es que si no hay paladar...

[gabin]

Veo que usted es de quienes, pongo por caso a bote pronto.., cuando ven a alguien por la rue que NO tiene sus defectos físicos, piensan sin dudarlo que se ha hecho la estética...

Crea que lo siento de corazón por usted, sí.

Siempre, en cualquier caso, a su disposición.

Jaume de Ponts i Mateu

Mi posteo, una manera de preguntar si detrás de los suyos, por la forma de hacerlo, había realmente un escritor, más o menos conocido. Curiosidad, sin más.

Mi posteo, dejaba claro, -o al menos era la intención- que para mí, era usted el autor de sus escritos, al postear que no lo veía de "copiador", (utilicé otra palabra). Decía también, que podía estar errado, -al no tener la certeza-. Mi única intención, la antes citada: curiosidad, si detrás de sus peculiares posteos se "escaqueaba" un escritor, y si era el caso, y le cuadraba, pudiéramos conocer. Por eso, también postee, a no quedarse con la "duda", (no saber). Espero, ahora, haberme explicado mejor.

En su posteo de contestación, para mí, no era necesario que se pusiera. Sepa que la envidia no es mi fuerte, pero mi memoria, bastante selectiva.

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[Jaume de Ponts i Mateu]

curiosidad, sin más...

Bueno..; digamos que lo comprendo, my dear.

¿Puedo esperar a cambio me deje a MÍ -sin ni subliminales preguntas- administrar los inputs de mi privacy?

Siempre, en cualquier caso, a su disposición, darling.

Jaume de Ponts i Mateu

[gabin]

Bueno..; digamos que lo comprendo, my dear.

¿Puedo esperar a cambio me deje a MÍ -sin ni subliminales preguntas- administrar los inputs de mi privacy?

Siempre, en cualquier caso, a su disposición, darling.

Jaume de Ponts i Mateu

Of course. És clar, com no podia ser d'altra manera.

[Jaume de Ponts i Mateu]

of course...

Gracias.

Siempre, en cualquier caso, a su disposición.

Jaume de Ponts i Mateu

[Jaume de Ponts i Mateu]

El primer domingo después de fiestas ma iaia, a.c.s., y yo íbamos a la tradicional comida post-navideña de los Casals en un conocido hotel del Cap i Casal. Ni mon iaio, a.c.s., ni mon pare, a.c.s., vinieron NUNCA.

Los menus eran (desde que murió ma iaia, a.c.s., no he vuelto a ir) verdaderas JOYAS; en taille-douce, ¡con unas filigranas! Aún los conservo casi todos.

Uno no más:

De, et voilà!, hors-d'œuvre -espero le gusten las chiribitas...-, la meo quidem animo DELICIOSA salade de feuilles de pâquerettes avec pissenlit et fenouil; si quieren aceptarme un consejo, darlings, ahí va: pruébenla acompañada de un par o tres de lunas de tomate beefsteak de huerto, un poquito de cebolleta MUY tierna cortada estilo pluma, un rábano rojo con su piel troceado tipo brunoise, algunas olivas negras, una pizca de zanahoria rallada, pelín de rúcula en chifonnade, uno o (como mucho) dos trocitos de corazón de apio cortados como para mirepoix y algo de lechuga del país (NUNCA usen, al caso, escarola) cortada estilo juliana y, finalmente, aliñado todo sólo con buen aceite de oliva virgen {recomiéndoles, v.g., el INSUPERABLE aceite mallorquín}, MUY poca sal kosher tipo copo de nieve y NO especiada y, en lugar de vinagre o afín, algo de zumo de limón recién exprimido {SIN duda no encontrarán limones mejores que los de, por ejemplo, la cooperativa agrícola Sant Bartomeu de Sóller; y que, ¿no lo sabían?, TANTAS dificultades tienen ahora para ser comercializados comme il faut}..; ¡ah!; y, compleméntenlo con una rebanadita de pan de olivas negras, si es posible, recién hecho y una copita de -para hacer juego, sí- vino tinto mallorquín a temperatura ambiente {y, please!, tengan la tele cerrada y pongan, pongo por caso.., los "Trois nouvelles études" del maestro Fryderyk Franciszek Chopin o, en su defecto, cualquiera de, tres veces la nariz en el suelo, los inmortales Préludes que el maestro compuso allá en su celda de la Cartoixa de Valldemossa}; ¡oh; una sabrosísima delicatessen al alcance de CUALQUIER bolsillo, vraiment!

