Doctora Jekyll y Ms Hyde
The whole world's scared so I swallow the fear
The only thing I should be drinking is an ice cold beer
Según las normas establecidas guardaba silencio,
se tragaba lo que le molestaba, no discutía,
no se rebelaba, una férrea educación y el abuso constante forjaron un ser
inseguro, una sombra que pensaba en pecados, castigo y paraíso, aprendió a
aislarse tras las letras, se escondía tras los relatos que siempre creo para
otros no para sí misma, cumplió con cada tarea, con cada aporte, ordeno los
requerimientos de otros formándolos antes que los suyos.
Se acostó en esa cama por lo que le pareció mil años dejándole hacer,
mientras ella seguía fascinada creando figuras en el techo, se dijo que el dolor
era una morada habitual y que su alma no valía un intercambio, tenía muchas
preguntas pero no las respuestas le dio el poder a los otros para hacer de
sus aseveraciones una ley.
Trascurrieron muchos años antes de que se diera por enterada que esta vida
era suya, que le partencia solo a ella, una mañana despertó y dejo de ser la
controlada Dra. Jenckyl para convertirse en Ms. Hyde, la única a quien tenía
que rendir cuentas ya no estaba en este valle de lagrimas, así ese día decidió
no guardar nada, si había que llorar sería la primera en romper en llanto,
quería beberse el mundo a puños, saber, experimentar, crear, hacer, formar,
conocer, saborear, imaginar, seguir un camino amarillo con destino a ninguna
jodida parte, beber vino tinto con las brujas, visitar ese bar y provocar al
demonio azul, romperle la cara a la otra y amarrarla al lado de la puerta.
Paso a despedirse de la abuela, dejo nubes blancas en la tumba de su gema,
vendió al mejor postor esos sueños que siempre fueron de otros y nunca de
ella, tiro de la cadena hasta que esta dio de sí, el alambre oxidado que
contenía la ira se abrió, todo su coraje fue encaminado a levantar la mirada y
buscar un nuevo horizonte, espero la hora precisa y libero a los zorros que
inquietos no sabían que sucedía.
Encargo las promesas rotas, subasto el compromiso de ser siempre buena,
bondadosa y juiciosa, invito al diablo y la muerte a jugar domino por algunas
noches, expiro los pecados de otros, esas manchas en su alma que se
negaban a dejarle en paz.
Ahora la lucha no es con los recuerdos, ni con las bestias y sus actos, el
combate que inicia cada mañana es consigo misma, algunas veces siente
salir airosa, mientras que otras apenas se arrastra a la cama que comparte
con las pequeñas. Esta metamorfosis se antoja la última, no invita a nadie,
este proceso es solo de ella.
Vamos Leviatanes….