Curioso. No sería la primera persona ni la última con alguna “duda” sobre lo que hay “detrás”. Ya lo decía el Tenorio: “Un punto de contrición da al alma la salvación”. Aunque.... sigo pensando que, el que cree que puede haber “algo”, ya es creyente..., y como tal, tendrá unos comportamientos diferentes al que no cree nada, que le dará igual lo que haya tras la vida y la misma vida en sí, ya que no tendría ningún sentido. Neumann creería a su manera y amaría a su manera. Muchas conversiones en la tercera edad son muy sentidas pues la vejez tiene su punto de vista distinto de otras edades. Ciertamente se está más cerca de la muerte (aunque se esté sano), y eso relativiza mucho los afanes con que nos agobiamos a edades más jóvenes. La espiritualidad es normal en la ancianidad, porque de cuerpo físico te queda bien poco: El espíritu permanece.
(Respecto al caso concreto de Neumann, no creo que haya estado jugando con la fe en vísperas de su muerte. A primera vista, lo que pone Jose Antonio indica eso..., pero también en otro aporte Jose Antonio aclara que la apuesta de Pascal es un salto de fe. Yo me quedo con que Neumann lo que hizo fue ese salto de fe, recurrió a un sacerdote católico (en vez de un rabino judío, pues era de origen judío) y se convirtió porque quería convertirse. Ni jugó con la fe, ni fue una ideíca infantiloide por si acertaba la lotería y se salvaba)