Si tras el espectacular fracaso de la cacareada huelga general, el gobierno de Rajoy no se carga a unos sindicatos extorsionadores, chupasangres, absurdos, tendenciosos y golpistas es que no sabe por dónde se anda. Ayer se demostró que estos sindicatos no se representan más que a sí mismos.

La izquierda decía que la sociedad estaba en la calle y la huelga general ha demostrado que MENTÍAN. Ayer la sociedad española estaba trabajando. Muchos no pudieron hacerlo por el chantaje y violencia de los sindicatos y el incumplimiento por su parte de la legislación.

Ha llegado el momento de suprimir los privilegios de unos cuantos aprovechados que viven a costa de todos nosotros.