Continuemos con lo que no se menciona en la prensa:

“Certificados verdes

Para asegurar que los automóviles adquiridos emplean energía verde, los subsidios proporcionados prescriben la obligación de comprar certificados verdes de acuerdo con el número de kilómetros conducidos anualmente.

Los certificados verdes ayudan a calcular la cantidad de energía renovable utilizada en el transporte. Este no es el paquete de energía verde negociado por los proveedores de energía ni la cantidad de energía verde comprada. Por lo tanto certificados verdes no significan el pago de la diferencia de precio de la llamada energía verde por los consumidores.

Un sistema internacional, RECS Internacional (http:www.recs.org), está funcionando para emitir y negociar dichos certificados y 220 productores procedentes de 22 países se han incorporado al mismo. Históricamente (2010) el rango de precios ha sido 1 a 2 euros por MWh de certificados de energía verde. Es estimado que el dueño de un auto eléctrico puede usar 1 a 2 MWh por año.

Los dueños de los automóviles no son requeridos a unirse al mercado, certificados verdes será ofrecidos por Kredex.”

Resulta entonces que existe una obligación anual de comprar certificados verdes por parte del comprador, lo que representa actualmente como 2 a 3 EUR al año, lo que se traduce a un impuesto casi insignificante por VEB, dos ideas me vienen a la mente sobre esta disposición:

• ¿Cuál es el interés de Estonia de aumentar artificialmente este mercado de certificados verdes?

• Al aumentar la demanda normalmente, aumentan los precios de las acciones, en el caso de los certificados verdes, si el programa de VEB es un éxito, los dueños de VEB tendrán que pagar más anualmente, lo que demuestra que nada es gratis en la vida.