Gente hablando, música de ambiente
Gente hablando, música de ambiente
De joven, vine del Norte salvaje a la ciudad de la sed
y del pecado.
Con la antorcha y el acero, con la sangre y las llamas
Me gané lo que un hombre puede tener:
Sí, jugué y gané en el juego del demonio...
Tuve esplendor y gloria, y fama fulgurante
Y me reí ante el guiño de la muerte.
Los gemidos de las escenas de una peli porno.
La olla de presion, mi hijo jugando videojuegos, coches pasando, el perro ladrando.
la tele de la sala, los clicks del teclado, un fuerte zumbido de los ventiladores de un pc que estoy reparando, y algunos leves crujidos de la silla.
La television y los ventiladores de techo.
Hoy toca sonidos de casa: la lavadora centrifugando (parece que nunca acaba), las teclas, el ventilador del pc, la Máximafm y a ratos, el perrito que anda de acá para allá liado con sus juguetes... él, a veces, estornuda, gruñe, resopla y yo, a veces, bostezo o tarareo... poco nos llevamos...
«Thou wilt keep him in perfect peace, whose mind is stayed on thee: because he trusteth in thee». – Isaiah 26:3
Ahora mismo el sonido del denso tráfico de una gran ciudad.
El vecino taladrando en estos momentos y la música de mi radio sonando.
La música se toca con el corazón y se siente con el alma.
Quien ama la música, ama la vida.
Sin música, la vida sería un error.
La vida es como el teclado de un piano; tiene teclas blancas, pero también algunas negras.
El gaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssssssssssss