Iniciado por
Oiwa
Era un momento de suspenso sin gritos ni nada, de repente salta Oiwo y salto yo. Le reclamé por saltar y no me dijo nada, luego al salir la señora se disculpó con él y entonces supe que le había apretado la pierna.
Confieso que la señora a mi lado, brincaba mucho, me tenía más asustada que la obra.