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]La mujer genética sabe con certeza que lo es, y por lo tanto no se preocupa de demostrar al máximo su actitud femenina, en cambio la transexual sabe que es solo su cerebro el que le exige ser femenina y por tanto trata de perfeccionar al máximo su actitud de demostrar su femineidad, al no tener una forma física que lo compruebe.

Así la transexual se ve obligada a demostrar en todo instante que es extremadamente muy femenina, y para ello recurre a todos los artilugios y actitudes que le permitan demostrarlo fehacientemente, ya que siempre está dispuesta a cumplir todas las fantasías de su hombre, lo que evidentemente a un hombre le resulta muy atractivo por heterosexual que sea.

Éste, ante tanta demostración de una extremada femineidad termina por obviar o eliminar mentalmente la forma física de su compañera que le indica lo contrario si se preocupa de ello, y termina por aceptar feliz las caricias y las conductas que ese ser que se le entrega con tanta dedicación y amor, sin pedir nada a cambio, sino el ser totalmente correspondida.

La mujer de verdad puede que se comporte algo similarmente, pero siempre está presente la idea de que su pareja tiene que aceptar la idea de que ella es una mujer real, por lo tanto segura totalmente de su sexo ese hombre tiene asumir que esta pareja puede exigirle lo que bien le corresponde: fidelidad, seguridad, familia e hijos, elementos que no siempre ese hombre desea o necesita otorgar. :001_tt2: