No me atrevería yo a decirlo con TANTA rotundidad...
Pero, agradezco INFINITO lo que usted, en el fondo, quiere, TAN amablemente, decirme.
SÍ: entiendo NO les faltó nada que yo pudiera darles y NUNCA me pesó, por ejemplo, tenerles que sacar a hacer sus cosas; tampoco ví NUNCA en su mirada ni un atisbo de miedo o temor.
No sé, mi muy estimada señorita, si, quienes han fallecido, fueron felices o si lo es quien queda. ¿Sabe?; en realidad, NO me atrevería a jurar sobre las Sagradas Escrituras de la verdadera fe ni siquiera que han sido o son felices quienes me han jurado que NO me engañaba cuando veía la absoluta y total felicidad extática en sus rostros.
Pero; ya le he dicho, chérie, que comprendo perfectamente lo que me quiere decir y, ¡oh, sí!, se lo agradezco, insisto y no me canso, INFINITO.
Siempre, en cualquier caso, a sus encantadores pies, mi muy querida, estimadísima señorita.
Jaume de Ponts i Mateu