tanta cosa
Era mayo. Yo cantaba.
El sol crujía aún
y otro sol cantaba
a las espaldas: nos empujaba.
Un viento apenas te enredaba el pelo
mientras mis manos se llenaban
de camisa celeste con florecitas blancas.
Era el canto. El sol, el canto y mirarte
suspendida en una piedra.
Desentsonar acorralando el silencia
prometiendo vida a la hora de la siega.
Era buscarte por la arena,
inundarme los ojos de vos,
el alma de dos....
y escucharte leer sabiamente a Nazim
en aquel libro de poemas.
Empezábamos a nacer:
Los soles ardían y yo
quería hacer de tu cintura
el arco capital del horizonte.
Al otro sol y ahí, llegaba.
El canto, mi canto, nuestro canto.
Y los soles apoyados a la espalda.
Era mayo, yo cantaba.
Tu pelo, una camisa celeste
con florecitas blancas.
Tu cintura. Mis manos
tan llenas de mañanana.
Y un libro de poemas...!tanta cosa!
!Tanta cosa para nada!.
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