Relájense..; dejen que el plat se haga uno con ustedes... Acompañen el momento, se lo recomiendo.., con una copita de apéritif de raíz de Gentiana lutea; y, ya de entrée, algo salé de así como mise en bouche {¿qué les parecen unos закуски de caviar de Kalix punteados de beurre holandesa y unos canapés grillées de mojama de la gaditana La Janda?, ¿eh?}...

De relevé, claro está, el sorbet. De zumo de limón recién exprimido, por supuesto.

¡Ah, el plat de résistance! Sin duda, sin duda, sin duda..; un espléndido canard de Rouen a la naranja. Riéguenlo con cualquier vin de garde rouge et sec {français, of course}.

Ahora, my dears, levántense de la silla..; dediquen un tiempo razonable a contemplar la CREACIÓN fumando lo que ustedes deseen -o, con unas avellanitas leridanas y una copa de Kirschwasse-...

Aprovechen aussi para transfigurar el hilo musical...

Ahora toca, ¡oh sí!, Casta Diva {TODA "Norma", vaya}.

Porque, de dessert, my dears, dice el menu, ¡oh, explosión de GOÛT!, mousse de violetas.

¡Oh!; hay muchas recetas de tal ya secular classique... Le recomiendo, por ejemplo, la de doña María-Ángeles Mateos {que, está colgada en la Red}; aunque, ipso facto debo decir, noblesse oblige, que yo soy partidario {y, no soy el único} de aussi la ralladura de limón.

¿Para acompañarla?

Please!, ¿acaso dudan?

CHAMPAGNE, naturalmente.

Un rosé des Riceys, bien sûr.

"Como todo tiene su historia, voy a contar (...); yo la ví por Internet (...); pensé, ¡es ideal para mi amiga!; a ella le encantan los caramelos de violeta (...). Todos los años por Navidad vamos con los niños a Madrid, a pasar el día. Paseamos (...), nos movemos de un sitio a otro (...); y, terminando por "La Mallorquina" {sitio que está en plena puerta del Sol y donde se inventaron las napolitanas que todos conocemos, llamadas así porque al dueño le parecía muy ostentoso llamarlas con el nombre de la confitería o pastelería}. Pues bien: es aquí donde compra siempre estos caramelos de violetas TAN famosos y TAN madrileños; a la par que nos tomamos un cafelito y algún que otro dulce como las trufas, riquísimas, e incluyendo las napolitanas, ¡cómo no!" (una dama en la Red, dixit)

No, no, no...

No tengan prisa en levantarse... Déjense ir un ratico antes de hacerlo, sí...

Quizá, como los Casals, tengan ustedes también albums de fotografías de quienes ya no están...

"Vísteme de hermosura el pensamiento, serenidad; perennemente unida al árbol de mi vida a contra viento..." {maestro Blas de Otero Muñoz, dixit}

Sí: estarán más cómodos en los sillones, frente a la llar de foc...

"Señor, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo y sabiduría para poder diferenciarlas..." {maestro Karl Paul Reinhold Niebuhr, dixit}

¡Claro!; llévense el champagne.

Si no.., ¿cómo brindarían por ellos?

Siempre, en cualquier caso, a su disposición, my dears.

Jaume de Ponts i Mateu

[Jaume de Ponts i Mateu]

Ma iaia, a.c.s., NO creía en la Seguridad Social, ni en el sistema de pensiones, ni, en definitiva, en el -ya tuvo ocasión de constatarlo...- tan cacareado "estado del bienestar". Solemne y definitiva, damas y caballeros, se fué a rendir cuentas proclamando que era así como los dictadores a quien inspiraba, SIN duda, Satanás consolidaban sus tiranías y que era así (por cosas así) por lo que habían sido humillados y hasta burlados, v.g., los civilizados romanos y los cultivados omeyas por quienes, a su vez, serían humillados y burlados cuando cayesen en la tentación de imitar a quienes, porque no eran como ellos, humillaron y burlaron.

