso) Pero que a veces se presenta ante los hombres como el Padre, otras veces se presenta como el Hijo, y otras como el Espíritu Santo. Yo no puedo creer eso y les cito de la Biblia:


(Mateo 3:16-17)
Tan pronto como Jesús fue bautizado, subió del agua. En ese momento se abrió el cielo, y él vio al Espíritu de Dios bajar como una paloma y posarse sobre él. Y una voz del cielo decía: «Éste es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él.»
(Mateo 17:1-5)
Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, el hermano de Jacobo, y los llevó aparte, a una montaña alta. Allí se transfiguró en presencia de ellos; su rostro resplandeció como el sol, y su ropa se volvió blanca como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías conversando con Jesús. Pedro le dijo a Jesús:
—Señor, ¡qué bien que estemos aquí! Si quieres, levantaré tres albergues: uno para ti, otro para Moisés y otro para Elías. Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: «Éste es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él. ¡Escúchenlo!»
Estas citas que incluyo, es para que puedan observar que la Biblia nos muestra la existencia de dos personas como mínimo. A Yeshua que está en la tierra, y la voz de Dios que se oye desde el cielo.
Por lo tanto, debería de ser evidente, que la postura de estos otros cristianos, a pesar de ser más lógica y natural que la típica postura trinitaria, tampoco puede ser cierta de ninguna manera.

Y no contentos con esto, llegan otros y aseguran que hay muchos dioses. Apoyándose en [color=“Red”](Juan 10:34)[/color], aseguran que el propio Yeshua confirma la existencia de muchos dioses. Mientras que los primeros aseguran que en [color=“Red”](Juan 10:30)[/color], Yeshua está declarándose Dios el mismo.

Veamos más detenidamente los versículos citados, con sus compañeros de contexto, para poder juzgar mejor, cual era la intención de Yeshua al decir lo que dijo, y citar lo que citó.


(Juan 10:22-38)
Por esos días se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, y Jesús andaba en el templo, por el pórtico de Salomón. Entonces lo rodearon los judíos y le preguntaron:
— ¿Hasta cuándo vas a tenernos en suspenso? Si tú eres el Cristo, dínoslo con franqueza.
—Ya se lo he dicho a ustedes, y no lo creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que me acreditan, pero ustedes no creen porque no son de mi rebaño. Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar. El Padre y yo somos uno.
Una vez más los judíos tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús les dijo:
—Yo les he mostrado muchas obras irreprochables que proceden del Padre. ¿Por cuál de ellas me quieren apedrear?
—No te apedreamos por ninguna de ellas sino por blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces pasar por Dios.
— ¿Y acaso —respondió Jesús— no está escrito en su ley: “Yo he dicho que ustedes son dioses”? Si Dios llamó “dioses” a aquellos para quienes vino la palabra (y la Escritura no puede ser quebrantada), ¿por qué acusan de blasfemia a quien el Padre apartó para sí y envió al mundo? ¿Tan sólo porque dijo: “Yo soy el Hijo de Dios”? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean. Pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean a mis obras, para que sepan y entiendan que el Padre está en mí, y que yo estoy en el Padre.
CONTINUA…