EL DIOS DEL UNIVERSO, (LEY DE ADORACIÒN)


Desde que la humanidad de esta escuela llamada planeta tierra empezó a hacer sus pinitos intelectuales fabricò dioses.
Para ellos, todo lo asombroso, importante e inexplicable, automáticamente pasaba a ser objeto de adoración.
Pero como para su limitada razòn habìan muchas cosas inexplicables en su entorno, empezó a hacer y a adorar: Volcanes sagrados, rìos sagrados, adoración al Sol y a la Luna y a cualquier fenòmeno atmosfèrico; constituyendo a veces cultos que dictaban la manera de adorar. Estas primeras manifestaciones de adoración eran politeìstas.

Màs avanzada la humanidad, al formarse las grandes concentraciones de población, dejò el culto a lo natural y empezó a fabricar y a adorar ìdolos que representaban a dioses de lo cotidiano: La guerra, el comercio, la navegación, la lluvia, la agricultura, el hogar, etc., pero se continuaba con la adoración del Sol y la Luna. Continuaba el politeìsmo idolàtrico.

Finalmente aparece en la Palestina el monoteìsmo. Se manifiesta en el dios de los hebreos que dice llamarse Jehovà, y reclama para èl sòlo el tìtulo de dios de ese pueblo. Asì nace el judaìsmo.
Pero como el pueblo elegido de Jehovà, salìa de un concierto de politeìsmo, bastante trabajo le costò a ese dios imponerse como dios ùnico, hacièndolo con unas cuantas matanzas y castigos colectivos.
Pero resulta que a pesar de reclamar para sì el tìtulo de dios ùnico, èl mismo reconoce la existencia otros dioses.

“No tendràs màs dioses ajenos.” (Exodo 20: 3).
“¿Què naciòn grande tiene dioses tan cercanos?” (Deuteronomio 4: 7).
“Ni serviràs a sus dioses.” (Deuteronomio 7: 16).
“No te inclinaràs a sus dioses”. (Exodo 23: 24).
“Por cuanto me han dejado y han ofrecido sacrificios a dioses ajenos.” (2 Cr. 34: 25).
“Por cuanto me dejaron a Mì y quemaron incienso a dioses ajenos.” (2 Reyes 22: 17).
“Y vertieron libaciones a dioses ajenos.” (Jeremìas 9: 13), etc., etc.

En el Gènesis, los sacerdotes escritores dicen que Dios creò al hombre a su imagen y semejanza. Pero la realidad fue que los sacerdotes escritores del Gènesis crearon a Dios a imagen y semejanza del hombre.
Crearon a un dios lleno de imperfecciones humanas, de equivocaciones, de arrepentimientos, muestra ignorancia en el conocimiento de ciertas cosas, y lleno de pasiones y de injusticias, que dieron pie para que en oportunidades fuera regañado por Moisès y Abraham.

En el paraìso terrenal, no podìa encontrar a Adàn y a Eva que se habìan escondido, y tampoco sabìa el motivo por el que se estaban escondiendo de èl.
Segùn la tradiciòn, habìa creado a los àngeles que deberìan ser perfectos, pero parece que no hizo bien su trabajo porque se le rebelaron.
Màs tarde, reconoce que no habìa hecho bien las cosas, y decide hacer borròn y cuenta nueva trayendo el diluvio.
Para salvar a la humanidad, elige a “un varòn justo” llamado Noè, que después del diluvio no mostrò ni justicia ni santidad.

Otras imperfecciones espirituales como celos, injusticias, crímenes , iracundia, soberbia, orgullo, etc., son manifestaciones del dios de Israel, según el Antiguo Testamento.