¿QUÉ era eso de que alguien tuviese derecho a gozar de lo que NO se había pagado con su bolsillo? Para ella, mes amis/es, tratar de encumbrarse a ¡hacedor de milagros! era la prueba del nueve de que, por ejemplo, la BESTIA que follaba con la Collares rezaba al DIABLO y que aquel imperator que ¡concedió la ciudadanía romana a quien no era romano! tenía en su capilla privée dioses que no eran olímpicos y que en lugar de incienso exigían azufre.

Pero, nunca me extrañó que, ¡vamos!, NO hubiese en Manresa otra dama más comprometida con Càritas, más dispuesta a pasar de lo que fuera para atender exclusivamente a un pobre que se encontrara por la calle, más rápida en preferir ¡hasta comprarme unos zapatos más baratos! que no asumir que alguien iba sin calzado. Yo NO he conocido a NADIE más que CADA Nadal, antes de comprar NADA para su casa o los suyos, comprase para quien ella estimaba que, si no les compraba ella, NADIE les compraría y, además, que NUNCA dijese que, por ejemplo, había sólo una barra de tal exclusivo xixona sobre la mesa ya que NO tuvo para más porque había comprado para ¡otros!

Por tanto, damas y caballeros, ma iaia, a.c.s., NUNCA pudo permitirse -como, por ejemplo, podía ma mare, a.c.s.; que, entre otras cosas, proclamaba como evidencia de su generosidad y altruismo que un día había hecho un donativo en el programa de radio Encarna de noche y hubiese pedido el despido del portero donde vivía si hubiese dejado colar a algún pedigüeño- épater con mesas repletas de productos tan exclusivos como clamorosamente carísimos. Ma mare, a.c.s., cuando me ponía tal o cual cosa cuyo precio TRONABA, ¡ah; ma mare, a.c.s.!, siempre apostillaba que eso NO me lo pondría ma iaia, a.c.s.

Pero, daba igual. Y, ma mare, a.c.s., IMPOTENTE hasta la ya incurable gangrena, lo sabía.

Ella NUNCA pudo hacerme flipar TANTO como, TANTAS y TANTAS veces y con TANTÍSIMA intensidad y TAN auténticamente, hizo ma iaia, a.c.s., que yo, ¡y CUALQUIERA, of course!, flipase.

Porque, ¡NO era caviar, no!, pero aquel huevo frito sin una gota de aceite sobrante con la yema perfectamente preservada por media cáscara, una sombra de hilo de ajo frito au point y la sal justa no más mientras ma iaia, a.c.s., contaba la anécdota de una famosa manchega que por entonces se codeaba con los de Hollywood haciéndole huevos fritos a un actor que ya era un mito dejaba KO ¡hasta a la alcaldesa, que era de Barcelona!

Ella, pues, NO precisaba renunciar a ser como estimaba debía con el prójimo para dejar de pasta de boniato ya a tal o cual; ya alelado hasta el tuétano que las flores en la canastilla de bronce dorado con suelo postizo lleno, ¡oh, cuán vivamente lo percibía!, de olorosa tierra mojada, a diferencia de las que ponía su madre o su esposa encima de la mesa, REALMENTE lucían frescas y tal recién cortadas. Tenía suficiente y le bastaba con, sobre el tapete de bayeta blanca (para evitar el ruido de los choques) cubierto de impóluto y suavísimo mantel de algodón blanco y tras haber pasado delicadamente el cepillo Anna, ésta pusiese ante quien fuese un plato blanco como la nieve en el que descollaba como una joya viva una pera del huerto estudiadamente colocada encima de una hoja de parra, algo de seco musgo y una flor de violeta de forma que no destacaran ni su rabo ni su ojo.

¡Sólo precisaba que su marido le trajese una escarola, una zanahoria, un tomate, una cebolleta tierna y un pimiento rojo como la sangre para que, ante la MARAVILLA, cualquiera se negara a creer que lo había hecho ella al paso mientras Anna hacía otra cosa, que no era una receta exclusiva y que los ingredientes eran del huerto!

Quienes tenían el honor (así constaté lo tuvo cualquiera SIEMPRE) de poder sentarse alguna vez a su mesa insistían en que no quería decirles la verdad cuando les aseguraba que aquellas patatas eran las del lugar, que las alcachofas eran las corrientes y que aquellos espárragos crecían en el huerto y en cualquier recodo del camino... Pero, en petit comité, ma iaia, a.c.s., comentaba a sus super-íntimos que había que ser comprensivo con la azorada confusión de quienes, también, preguntan para qué es el salvamanteles de plata cual esfinges bifrontes y es obvio se inventan una alergia para no tener que poner en evidencia que no saben pelar una manzana con cuchillo y tenedor.

