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No me tientes que si nos tentamos no nos podremos olvidar... Benedetti
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Te lo dije: 'Estás hecha de metal, diente de león':
En la ciudad de la abuela, donde todo comenzó, hay una flor llamada ave del paraÃso, algún dÃa, Tú, la princesa y yo recorreremos de nuevo esos caminos.
Te queremos Te.
«The brain is the seat of madness and delirium.»
Igualmente, Mandy.
El mensaje en la botella…
Por mucho tiempo espero a que la marea arrojara un mensaje en la botella,
pero a su puerto nunca arribo ninguna botella y el mensaje jamás estuvo en
su playa, aguardo sin embargo una señal, algo que le indujera ese soport
necesario para reflexionar sobre el futuro.
Luego en un acto sublime de valentÃa opto por dejar solo un recuerdo, una
marca, una cicatriz abierta que no sana, perdió las despedidas, explicaciones
y los llantos de una larga agonÃa, ¿Quién puede entenderle? ¿De que manera
nos lo explica para hacerlo menos doloroso?, su ausencia se siente muy
dentro, un vacÃo tan frÃo como las noches que sucedieron a su partida,
añoranza en aquellos que aun no asimilan esa parte que no esperaban,
ausencia en el corazón que grita, que duele, que quema.
Con las manos vacÃas y sin muchas ganas de detener las lagrimas vertidas
cada Noviembre, ella le recuerda, práctica todo lo que aprendió, pero nada
es suficiente, a veces quiere gritar, brindar un minuto de ira por no gozar de
la despedida, quiere un par de explicaciones, todo esta negado.
Piensa encontrar un trozo de salvación en sus hijos, alimentando un
sentimiento diametralmente diferente al que anido en ella, hace pues el
esfuerzo de aplicarse cada dÃa, cada hora, cada segundo en recuperar el
mensaje, el mensaje en su botella.
Con mi especial estimación para ti, con el deseo de abrigar un poco tu
corazón.
«The brain is the seat of madness and delirium.»
«Thou wilt keep him in perfect peace, whose mind is stayed on thee: because he trusteth in thee». – Isaiah 26:3
CobÃjame en tu regazo, abre tus brazos déjame amanecer contigo, no me
hables, ofréceme tus silencios, quiero escuchar tu corazón. Hoy dejare mis
garras y colmillos junto a la puerta al lado de tus olvidos.
Por ahora no tengo nombre asà que seré quien tú quieras, el pago por tus
caricias pueden ser otros mil años de condena, aun poseo un trozo de arcoÃris
y una porción del camino amarillo. Puedes beber de mi garganta o alimentarte
de mi seno. Tú decides.
Sin pensar, sin esperar, sin ayunar puedo llegar a ti, he bajado la guardia,
también me despoje de mis ropajes, abandone todas las máscaras, solo tengo
piel para ti. Te ofrezco pues la única oportunidad de que todo sea nuestro, la
obscura noche, el dÃa que no llegará, el amanecer que amenaza con entrar
por la ventana.
Poséeme por esta única vez con la maldita rabia de lo imposible, sométeme
bajo el yugo de tus manos, esclavÃzame con tu cuerpo, rosa con tus labios
mis labios, húndete lentamente bajo mi espalda. Embriágame con el cruel
sabor de lo que no puede ser, luego puedes abandonarme de nuevo, te
aseguro me quedare varada donde me dejes.
No te amo, solo deseo con demencia tu piel, la miel contenida de tu boca, los
cantaros de luz de tu mirada, la razón de tu existencia, la yugular que tienes
en el cuello, quiero prenderme de ti, para arrebatar un solo instante entre tus
brazos.
«The brain is the seat of madness and delirium.»