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Tema: ¡ah, la augusta "maladie héréditaire"!

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  1. #1
    Fecha de Ingreso
    03-enero-2012
    Ubicación
    Lleida (Segrià -Catalunya/UE-)
    Mensajes
    1.098

    Predeterminado ¡ah, la augusta "maladie héréditaire"!

    ¿Saben?; ma iaia, a.c.s., NUNCA permitió que, en su presencia, se la tratase como otra cosa que una entregada amateur en themas genealógicos capaz, eso sí, de dar lecciones a cualquier dilettante..; mais, quienes eran y son auctoritas y todos los connaisseurs de la selectísima, muy reducida comunidad académica ad hoc de mi patria la tenían, respetuosamente en privado, por una entendue de sobradísimo nivel.

    A ella, ¡como a tantos/as!, le podía el affaire de la augusta "maladie héréditaire".

    Sí, sí, sí..; ella ya sabía, como todos/as, de la general SOSPECHA que ALGO pasó a partir del augusto lecho conyugal de S.M.I. y R. Victoria I. No era preciso ni saber lo que era un árbol genealógico: TODOS los/as afectados/as por la atroz plaga en la sangre azul eran descendientes de ella.

    Y, ella apostaba por ello también. NO era en modo alguno partidaria de la teoría, entonces en boga y hoy día completamente descartada, de que los/as hemofílicos/as (afectados o portadoras) borbónicos eran consecuencia de la herencia genética PATERNA de la augusta abuela paterna de nuestro felizmente reinante monarca; y que, en definitiva, la concreta infección en la Casa de Borbón se debía a la hija del conde Jan Maurycy {o, Johann Moritz} von Hauke -la abuela paterna de la augusta abuela paterna de nuestro felizmente reinante monarca, preciso-. Ma iaia, a.c.s., se INDIGNABA que hubiese quien OSASE escribir ¡hasta libros! diciendo SANDECES de las que cualquiera podía REIRSE no más consultando el conocidísimo árbol genealógico de los Hauke-Bosak {donde NINGÚN diagnóstico a posteriori de las posibles causas de las conocidas y detalladas muertes podía ser nunca, ni remotamente, hemofilia}.

    No, no, no..; por ahí NO era.

    Los expertos apuntaban al hecho que la abuela materna de S.M.I. y R. Victoria I era, también, de su augusto esposo la abuela paterna (ergo, S.A.S. la princesa Auguste-Caroline-Sophie Reuß zu Ebersdorf); y, que éste había sido concebido cuando su progenitor tenía bastante más de medio siglo (ambas conjeturas muy serias de una posible causa de la fatal mutación que es uno de los hipotéticos motores de la tremenda enfermedad de que estamos hablando).

    Pero, ma iaia, a.c.s., NO creía en un origo mutante sino en un origo genético; y, decidida, se dedicó a estudiar el árbol genealógico de la jüngere Linie de la Haus Reuß.

    Y, sí: había indicios. Pero, sólo a partir de la descendencia de los padres de S.A.S. la princesa Auguste-Caroline-Sophie Reuß zu Ebersdorf. Concluyo, pues, ma iaia, a.c.s., que ALGO debió traer la madre: la Gräfin Sophie-Theodora zu Castell-Remlingen.

    Fué una SORPRESA. Conocía bien el sanísimo impecable pedigree familiar de su padre (el conde Wolfgang-Dietrich zu Castell-Remlingen, preciso)..; aunque, et voilà!, hasta entonces no se había fijado en el BRUSCO cambio a muchísimo peor que al respecto hay a partir de su descendencia. Lo vió CLARO. Había que seguir el hilo de su esposa: la condesa Dorothea-Renata zu Zinzendorf-Pottendorf.

    Y, se le hizo la LUZ.

    ¡Su bisabuela materna era Crescentia von Stubenberg-Kapfenberg!; ¡de la casa de los Kapfenberg!, ¡aquellos a quienes los súbditos de sus feudos llamaban "sangre sucia" desde tiempo inmemorial!

    Escribió inmediatamente a uno de sus corresponsales austríacos...

    NO la decepcionó: la légende, entre los abracadabrantes arcanos y las horrorosas maldiciones de rigor, señalaba a una bellísima dama llamada algo así como "Anna von Perneck" de la que NADA se sabía sobre su procedencia (y, se sigue igual) y que no se sabe cómo sorbió el seso del fundador de la estirpe; que, al parecer, por ella hizo mil maldades y hasta HEREJÍAS.

    Los aldeanos, pues, vieron con secreto gusto que de un capo TAN duro y atlético y de una que, aunque mala, era vertiginosamente BELLA sólo naciesen, uno tras otro, abortos, débiles o contrahechos y mujeres que, entonces, era lo mismo que nada. Los hijos, los nietos, los bisnietos y los tataranietos de estos aldeanos, al comprobar que la cosa seguía igual, llegaron a la conclusión que ella trajo la maldición y que los señores se lo tenían merecido.

    Ma iaia, a.c.s., EXULTANTE, no dejó de comentar el resultado de sus pesquisas a todo aquel que estimaba interesado. ¡NO como un hallazgo!; sino como la constatación de una obviedad evidente para cualquiera.

    SÍ: es cierto que en el día he visto escrito en más de un lado este periplo para la augusta "maladie héréditaire".., pero, cuando ma iaia, a.c.s., habló por primera vez de él en público, ep!, NADIE había escrito sobre ello.

    Siempre, en cualquier caso, a su disposición, damas y caballeros.

    Jaume de Ponts i Mateu
    Última edición por Jaume de Ponts i Mateu; 05-jul.-2012 a las 06:27

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