Cuando era pequeñito y durante una larga enfermedad, fue cuando lo aprendí. Mis padres querían que aprovechara el tiempo y me regalaron un libro de papiroflexia. Un poco de habilidad y mucho tiempo de hastío es suficiente para inmortalizar bonitas figuras. Llegué a aprender más de 50. Esta fue una de las primeras:




Saludos.