Si,hoy parece mentira.Pero existió un eminente Catedrático de Derecho Procesal en Italia,discipulo del Maestro Chiovenda,que se llamó Piero Calamandrei.Ese Catedrático,al tiempo que enseñaba el Derecho procesal en la Universidad,lo aplicaba como Abogado,y esa experiencia le dio un profundo conocimiento de los Jueces.De ese conocimiento surgió un sentido respeto por la "función de juzgar" ,y de ese respeto,la obra que comentamos.
Creo que,en estos tiempos,conviene resaltar alguno de los pensamientos que se contienen en ese "Elogio de los Jueces escrito por un Abogado",compuesto de 12 capitulos.....
Voy a recordar algunos de ellos,en este y en siguientes mensajes.
"Pero el Juez,antes de decidirse,tiene necesidad de una fuerza de carácter que puede faltar al Abogado:debe tener el valor de ejercitar la función de juzgar,que ES CASI DIVINA,aunque sienta,dentro de si,todas las debilidades y acaso todas las bajezas del hombre; debe tener el dominio de reducir a silencio una voz inquieta que le pregunta lo que habria hecho su fragilidad humana si se hubiera encontrado en las mismas condiciones que el justiciable;DEBE ESTAR TAN SEGURO DE SU DEBER que olvide,cada vez que pronuncia una Sentencia,la amonestacion eterna que le viene de la Montaña:NO JUZGAR".

"El orden judicial ......no es una rama de la burocracia,sino una orden religiosa....tan elevada es en nuestra estimación la misión del Juez,y tan necesaria la CONFIANZA en él,que las debilidades que no se notan,o se perdonan,en otro orden de funcionarios públicos,PARECEN INCONCEBIBLES EN UN MAGISTRADO".....