COMO CONSTRUIR UN MUNDO MÁS JUSTO POR MEDIO DE LA CIENCIA.

La lectura de una magistral novela de anticipación del tal vez más reconocido de los autores en este tema, despertó en mí el deseo de imaginar un adelanto científico más adelante en nuestra civilización que permita una vida más justa de los seres humanos, sin que haya diferencias estresantes entre ambos géneros.

En nuestro planeta existe una diferencia muy definida entre los dos géneros humanos, esa es el sexo diferente pero complementario, que ha permitido que desde aquellos seres terrestres más primitivos sin intelectualidad desarrollada, se pudiera llegar hasta el ser humano actual en nuestro planeta Tierra, gracias a la ley de la evolución descubierta por el visionario sabio inglés Charles Darwin

Desgraciadamente los distintos papeles entre los seres humanos que le ha tocado vivir a cada uno de los sexos, ha generado una fuerte diferencia entre los hábitos para una sobrevivencia armónica, que han hecho que el papel de cada uno de los sexos sea distinto, lo que ha llevado a la hegemonía de uno de ellos sobre el otro hasta nuestros días, provocando abusos de poder y minusvaloración del sexo llamado débil por parte del sexo poderoso en el instante del acto, aunque a la larga ese sexo débil sea físicamente el mucho más fuerte a la larga, entre los dos, debido a su más prolongado papel para la conservación de la especie.

Por su parte, el sexo motejado como débil hoy ya está ganando espacios lenta y gradualmente y la velocidad de este cambio ahora se está acelerando a ojos vistas, al darse cuenta de ello una buena parte del sexo dominante ha llegado a sentirse muy disminuido en su importancia, a tal extremo, que ha hecho que entre los seres humanos de este sexo se haya desatado un fuerte temor y bastante vergüenza por las consecuencias de esta posible nueva forma de dominio, ya que al seguir la inexorable ley de la balanza este nuevo poder femenino podría ser que alguna vez terminara en un matriarcado absoluto., terminando ser el hombre como un vulgar zángano en una colmena de abejas, solo para fertilizar las hembras y después a morir.

Lo que esta idea pretende es impedir que esta peligrosa competencia para la paz humana desaparezca totalmente, a fin de fomentar la concordia imaginando una innovada humanidad, la que viviría en un utópico muevo tiempo en que toda la especie tendría un rol exactamente igual desde todo punto de vista, eso sí sin eliminar por ningún motivo el motor del progreso físico y mental que es la ley de la evolución.

La idea básica es que todo ser humano pensante en este ya más avanzado planeta sea exactamente igual, sin diferencias físicas ni de roles dentro de esta utópica nueva sociedad, sin cambiar la forma como se genera la vida en este renovado ser humano, sino tan solo alternando los instantes en que aparecería uno de ambos sexos en un mismo cuerpo, de tal modo que sea capaz de asumir ambos papeles en un determinado espacio de tiempo.

Se trataría de hacerlo lo más realísticamente posible, usando las mismas herramientas que la vida humana tiene para crear un nuevo ser humano. Pero alternando en el espacio tiempo el papel correspondiente, de tal modo que el mismo ser humano pueda ser padre en un lapso de tiempo y posteriormente tomar el papel de una madre, sin que su cuerpo altere su morfología de doble sexualidad desde su nacimiento, cambiado tan solo el dominio mental y físico de sus hormonas, por tiempos apropiados para la continuidad en una forma alternada de un papel determinado y momentáneo.

Hoy existen entre nosotros los casos excepcionales de cuerpos humanos que presentan hermafroditismo, lo que significa que el cuerpo de ese ser humano posee morfológicamente ambos sexos al nacer, por lo tanto como un primer paso basta solo con pensar que por medio de la intervención de la ciencia esa fuera la norma, y no la excepción como sucede hoy día en nuestro planeta.

Para hacer factible el desarrollo y uso de esas cualidades corporales de doble sexualidad, solo se hace necesario que en forma periódica las hormonas de cada sexo dominen las unas sobre las otras, ya que ahora se sabe y es científicamente conocido que en todos los seres humanos hay producción de ambas hormonas, cuya presencia porcentual define hoy absolutamente la sexualidad mental de los seres humanos.

Un caso muy claro que prueba la doble producción de hormonas en muy distinto porcentaje, es el de la mujer en la cual si no produjera una pequeña cantidad de hormonas masculinas, que determinan el deseo sexual en ambos sexos, esa mujer no tendría interés en tener sexo porque su libido estaría apagada totalmente.

Es así que un ser humano hombre tiene un porcentaje muy alto de producción de hormonas masculinas e inversamente la mujer lo tiene de sus hormonas femeninas, llegándose el caso de la bisexualidad con una producción casi idéntica de ambas hormonas, y el caso de la transexualidad donde ese tan infeliz ser humano tiene el cuerpo de un sexo y las hormonas del otro sexo.

Para dar el vamos a este nuevo ser humano, bastaría que el avance científico pudiera controlar que solo como un ejemplo, cada par de años ese ser humano tuviese la proporción de las hormonas de uno de los sexos mentales y al cabo de ese tiempo sus hormonas lo cambiaran a la mentalidad del otro sexo, y como todos los cuerpos humanos tendrían físicamente ambos sexos, ese ser humano sería macho por dos años y luego hembra por igual período, al poder jugar ambos papeles durante su vida, no existirían rivalidades ni predominio por razones del sexo, y así esta sería la causa de un mundo menos dividido por la rivalidad entre los dos sexos que hoy existe.

Para la obtención de esta paz ideada, bastaría solo con poner todos los esfuerzos de los científicos, para lograr que el hermafroditismo fuera la regla de todo ser humano al nacer, y que la producción de las hormonas correspondientes a cada sexo fueran alternadas por un tiempo adecuado, apto para la culminación del papel que le correspondería vivir durante ese corto período de su vida, terminando así por fin con la hoy tan discutida hegemonía de uno de los sexos sobre el otro.