debo confesar que, ¡ay!, fué por 'eso'...

[Jaume de Ponts i Mateu]

"¿Qué pasó, entonces, con la fiesta, el practicante y el regalito?"

Tal me pregunta, sí, una charmante dama del otro lado del charco {donde, al parecer.., se llama "practicante" a quien está de prácticas universitarias -no acierto a imaginar cómo se llamará a quien acá llamamos así (ergo, a quien pone inyecciones)-}...

Yo, la verdad sea dicha.., estimaba había quedado la cosa clarita..; mais, por lo visto.., NO es así.

Y, como no tengo inconveniente ninguno en pormenorizar... En pocas palabras:

- la "fiesta" tuve que aguantarla, bien sûr..; pero, ¡oh, sí!, tuve mi momento, mi fríamente calculado impagable momento; ¡ah!; cuando mi amie bajó, finalmente, de su nube fué, ¡oh!, cuando el payaso de mierda abrió mi "regalito"; ¡su cara fué un poema!; y, cuando me marché {lo hice sin más en medio del FLASH general que, como esperaba, ¡provocó el "regalito"!} hizo lo que debía si aspiraba a que la, ¡por supuesto!, legítima VENDETTA se quedase en SÓLO eso: salió detrás de mí PASANDO de todos/as y, tomando un té en una terraza de delante de mi home, me JURÓ que, ¡evidentemente!, NUNCA más.

- el "practicante" se quedó.., se quedó.., se quedó ¡de pasta de boniato! Cette éclosion!; VÍ, ¡gozándolo a TOPE, vraiment!, ¡que NUNCA se lo hubiese esperado!; mejor incluso: que ¡JAMÁS me hubiese creído capaz!; ¡voy a pasármelo mazo CHACHI explicándolo MUY pormenorizadamente a TODO quisqui que lo conozca en la editorial y la universidad!; SÉ que él NO tiene cojones para hacerlo.

- el "regalito" fué el anunciado: una puerca y cutrísima marranada porno en una cajita de diseño envuelta con finísimo papel de seda azul con las punticas de los lacitos rizadas, ¡oh, maravilla!, casi tal como ma iaia, a.c.s., con tantísimo irrepetible primor lo hacía; con tarjetita, sí; ¡oh, qué tarjetita!; mi perfecta pluma redactó, ¡vamos..!, un negro sobre blanco ¡que pá qué les voy a contar..!; ¡quedó el payaso de mierda de pequeñito, pequeñito, pequeñito..!; en realidad, antes de salir y perderlo de vista, ¡espero..!, para siempre jamás, ¡ah!, las alturas NO me negaron regodearme en su sucia palidez y, ¡felicidad suprema!, OÍ cómo sus sudados poros imploraban que la tierra se abriese y se lo tragase; SÉ, sí, que entendió perfectamente cuando le taladré con mi ya exultante mirada por última vez CUÁNTO me CARCAJEABA de que, ¡oh!, NADIE iba a escuchar sus, TODO en él lo es.., puercas súplicas.

NO: cuando, finalmente, salió del portal de mi home, damas y caballeros, aunque yo estaba delante mismo, al otro lado de la calle, sentado con mi amie y él salió con la prole de mi amie (que, sí vinieron donde estábamos nosotros), NO osó siquiera mirarme y, más que alejarse, trotó como un poney capado huyendo del relincho de los potros comme il faut. Me fijé MUY bien.

Espero que tanto la charmante dama del otro lado del charco interesada como cualquier otra persona con curiosidad ad hoc queden satisfechas.

Siempre, en cualquier caso, a su disposición.

Jaume de Ponts i Mateu