Espero mis rudimentos de inglés sean funcionales, aún. El título se refiere al famoso (en la época en que Ebrard era director de seguridad pública en el D.F.) botón de pánico, que el susodicho Marcelo anunció entonces con bombos y platillos, para todo o casi todo el transporte público Defeño.
Ese botón supuestamente estaría al interior del transporte público, para que en caso de emergencia al activarse, emitiría una radio señal que la policía y su cuerpo de "reacción inmediata" atenderían en no mas de cinco minutos. El resultado: nunca funcionó tal utopía. Por incosteable, por falta de mantenimiento, y porque la reacción inmediata nunca fué tal: la policía ni reaccionó, ni sabe lo que es la inmediatéz. Dinero tirado al caño, la inversión en tales botones con sus accesorios, el equipo de radioseñal, y el dineral en logística y publicidad.
Se dice que el mexicano es sumamente creativo, astuto, y mucho mas ingenioso que el tal McGuiver (espero alguien se acuerde de este personaje gringo de ficción). Si alguien se hubiese entonces tomado la molestia de preguntarle al Mexicano adecuado, hubiese éste ofrecido una idéa mas práctica, útil, económica y perenne.
A mi se me habría ocurrido (de hecho, se me ocurrió entonces; pero ni lo mencioné para no herir susceptibilidades, y porque no tengo ni tenía entonces acceso a los medios) poner un sencillo dispositivo luminoso. Digamos unos cinco botones distribuidos al interior del microbús o autobús, que encendiesen una torreta externa de color, digamos que magenta; parpadenate e intensa; la cual sería la señal para que cualquier autoridad al exterior, al verla, en verdad reaccionase de inmediato y ejecutara un protocolo de inspección segura y eficáz.
Eso hubiese (y todavía puede ser) mas barato, eficáz, útil, de fácil mantenimiento; y por las mismas razones debería hacerse como requisto obligatorio, ineludible y sujeto a sanción si no se aplica; para todo el transporte público.
Pero como el Mexicano no está acostumbrado a pensar, a exigir sus derechos mas elementales, a pedir que las autoridades a las que él les paga sus honorarios cumplan con su trabajo; pues prefiere seguir callado y tolerando la delincuencia impune.
Si yo fuera presidente, instalaría esos botones de pánico, pésele a quien le pese; y no haría sonar ni bombos ni platillos, pues entre mas discreta la cosa, mas eficáz.
He dicho, psotulenme y voten por mí; todavía puedo alcanzar a Quadri, L. Obrador, Vázquez "mota" y a Don Gavioto. Y además, caballo que alcanza, gana.