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Tema: Observaciones al Nuevo Testamento

  1. #121
    Fecha de Ingreso
    04-marzo-2013
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    Argentina
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    Predeterminado

    EL REMORDIMIENTO DE JUDAS

    MATEO, en 27: 3 al 10, dice: “Entonces Judas, el que le habìa entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo:
    Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Què nos importa a nosotros? ¡Allà tù!
    Y arrojando las piezas de plata en el templo, saliò, y fue y SE AHORCÒ.
    Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lìcito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre.
    Y después de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de los extranjeros.
    Por lo cual aquel campo se llama hasta el dìa de hoy: Campo de Sangre.
    Asì se cumpliò lo dicho por el profeta Jeremìas, cuando dijo: Y tomaron las 30 piezas de plata, precio del apreciado, según precio puesto por los hijos de Israel; y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenò el Señor.”

    MARCOS, no menciona nada sobre el asunto.

    LUCAS, no menciona nada sobre el asunto.

    JUAN, no menciona nada sobre el asunto.

    COMENTARIOS:

    Es cosa muy curiosa, que solamente en el Evangelio atribuìdo a Mateo se narre sobre el arrepentimiento, y el suicidio por ahorcamiento de Judas.

    Como se han manejado anteriormente las narraciones de los Evangelios para “hacer cumplir profecìas”; en este caso, tambièn se trata de hacer cumplir una profecìa, que nunca fue una profecìa. ¡Veamos!

    El Mateo se dice: “Asì se cumpliò lo dicho por el profeta Jeremìas, cuando dijo: Y tomaron las 30 piezas de plata, precio del apreciado, según precio puesto por los hijos de Israel, y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenò el Señor.”

    En Jeremìas, 18: 1 al 4, y 19: 1 al 3, según algunos “intèrpretes” de la Biblia, no hay alusiòn a ningunas 30 piesas de plata, ni el precio del apreciado, ni precio estipulado por Israel, ni Campo del Alfarero, ni orden del Señor, ni se menciona alguna profecìa.
    El escritor de esta narración se diò una confundida tremenda. Con el arrepentimiento, la devoluciòn de las monedas y el ahorcamiento de Judas, no se cumpliò ninguna profecìa de Jeremìas.
    ¡Y tienen razòn! En esos versìculos de Jeremìas, Jehovà manda a Jeremìas por dos ocasiones a casa del alfarero a comprar unas vasijas.

    ¡Ahora! Otros “intèrpretes” de la Biblia, dicen que la profecìa no està en Jeremìas sino que està en Zacarìas 11: 12 y 13, que dice:
    “Y les dijo: Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario 30 piezas de plata.
    Y me dijo Jehovà: Echalo al tesoro; ¡hermoso precio con el que me han apreciado!
    Y tomè las 30 piezas de plata, y las echè en la casa de Jehovà al tesoro.”

    Esos versìculos en Zacarìas, nada tienen que ver con el suceso de Judas y de Jesùs. Era un diàlogo engre Jehovà y Zacarìas, y Jehovà se referìa al precio que le habìan dado a èl, no a Jesùs.
    Jehovà le dice a Zacarìas que lo eche al tesoro, y Zacarìas tomò las 30 piezas de plata y las echò al tesoro.

    Las 30 piezas de plata de Judas, no las echaron al tesoro según Mateo. Y esas piezas habìan sido pagadas por Jesùs, no por Jehovà.
    ¿Dònde està la profecìa, y el cumplimiento de esa profecìa que no existiò?
    Asì es como se “han hecho cumplir profecìas” en los Evangelios para promocionar a Jesùs como el mesìas.

    Pero lo curioso, y a la vez contradictorio, es que en Los Hechos de los Apòstoles, el libro del N.T. que es atribuìdo a Lucas, Pedro dice, según Hechos 1: 16 al 19: “Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura en que el Espìritu Santo hablò antes por boca de David acerca de Judas, que fue guìa de los que prendieron a Jesùs, y era contado por nosotros, y tenìa parte de este ministerio.
    Este, pues, con el salario de su iniquidad adquiriò un campo, y cayendo de cabeza, SE REVENTÒ POR LA MITAD, y todas sus entrañas se derramaron.
    Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusalèn, de tal manera que aquel campo se llama en su propia lengua, Acèldama, que quiere decir: Campo de Sangre.”

    ¡Muy curioso! Segùn el autor de Mateo, Judas SE AHORCÒ, y según lo que dice Pedro en los Hechos, Judas cayò de cabeza y SE PARTIÒ POR LA MITAD.
    ¡Pero hay màs! Los judìos, en el Antiguo Testamento, no mencionan para nada al Espìritu Santo. Toda inspiración, para ellos, venìa directamente de Jehovà, su dios. Y este es el caso de los Salmos de David. Estàn inspirados por Jehovà, no por el Espìritu Santo.

    El Salmo a que se hace alusiòn en Los Hechos, es el Salmo 41 del libro 1, que David dedica al mùsico principal.
    Este Salmo trata sobre los pobres y los bienaventurados que piensan en ellos, y el agradecimiento de David a Jehovà.
    En el versìculo 9 al cual se alude en Los Hechos, dice: “Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comìa, alzò contra mì el calcañar.”

    Nada tiene que ver este Salmo con alguna profecìa sobre Judas, y es David el que le dice a Jehovà, que el que comiò de su pan le pagò mal. No hay profecìa. Es la narración de algo que le ocurriò a David.

    El hecho de que Jesùs le haya dado el pan mojado a Judas durante la ùltima cena, para indicar que era èl el que lo traicionarìa, no se la puede asociar con la queja de David ante Jehovà.
    Lo que se presume que lo del pan mojado fue intercalado en los Evangelios, para tratar de convertir el hecho en “cumplimiento de profecìa”.

    ¡Y todavía hay algo màs! En Mateo se dice que Judas SE AHORCÒ, y eso no produce derramamiento de sangre. Segùn ese relato, los sacerdotes compraron el Campo del Alfarero que generalmente se ve rojizo por los desperdicios que pasaron por el horno. Muy bien podìa ser llamado por ese color, campo de sangre.
    Sin embargo, en Mateo se dice clara e inequívocamente que lo llamaron Campo de Sangre porque lo habilitaron para sepultura de los extranjeros.

    A pesar de eso, en Hechos 1: 19, consta que Pedro dice que el Campo de Sangre se llamò asì porque todas las entrañas de Judas se derramaron en ese campo, que fue notorio en todo Jerusalèn, y que por eso lo llamaron asì.
    Tambièn hay contradicción en lo que dice Mateo: Que el Campo del Alfarero fue comprado por los sacerdotes después de la muerte de Judas, y lo destinaron para cementerio de los extranjeros.
    Pero en Los Hechos, Pedro dice que el terreno fue comprado por Judas con el salario de su iniquidad. Y si lo comprò èl, era porque estaba vivo al momento de la compra.
    ¡Nada como las “coincidencias” bìblicas!

    Pròximo escrito en este mismo tema: ¿JESÙS O BARRABÀS?

  2. #122
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