¿Alababan el café de ma iaia, a.c.s., porque realmente pensaban lo compraba en algún lugar super-elitista y super-exclusivo de Barcelona y estaban convencidos que era cierto lo que Anna, encantada de poderse burlar.., decía en la tienda (ergo, que el café era para ella y no para la señora)? No sé..; pero un día, damas y caballeros, una dama que había sido, ¡incluso!, muy amiga suya me preguntó si yo sabía de dónde sacaba ma iaia, a.c.s., ¡aquel café!

Lo cierto es que, aunque había puesto una cafetera en la que Anna se hacía el café para ella y, si se lo pedían, para mon iaio, a.c.s., y mon pare, a.c.s., ep!, ma iaia, a.c.s. (poco aficionada al caf&#233, se encargaba PERSONALMENTE de hacer el café para sus invitados/as a la vieja usanza y NUNCA hacía se sirviese en otra cosa que el bellísimo juego de café de su ajuar de boda.

Sí: es cierto que a los pobres, que SIEMPRE hacía entrar a la cocina, les servía (NUNCA hizo que se encargara de ello sólo Anna) la comida (la MISMA que habíamos comido nosotros) sobre hule de plástico y con platos duralex. ¡Y, el café con vaso!

Un día, cuando ya iba al insti, no pude más y se lo recriminé...

Me miró, de entrada, ASOMBRADA; pero, al poco, endureció su semblante de la forma que lo endurecía cuando estimaba constatar que ma mare, a.c.s., TAMBIÉN influía en mí.

Me dijo que ella ya sabía que no sólo en aquella entonces ya famosísima (¡había sido candidata a Oscar y tó!) y hoy mítica película del maestro Berlanga rodada, precisamente, en Manresa algunas mujerzuelas indignas de tener para dar osaban anegar de vergüenza y ridículo a seres humanos utilizándolos ante su familia o sus invitados como "los pobres a que dan de comer"..; pero, ¿quería yo tener una abuela así? ¿Era ése el RESPETO que quería yo ver en mi home? ¿Así, en el comedor y en público, y no en la cocina estimaba yo, de ser pobre, preferiría comer lo que no he tenido otro remedio que mendigar?

Como no me convencía, damas y caballeros, me habló del HAMBRE y la VORACIDAD, de la necesidad de intimidad para uno y de la ansia de exhibicionismo de la otra; y, de que de las Sagradas Escrituras sólo podía desprenderse que el Altísimo denigró al fariseo que echaba su óbolo en la sinagoga en público y llamando la atención y, por tanto, a la VORACIDAD el Eterno es obvio le niega hasta el pan y la sal.

Ya cuando me tuvo más convencido, bueno.., me habló del PALADAR; algo, me precisó.., con lo que NO se nace. Sí, sí, sí..; me indicó (interesadísima en que me enterase) que costaba más, muchísimo más, tener auténtico y verdadero paladar que llegar a tener incluso cultivado y hasta exquisito buen gusto. Y, que NO olvidase jamás de los jamases (pontificó que en ello podría irme la salvación eterna) la diferencia que hay entre el lujo (lícito si se paga y moralmente presentable si es preciso) y la necesidad.

Con el lujo se puede, digamos.., jugar; y, con los/as voraces se debe hacerlo por mínima higiene... Y, siempre que decía eso, ¡ah!, sus ojos se adornaban de un fulgor de picardías de salón y travesuras a escondidas de la gouvernante.

Pero, que era una muestra de MUY mal fondo exponer a quien no tiene paladar pero SÍ mucha hambre al inhumano TORMENTO de masticar sin gusto mientras se duele de lo que hacen sus cochinos zapatos sobre la alfombra o se preocupa por si se le cae el primoroso plato de porcelana o la copa de finísimo cristal.

NUNCA me he explicado la razón por la cual pensaba yo que ma iaia, a.c.s., cuando decía tal, pensaba en ma mare, a.c.s. (que, era sabido NO daba ni en el comedor ni en la cocina; ras i curt: NO daba)... ¡De verdad que no, oigan..!

