SALUD EN CUERPO, ALMA Y ESPÍRITU.
Que debe ser un templo para Dios.

El cuerpo es el capullo que ha albergado a nuestro espíritu, intermediando en ello nuestra alma. Pero lo extraordinario es que nuestro cuerpo físico tiene la experiencia de millones de años, en los que ha luchando evolutivamente en contra todo tipo de obstáculos. Ya sean: físicos o energéticos.
Es por ello, que podemos confiar en nuestro ser.

La reacción propia de la naturaleza en contra del enemigo es luchar o huir. Ambos son: ¡Acción! Encaminada a evitar, quitar, deshacerse… del mal.

Esta acción funciona en los tres niveles de nuestro ser. En contra de los obstáculos. Ya sean: externos y físicos: Como ante enemigos humanos, bestias, (acción meramente física) parásitos, virus (acción a través de nuestro sistema inmunológico, elevación de nuestra temperatura, que combate por calor. Etc.

O internos y energéticos. Como puede ser: en contra de las malas ideas y sentimientos. Tales como el pesimismo, la inacción, deseos de robo, ventaja, tener excesiva ira y demás. Ya sean creadas o atraídas por nosotros mismos.

Y de estas últimas, la mejor manera de expulsarlas de nuestro ser, es sencillamente ponernos en ¡acción! Activar nuestro cuerpo a través del ejercicio libre.

Con solo unos pocos minutos de un vigoroso ejercicio aeróbico (13 minutos puede ser) hecho de manera regular, el cuerpo tiene el poder de expulsar a las malas energías de nuestro cuerpo alma y espíritu. Y es más poderoso esta acción cuando nosotros oramos, hablamos con Dios, meditamos, etc.

Nuestro ser brilla en el calor del ejercicio bajo el torrente de la adrenalina, noradrenalina, serotonina etc. y expulsa las malas energías asentadas en nuestra mente y cuerpo que en este proceso se fortalece. Incluso puede disminuir y expulsar con el tiempo la presencia de las bajas entidades en su caso. Nuestro cuerpo, alma y espíritu, lucha cada uno en armonía en la limpieza de su propia área.

Y cuando nosotros brillamos y nos purificamos. Podemos alcanzar nuevos y elevados niveles espirituales, en los cuales podemos obtener mejor salud e ideas.
Es notable como el ser humano tiende a caminar y reflexionar ante sus problemas buscando la soledad. Incluso Jesucristo caminó al desierto y buscar su soledad para meditar y enfrentarse a sus circunstancias en donde reafirmar sus propósitos. Mateo 4-1.

El psicólogo combate las malas energías-ideas de nuestra mente a través de sacarlas a la luz. Lo mismo hace la confesión, los grupos de apoyo... Sacar a la luz el mal. Y en extremo, el exorcismo, saca a la luz entidades del mal.
Existe también mucha medicina natural y científica, así como alimentos que ayudan a tal fin.

Pero naturalmente, existe esta forma de curación propia y elevada que nuestra propia naturaleza ha experimentado profundamente a través de millones de años, como es la acción ex pulsante física y energética que posteriormente hemos aprendido a fortalecerla con la oración.
Permitir que ideas como la tristeza, odio, lujuria, avaricia, irritabilidad… y tantas más se alojen en nuestro ser, es permitir que las fuerzas malignas se profundicen en nosotros a través de nuestras ideas y sentimientos, y con ello… es abrir la puerta a futuras enfermedades físicas y mentales.

Pero nuestro ser tiene una gran experiencia natural y nosotros debemos de tener la sabiduría de saberla aprovechar. Permitiendo además, ser ayudado con sustancias y apoyos humanos que son también de gran valor. Además de la poderosa ayuda de lo divino a través de la oración y similares.

En esencia, esto es solo un atisbo de una experiencia natural que sabiamente podemos aprovechar y que todos poseemos. Gracias a Dios.

Que la verdad y el amor de Dios esté con nosotros.