En principio pedir disculpas por el tono, no era mi intención herir la sensibilidad de nadie.
No estamos hablando del canon Bíblico, cosa que por cierto a la iglesia católica le trae sin cuidado, porque desde luego las enseñanzas de Jesús da la impresión que no han calado demasiado hondo en la mayoría de aquellos que debieran ser ejemplo a seguir por el resto de los fieles. De ahí, que mucha gente afirme creer en Dios y sin embargo deteste a los curas, pero ese es otro tema, a lo que íbamos.
La iglesia católica no se constituyo como tal hasta el siglo XVI. Como dije anteriormente, existían diversas formas de entender el culto. La jerarquía católica no hacia demasiado caso a las costumbres siempre y cuando no se enfrentaran directamente con ella. Bien, en el concilio de Trento, lo que realmente se pretendía era unificar a la Cristiandad. El primer problema con que se encontraron los católicos fue la falta de disposición por parte de los protestantes a aceptar como parte de la revelación algo que fuese mas allá de la sola escritura.
En cuanto a esto, aceptar la Biblia como instrumento usado por Dios para hablar al hombre, tanto al antiguo como al moderno, es cuestión de fe. Pensar que son tan solo cuentos y fabulas es desde luego una opción.
No obstante, en una sociedad donde mayormente el Cristianismo que se conoce es el Católico, no es de extrañar que se olvide a aquellos que plantaron cara al despotismo religioso y que han colaborado para hacer de este mundo un lugar, un poco mejor.