Pasan los siglos, y según el Nuevo Testamento, aparece en la Palestina un hombre excepcional, nazareno, nazarita, o nazareo de Galilea, llamado Jesùs. Viene con una misiòn especìfica: Traer una doctrina, un mètodo de vida para mejorar la calidad humana. La resume en su ùnico mandamiento: “Ama a Dios sobre todas las cosas y a tu pròjimo como a ti mismo.”
El Galileo Jesùs, nos habla de un Dios de mejor calidad que el conocido en el Antiguo Testamento. Eso causa su muerte. La historia la conocen ustedes.
325 años después de su muerte, fue proclamado dios por el pagano Cèsar romano Constantino.

La humanidad siguió progresando intelectualmente, a despecho de las religiones que les hedìa el progreso intelectual humano, porque el hombre escapaba de su control. Los pequeños dioses conocidos, ya no llenaban las inquietudes espirituales de muchos seres.
Por lo tanto, el hombre decidiò buscar al verdadero Dios, al Dios del Universo.
Ya no al dios de un paìs, de una regiòn, de una etnia, de una comarca del planeta sino al Dios del Universo.

Muchas doctrinas filosòfica y esotèricas brindaron conceptos mucho màs sutiles que los conocidos, sobre la divinidad. En ocasiones, muy complicados e incomprensibles para el grueso de los hombres.
Algunos conceptos necesitaban incluso de iniciaciones para enseñarlos y comprenderlos mejor.

Pero, el 18 de Abril de 1.857 se origina una nueva doctrina espiritualista: El Espiritismo, el cual nos brina un concepto de Dios, diàfano, justo, sin complicaciones, y bien razonado.
Esta doctrina vino a “resucitar” a Dios, que habìa sido enterrado por los positivistas , y por la naciente doctrina Materialismo Històrico y Social de Marx y Engels.

El Espiritismo rescatò a Dios del olvido, y a las religiones del descrèdito en que habìan caìdo. Dice el Espiritismo:

“Dios es la inteligencia suprema, causa primera de todas las cosas. Las pruebas de la existencia de Dios se pueden encontrar en el axioma que se aplica en las ciencias: ¡No hay efecto sin causa! Buscad la causa de todo lo que no es obra del hombre, y vuestra razòn os contestarà.
Podemos saber que la causa primera es la inteligencia suprema y superior a las demàs inteligencias por aquello de: Por la obra se conoce al artìfice. Examinad la obra y buscad al artìfice.

El hombre no puede conocer la naturaleza ìntima de Dios porque aùn le falta ese sentido. Pero habrà un punto en su camino evolutivo en donde lo encontrarà. Pero el hombre en su estado actual de evoluciòn puede comprender muy bien sus perfecciones.

DIOS ES ETERNO: Porque si hubiese tenido principio, hubiese salido de la nada o hubiese sido creado por un ser anterior, entonces ese ser que lo creò, serìa el verdadero Dios.

DIOS ES INMUTABLE: Porque, si estuviese sujeto a cambios, ninguna estabilidad tendrìan las leyes que rigen el Universo.

DIOS ES INMATERIAL: Es decir, que su naturaleza difiere de lo que llamamos materia, pues de otro modo, no serìa inmutable; porque estarìa sujeto a las transformaciones de la materia.

DIOS ES UNICO: Porque si hubiese muchos dioses, o varias entidades en el mismo Dios, no habrìa ni unidad de miras, ni unidad de poder en el gobierno del Universo.

DIOS ES OMNIPOTENTE: Porque es ùnico. Si no tuviese el poder soberano, habrìa algo màs poderoso que El, o tan poderoso como El; no habrìa hecho todas las cosas, y las que no hubiese hecho El, serìan obra de otro dios.

DIOS ES SOBERANAMENTE JUSTO Y BUENO: La sabidurìa providencial de la Leyes Divinas, se revela asì en las màs pequeñas, como en las màs grandes cosas y esa sabidurìa no nos permite dudar, ni de su justicia, ni de su bondad.”

Dios, el Dios del Universo, es el unico ser sujeto a adoración. La adoración a dioses pequeños es simple paganismo.

Pròximo escrito en este mismo tema: NUESTRO HOGAR.