Siempre, en cualquier caso, a su disposición, damas y caballeros.

Jaume de Ponts i Mateu

[Jaume de Ponts i Mateu]

Mon iaio, a.c.s., gozaba como ni hay palabras para explicarlo cuando en el Casino, como cada año, le rogaban tratase de convencer a ma iaia, a.c.s. {que SIEMPRE había tenido, digamos.., ciertas personales e intransferibles dificultades para conectar con, sobre todo, el mandamás del Casino -que, francamente.., era tan (en aquel entonces) rico como patán-}, que se aviniese a ser, por así decirlo.., consejera áulica de quien se las daba de sommelier en la anual cena de gala del Casino...

-"Andreu..; és que si no tenim a la teva dona..."

¡Ah; cómo disfrutaba mi queridísimo, amadísimo, añoradísimo abuelo paterno, a.c.s., comentando en casa que había dicho que, en fin.., quizá su esposa no tendría tiempo!; y que, al fin y al cabo, ¿no había estudiado para eso la hija del mandamás del Casino -sí: era quien se las daba de sommelier cada año-? Hasta Anna salía de la cocina a REIRSE a mandíbula batiente cuando mon iaio, a.c.s., contestaba, partiéndose el pecho, que el tal se había tenido que allanar a contestarle, abatido: "ma filla?; va, va, va...". Ma iaia, a.c.s., que no la soportaba sin estar obligada a ello.., sonreía así como modosa (pero, con los ojos RADIANTES) recordándonos que Dios Nuestro Señor nos dicta lástima y no burla por los ineptos...

-"Va, Caterina..!"

Anna siempre pudo permitirse más libertades que incluso yo con ma iaia, a.c.s.; por ejemplo: a mí, de decírselo, me habría mandado ipso facto a la cama sin postre y, al día siguiente.., ¡ay, al día siguiente! Pero, incluso la miró arrebolada y hasta encendidamente cómplice cuando Anna se puso a cotillear que mejor que se hubiese casado y empezado a parir hijos que la tenían ocupada porque.., si hubiese montado el restaurant, ¡vamos..!, seguro que media ciudad acababa envenenada porque la tal estaba claro confundiría la lejía con el agua mineral.

Se hacía rogar, por eso. Le encantaba, cada año, decirle a mon iaio, a.c.s., que no, que mil veces no y que ya había dicho el año anterior que era la última vez. Mon, iaio, a.c.s., ¡evidentemente!, le seguía, entregadísimo al máximo, el jeu.

Empezaba, pues, la operette de cada año... Toda la family éramos actores, sí: los/as hijos/as y nietos/as de mi edad, cuando hablaban conmigo, me pedían si ma iaia, a.c.s., iba a poder hacerlo o no..; Anna pontificaba en las tiendas y donde se terciara sobre lo segura que estaba que el año anterior había sido el último..; a mon pare, a.c.s., y a mon iaio, a.c.s., no se les hablaba de otra cosa en el Casino y donde fuera... La family más lejana se hacía, por ensalmo, cercanísima e interesadísima por lo que ma iaia, a.c.s., tenía pensado hacer...

Petit à petit se sucedía el desfile de las visitas... El mandamás del Casino NO venía..; pero, ¡su esposa y su hija aprovechaban la mínima! Cada año, por ejemplo, ma iaia, a.c.s., tenía una nueva orchidée para su galería.

Recuerdo, a bote pronto, el año en que se rascaron el bolsillo a tope y vinieron con, cette éclosion!, un ejemplar de Bulbophyllum minutissimum (ya saben.., la epífita australiana que es la orchidée MÁS diminuta que existe) roja como la sangre delicadamente encajada en roca virgen. Hasta ma iaia, a.c.s., se ASOMBRÓ de lo que un patán con dinero puede conseguir si va al lugar adecuado del Cap i Casal con alguien que pueda asesorarlo convenientemente. Sí, sí, sí..; lo recuerdo perfectamente: fué el año en que el entonces titular de la sede episcopal vicense (un habitual de la cena todos los años) había anunciado que asistiría acompañado del entonces -había sido nombrado aquel año- reciente titular de la Dioecesis Urgellensis y, por tanto, co-príncipe andorrano. Se sabía, ¡ay!, tanto del exquisito paladar como del exigente goût de cultivadísimo connaiseur de tal prelado respecto de vins.

