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Tema: De los más MÁS y los quizá menos...

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  1. #1
    Fecha de Ingreso
    03-enero-2012
    Ubicación
    Lleida (Segrià -Catalunya/UE-)
    Mensajes
    1.098

    Predeterminado de los más MÁS y los quizá menos...

    ¿Saben, damas y caballeros?; he tenido la dicha de conocer en el momento adecuado a alguien que, cuando lo ponías contra las cuerdas, como quería EXPLICARSE y no engañarme o tirarse mocos, no dejó de contarme (con su melodiosa voz aderezando el jugo de una vida en permanente y honrada recherche, de TANTO visto, de TANTO leído, de TANTO sentido, utilizando la iluminadora pócima de TODAS las lenguas que había INTERIORIZADO) acerca de aquel riquísimo, cultísimo, cultivadísimo y poderosísimo califa bagdadí...

    ¡Oh, sí!; me llevaba consigo al INMENSO palacio; y, cogiéndome de la mano con la deliciosa cadencia de un verso en bellísimo árabe, me hacía recorrer los fascinantes salones, ALELADO, tanto como aquellos sabios a quien el Sucesor del Profeta había mandado llamar, quizá hasta inquieto en su soberana majestad y magnificencia porque, ¡oh!, NO tenía respuesta para una pregunta...

    -“Decidme, sabios; y, no dudéis un instante que seréis por ello recompensados con TANTO lujo que creeréis estar soñando. Decidme: ¿QUÉ hay detrás de la MÁXIMA?

    ¡Ah, la MÁXIMA!

    Me decía que ¡NO era ella la primera persona que había descubierto que NADA se sabe ex novo! Y, que, a lo más alto que puede aspirar nuestra imperfecta carne es a RECORDAR lo que ya se sabía pero se había, por lo que fuera, olvidado.

    ¡Ah, la MÁXIMA!

    Escrito en algún arcano inubicable ya está: “si una cosa NO tiene solución, ¿por QUÉ te preocupas?; y, si una cosa TIENE solución, ¿por QUÉ te preocupas?”; y, mirándome a los ojos, me pedía si alguna vez sería TAN ridículo o TAN insensato como para afirmar que, cuando oí tal por primera vez, simplemente no fué como si ya lo hubiese sabido SIEMPRE...

    ¡Ah, la MÁXIMA!

    La inolvidable persona de que les hablo, damas y caballeros, citaba fórmulas en lenguas desconocidas para mí (pero, que, por lo que sea, se notaba eran las lenguas que tocaba) y me hablaba de forma tan infinitamente bizantina que ante mí se materializaban por ensalmo los esfuerzos mil de aquellos sabios, en aquellas hermosas cámaras califales con cortinas de seda fina y filigranas de versos coránicos -puritas joyas de ébano purísimo cubriendo el mármol veteado de las paredes y las cúpulas-, tratando de dar al Sucesor del Profeta luz para su obscuridad y ganarse, con ello, la soñada anunciada recompensa...

    -“Dejadme, vosotros que os llamáis sabios... NO permitáis que mi aburrimiento se convierta en ira y acabe con vosotros y vuestras ridículas piruetas y pedantes frases...

    ¡Había que escuchar a doña Consuelo, a.c.s. (así se llamaba la persona de quien les estoy hablando), para, entre sus adjetivos y sus metáforas, encontrar la entrada secreta del harén; y, entrar, escondido, detrás del califa! Su voz se volvía queda y rumorosa y olía como los jazmines y las rosas de pitiminí... Arrullaba, como sólo en el santo de los santos del harén califal bagdadí arrulla la voz de una bellísima favorita a su amado amo...

    -“Dicen, ¡oh, amo mío!, que allá en las montañas, perdido en los altos riscos, mora un auténtico sabio en contacto DIRECTO con el Altísimo...

    -“¿DIRECTO dices, mujer?

    -“DIRECTO digo, ¡oh, amo mío!

    El califa recorrió con las yemas de sus finos dedos aquellos labios, pura joya, que JAMÁS le habían mentido, hablaran o no..; y, cette éclosion!, doña Consuelo, a.c.s., ipso facto convertía su hablar en relincho de caballos enjaezados, en mil camelleros enfrascados en llenar hasta los topes de riquezas y presentes filas y filas de camellos... Las distintas razas del imperio, los dejes provincianos de los jóvenes ayudantes y los aguadores, la espléndida dialéctica de los encargados por el mismísimo califa de hacer que todo se hiciera según sus órdenes y deseos brotaba de cada precisa sílaba pronunciada por doña Consuelo, a.c.s., damas y caballeros..; y, se sabía que el Sucesor del Profeta había decidido ir a buscar luz para su obscuridad allá en las montañas, en los perdidos riscos...

    Sigo en la próxima nota, sí...

    Siempre, en cualquier caso, a su disposición.

    Jaume de Ponts i Mateu
    Última edición por Jaume de Ponts i Mateu; 20-ene.-2017 a las 19:50

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