Acabado el artículo dividido en 3 partes, el asunto queda en que, si la capital de España fuese Barcelona en vez de Madrid, no habría problema de separatismo catalán, porque lo que buscan los nacionalistas catalanes sobre todo es mangonear al resto de España como si fuera su colonia. Con el separatismo vasco sería diferente, porque ellos odian España y no la quieren ni en pintura. Pero... ¿son tantos los nacionalistas como para imponerse?. La verdad es que son muy pocos...étnicamente. Si miramos en las estadísticas de la página web del Instituto Nacional de Estadística, vemos que, entre los nacidos en la provincia de Barcelona, el primer apellido catalán ocupa el ¡¡21º puesto!! (los 5 primeros son los catalanísimos apellidos García, Martínez, López, Sánchez, Fernandez...). Ese primer apellido catalán sube en la pequeñas provincias de Gerona y Lérida, y vuelve a bajar en Tarragona. Respecto a las provincias vascas, ¿cuál es el apellido más frecuente?. Sí, García (estoy mirando en la provincia más vasca de todas, Guipúzcoa). Sigue a García, González, Fernández, Rodriguez, Perez... Hasta el puesto 11º no nos encontramos con Larrañaga, que será el 17º en Álava con Aguirre (como Espe), o el 20º en Vizcaya con Uriarte. Entonces, tanto la raza vasca como la catalana (¿?) si existieran, estarían muy poco representados. Por otro lado, encontramos por toda España esos apellidos que tuvieron su origen en esas regiones, pero que se han extendido por todo el país, como es normal. Pero, sin embargo, hay un hecho y es que el nacionalismo separatista político está ganando la batalla ideológica, con o sin apellidos autóctonos, y ese es un problema no tanto de las regiones secesionistas sino del resto de España que nunca ha querido mirar ese problema como creyendo que eran cosas de mentes infantiles... pero que han contagiado incluso a gente que no es nacida allí, y que ha abrazado esa ideología que incluso los excluye a ellos (solo había que ver el desprecio de los catalanistas hacia el anterior presidente catalán Montilla, un charnegazo de Córdoba, que ni sabía expresarse en catalán ni en español, pero más nacionalista que nadie)