"Que curioso es el ser humano, nacer no pide, vivir no sabe, morir no quiere"
Bruce Lee
"Uno siempre responde con su vida entera a las preguntas más importantes. No
importa lo que diga, no importa con qué palabras y con qué argumentos trate de
defenderse. Al final, al final de todo, uno responde a todas las preguntas con los
hechos de su vida: a las preguntas que el mundo le ha hecho una y otra vez.
Las preguntas son estas: ¿Quién eres? … ¿Qué has querido de verdad? …
¿Qué has sabido de verdad? … ¿A qué has sido fiel o infiel? … ¿Con qué y con
quién te has comportado con valentÃa o con cobardÃa? … Éstas son las
preguntas. Uno responde como puede, diciendo la verdad o mintiendo: eso no
importa. Lo que sà importa es que uno al final responde con su vida entera."
El último encuentro. Sándor Márai.
«The brain is the seat of madness and delirium.»
«The brain is the seat of madness and delirium.»
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por estar en cualquier parte salvo aquÃ
fui un turista de la belleza las cosas
que uno hace para vivir en no
perder la cabeza
Tengo la idea recurrente de llegar siempre tarde a todos los episodios de mi
vida, he pospuesto todos las despedidas, esperando que el sol se esconda y
me brinde un poco de sombras, a la madrugada corro a esa estación dejando
pedazos de equipaje al paso, al llegar siempre el tranvÃa esta dando la vuelta
alejándose, me prometo entonces la siguiente vez le alcanzaré.
Con las obligaciones, sin embargo la precisión es casi una fijación, todo esta
ordenado y acomodado con horarios y seguimientos, suelo seguir una lÃnea
divisoria, entre un antes y un después. Siguen pensando que soy lo mejor que
les ocurrió, yo sé secretamente que no es asÃ.
Quiero recordar tanto que me pierdo, asà que lo intento tantas veces que
termina saliendo más por necedad que por otra cosa. Sigo esperando que un
tornado se lleve todo dejándome de nuevo confusa y perdida, sin más que un
trozo de carbón por defender.
Que me hace esperar algo diferente, hay una verdadera lógica en este
desorden… ¿por fin desharé esa maleta para revisar su contenido?, por
costumbre me asegurare de que todo funcione como se espera, cuando la
anarquÃa es tan atrayente.
Si me dan a elegir quiero dormir un par de meses, que alguien me asegure que
al despertar el dolor se fue a habitar a una isla que no existe, que me
devuelvan la libertad infantil y la sopa de moras de la abuela. Quiero que me
regresen la fe, ya no quiero que me elijan ni exijan que permanezca a su lado,
tener como cobijo la noche y de foquitos las estrellas, los grillos arrullándome
como cuando ella me llevaba a perder al monte.
Empeñar el miedo, rematar el recuerdo, remendar las heridas y vencer las
promesas que no se cumplieron, si, quiero mis simples sueños, exijo escuchar
su voz y sentir una vez más sus brazos que como cobijo me apartaron de las
bestias, amasar la nausea y convertirla en antojo. Me corresponde la
inocencia que me arrebataron, mil noches tranquilas y los cuentos que nunca
me leyeron.
Estoy esperando el barco que navega en el aire frio, en ese puerto que
destrozaron, quiero dejar de ser distante, ser común; caminar de nuevo bajo
la lluvia, mientras juego con los pequeños arroyos con mis pies. Un par de
navidades, con árbol incluido.
Invitarles a destruir la celda, hacer una ventana sin cortinas, ni vidrios; creer
en las promesas…
«The brain is the seat of madness and delirium.»
…Escribe en mi te necesito…
E s p i r a l
Aquel hombre seguÃa al piano, la camarera aburrida fumaba un
tabaco mágico, el humo que salÃa de sus bien delineados labios hacÃa figuras
fantasmales, yo seguÃa charlando con la sombra, ella estaba empeñada en
cambiar de escenario, se sentÃa aburrida del hedor a orines, la bebida barata
y el barullo de los borrachos. Me dije tiene razón, pero, como suelo llevar
siempre la contra, le dije que se largara al demonio con sus quejas.
Pedà otro trago mientras mi mano se aventaba un clavado en el
bolsillo tratando de encontrar alguna moneda necesaria en medio de este,
que es un difÃcil trance; aparentar que tienes para la cuenta, cuando bien
sabes no te queda un centavo más.
Estaba mirando el fondo del vaso, moviéndolo, no funcionaba muy
bien, el lÃquido parecÃa evaporarse en cada trago, jugué con los hielos
buscando el mensaje secreto, no habÃa nada ahÃ, ni siquiera rastros de éter,
frene el impulso de lamer el cubito congelado, buscando un poco de licor.
Entonces le vi, habÃa estado escondido todo el tiempo, entre la
columna, la barra, un espejo y la mujer barata que bailaba para todos, sus
ojillos estaban fijos en mi, media sonrisa socarrona coronaba su expresión,
alzo su trago y brindo por mi decadencia, luego se acerco, lenta y
pausadamente, le espere; me saludo, cuando alce mi mano me di cuenta que
estaba llena de sangre, al igual que el brazo, el mareo de ninguna manera era
causado por el alcohol, a mis pies un charco viscoso nos reflejaba al diablo y
a mÃ.
