Desde tiempos remotos Afganistán ha sido y continúa siendo el foco de innumerables conflictos internacionales.

Para entender a esta nación que lleva muchas generaciones naciendo y muriendo en un ambiente perpetuo de guerras, valdría la pena considerar su historia, porque lo que pasa en ese remoto país, en esas montañas rocosas y polvorientas, y llenas de cuevas, en alguna forma nos ha logrado tocar y afecta nuestras vidas en occidente. No solo a causa del terrorismo fundamentalista sino que también por la exportación de todos esos males, simbolo de la decadencia humana y que paradoxicamente provienen nada menos que de una bellísima amapola.