¡Por supuesto!; vinieron con el menu preparadísimo (espié más tarde a ma iaia, a.c.s., y a Anna en la cocina RIÉNDOSE desatadas ¡de lo que habrían tenido que esforzarse semejantes mujeres para traerlo!); pero, ¡vamos!, tuvieron que aguantar que mi queridísima, amadísima, añoradísima abuela paterna, a.c.s., les dijese que, más que la taula de formatges de l'Alt Urgell i la Cerdanya de entrante en atención a su diócesis, los entremeses milanencs y el pescado a la montblanquina en honor de su origo y el cabrit al forn amb picada de fruits secs tan típica y -precisó inclemente- tópicamente andorrano como la coca massegada acompañada de melmelada de mores, bueno.., ella sugeriría acercase MÁS a los -¿no lo sabían quizá?- conocidos gustos del prelado, titulado filólogo francés por la Sorbonne y titulado filólogo inglés por la Oversea Language School de London, y arriesgarse menos con el -escogió con deleite las palabras...- folklore de provincias. Ella, si fuese preguntada, sugeriría...

SÍ: se hizo el menu que sugirió ma iaia, a.c.s. Que, ¡finalmente!, aceptó también, como cada año, sugerir la lista de vins al caso añadiendo, como cada año, que NO quería que su nombre saliese donde salía el nombre de el (en este caso, mes amis/es, la) sommelier.

Mais..; también, damas y caballeros, como cada año, ¡ah!, quien era oficialmente sommelier tenía que, finalmente, llamar a ma iaia, a.c.s. (aquel año, darlings, a la mesa de los prelados), para explicar la razón del Noilly Prat ambré en lugar de Noilly Prat Dry o Noilly Prat Rouge (era, et voilà!, porque los aperitivos estaban adornados con fleurs d'oranger), qué era lo que había acompañado el caviar y, luego, el salmón (se trataba de un blanc de los viñedos Sharpham en Devon; precisó al paso ma iaia, a.c.s., que era uno de los classiques de la mesa de la soberana británica...) y cómo había conseguido tantas botellas de cuarto (los vulgares las llaman "benjamín") de rosé des Riceys ¡ni más ni menos que dosage zéro! para el asado (ma iaia, a.c.s., tenía sus secretos; bien sûr...) y, por fin, para recibir el distendido reconocimiento del prelado porque, ¡ay!, no sabía cuánto agradecía aquel impagable atholl brose a los postres..; normalmente, desde que era co-príncipe andorrano, ¡a todos lados donde iba le acababan invitando a vi calent i cremat!; y a él, la verdad.., folklores los mínimos.

Ma iaia, a.c.s., ¡como estaba la hija del mandamás del Casino al lado!, tampoco aquel año se reprimió.

Tras contar todo lo que le rogaban contara dando todo tipo de ejemplos e ilustrándolo con todo tipo de anécdotas históricas interesantísimas, ep!, decía aquello tan no sé yo qué de que, en fin.., ella NO era la sommelier y, bueno.., si de algo había servido su ayuda habría sido de bien poco porque ¡la sommelier era tan buena sommelier que no la precisaba pá ná!

SÍ: la infeliz, que ni abría la boca, tenía que aguantar, ¡encima!, que ma iaia, a.c.s., señalase, aquel año, al para nada al caso interesado prelado que la chica había estudiado para sommelier y tó.

Ya he dicho alguna vez que mi queridísima, amadísima, añoradísima abuela paterna, a.c.s., si quería podía ser DESPIADADA..; ¿no?

Por cierto..; cuando la llamaron a la mesa del flamante co-príncipe andorrano, ¡vamos!, fué conmigo. Y yo, ufano como un pavo, comprobé cuán rápido podía ir el mandamás del Casino buscando una silla para que yo pudiera sentarme en la mesa...

Supongo que sabía que, de no cumplirse esa condición que yo JAMÁS presencié pactar, ma iaia, a.c.s., era CAPAZ ¡de pasar hasta de ser cumplimentada por dos obispos! y dejarle a él y a su hija en mazo evidencia en público.

Siempre, en cualquier caso, a su disposición, damas y caballeros.

Jaume de Ponts i Mateu