Estaba por preguntar si el tipo era un chamaquín de 20 ó 21 añitos jaja.
Había una nena con la cual fornicaba, hace como mil años de eso, era yo tan sólo un puberto de escasos 14 años, pues resulta que un día, yo tratando de entrar a su casa por detrás, quien me sale es su mamá. Que no, que ella no está, que ¿Qué quiero? y yo por dentro: ¿Ahora qué putas le digo a esta vieja loca? jajajaja le dije que venía a pedirle el libro de oraciones del catecismo a su hija, que si ella sabía dónde estaba. Sí claro, un momento que se lo traigo. Fue, vino y me dio el librito de oraciones. Yo me devolví a mi casa entre asustado y triste pero sano y salvo al fin.
Años después la chica, mayor que yo 4 años, me dijo que su mamá ya sabía que yo le daba "prensaditas de plátano" a la hijita. Y tanta pena que me hizo pasar la vieja chancluda ésa.
Al año siguiente, con otra vecina, en su casa, ella 13 y yo 15, en su cama, yo vestido, ella completamente desnuda. Estaba yo a punto de proceder a despojarme de mis vestiduras cuando de pronto entra su madre con sus dos hermanas. Nunca en mi vida he corrido tan rápido. Salí al patio trasero y me brinqué una tapia de bloques de concreto de unos dos metros con sólo poner una mano arriba y el impulso de mis piernas. Me fui a toda prisa a mi casa y para nada: cuando llegué, la vieja loca, más loca que la mamá de la primera vecina, ya había llamado a mis padres.
Y bueh, otras más del ámbito sexual que talvez más adelante contaré.
Un sábado, hace miles de años también, llegué a clases a las 8 am casi completamente ebrio aún jajaja. Tenía exposición y pues pasamos adelante los compañeros, expusimos, abarcamos dudas y preguntas de compañeros y del mismo profesor. Al terminó el desgraciado del profesor dice: muy bien todos, excelente exposición y dominio del tema. Si alguien anda de goma (andar de goma = tener resaca) puede acercarse a Jordan (mi nombre) y se la saca con el tufo (hedor) a ron que se anda. Todos los compañeros soltaron la risa y no supe qué hacer. Estuvo feo ese día.
Mi pena es sencilla y nada misteriosa y, como tu alegría, por cualquier cosa estalla.