Trate de encontrar algún tópico interesante, nada; hice una mueca
extraña cuando el remolino me jalo al fondo, a mi lado seguÃa la pequeña
bestia traviesa, degustando estos que son los instantes previos al caos. Mis
heridas formaban extrañas formas, alguien seguÃa gritándome que regresara,
no pude saber quien se molestaba en tan absurda petición.
Empecé a hilar un número, los dÃgitos se burlaban de mi, el teléfono
que usted marco esta desconectado no es necesario que lo reporte… maldita
contestadora; en fin para que me esfuerzo de todos modos tú no vendrás a
salvarme, estas más preocupado en conservar tu pellejo, amontonar los
recuerdos y pasear los fracasos.
Otra batalla perdida me auto sentencie, a ciegas o a locas seguÃ
buscando la salida, en ese punto de este relato el dilema de las puertas sigue
siendo el mismo, tras ellas suelo encontrar fantasmas de Xs, de Ys, de Zs, de
otras muchas que cobijaron un poco el alma, abro uno a uno de los portones,
secretamente esperando que este la abuela, mi pequeña gema, hasta vos,
pero nada solo hay despojos.
Un ciego insiste en que puede guiarme hacia el hades, no sé quien
esta mas demente si yo o el, quizás los dos, el mudo me ha dado la respuesta
acertada nada es real, todo es según dice el cristal con el que se mira, la
carcajada sigue después de la ultima silaba, venzo las ganas de cortarle la
lengua, algo me eleva, por mi boca surgen entonces toda clase de alimañas,
el tubo sigue introduciendo solución, la garganta está a punto de explotar,
por puro instinto fregativo alzo la cabeza para regalarle al galeno un poco de
mi estomago.
Abro lentamente los ojos, no puedo mover los brazos, ambos están
atados a una especie de cruz, sonrió ante la ironÃa de la situación, me digo
ándale querÃas tu redención y ahora saliste crucificada, la gota que cae en el
suero, como muda espectadora de mi particular condena, ya me la sé de
memoria, vendrán las charlas, los llantos, las terapias, los lavados de
estomago, las pastillas para vivir, el horario aberrante del hospital, lo que
llaman comida, las visitas por hora para ver si este cadáver reacciona, las
miradas acusadoras, los susurros comprensivos, quiero gritarles un par de
cosas, no tengo fuerzas, chupo un poco de resignación, me refugio en ese
mausoleo con sus paredes frescas de mármol, sus silencios, sus pequeños
naufragios.
¿Ya es hora abuela? Ella no me contesta, una lagrima cae por su
mejilla, yo no quiero que llore, siempre quise verla sonreÃr, toma mi mano
entre las suyas, están tan frÃas, me mira con sus ojos pequeños llenos de
ternura, las dos flotamos entre la cama y el techo, quiero abrazarla pero ella
ya no está, un quejido hace que voltee puedo verla tan pequeña, tan
hermosa, tan llena de luz, se parece a mÃ, su carita redonda y sus narices
chatas, quiero gritarle que no cierre los ojos, pero no puedo, entonces
duerme, yo le canto para acompañarle en su sueño.
Ya no quiero despertar
«The brain is the seat of madness and delirium.»
Esa noche un rayo partió mi interior, nada me preparo para tu arribo, una
nueva manera de vivir vino con tu pequeña presencia, has cambiado todo con
tus firmes pasos, la mirada franca y directa, esa forma tuya de enfrentarme y
presentar batalla; esa aparente fragilidad se ha desvanecido para dar paso a
una pequeña guerrera, tus manos diminutas forman puños tan fuertes que han
dado al traste con esas batallas que sabes no tienen sentido.
Y cada madrugada arribo a tu puerto, me esperas con los brazos abiertos, he
terminado por dejar que cuestiones todos mis actos, mis caminos siempre
terminan en tus veredas, tu sonrisa vence mis iras, cierro los ojos y saboreo
tu nombre, letra por letra.
Estos casi ocho años han sido sin duda los mejores tiempos que pudiste
regalarme, no quiero ser un ejemplo, tu eres un evento extraordinario que me
salva de todo aquellos demonios que siguen devorando eso que otros llaman
alma. Sigo sorprendiéndome por tu fortaleza, aunque me esconda siempre me
hayas, renuncio a marcharme de ti, seguiré siendo tu esclava, lo que me sigue
pasando es que no entiendo este mundo, donde emergiste sin previo aviso,
conquistándole de tajo.
Por ti mi trocito de carne y de sangre me he levantado muchas veces y
seguiré haciéndolo, no dejas de sorprenderme, tu intuición me rebasa…
«The brain is the seat of madness and delirium.»
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No me tientes que si nos tentamos no nos podremos olvidar... Benedetti
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Si yo soy un diente de león al aire tú eres mi ave del paraÃso.
«The brain is the seat of madness and delirium.»