A pesar de que la muerte es una ley natural a la que está sometido todo ser viviente, ésta no deja de preocupar tanto al más sabio como al más ignorante.
Todo el mundo tiene temor al hecho de desaparecer para siempre de la faz de la tierra; desde los buenos, por más que presuman de valentones o indiferentes, …hasta los malvados, que son los que tienen mayores razones para aborrecer ese suceso ineludible, porque no saben con certeza lo que les espera al otro lado: si castigos por sus malas acciones durante su existencia, o el vacío de la nada.
Hay gente que cree que no se va a morir nunca. Gente que se cree inmortal; que se pasa la vida distraída, acumulando riquezas, propiedades, joyas, y haciendo muchas tonterías; pero lo cierto es que todos, sin excepción nos iremos de este mundo a su debido tiempo. ¿Cuándo? ¿A qué hora? ¿Y en qué lugar? ¡Eso es un misterio!
No importa que vayamos cientos de veces a la iglesia; no importa lo mucho que oremos; tarde o temprano tendremos que salir de este mundo, y todos los tesoros que hayamos acumulado afanosamente durante toda una vida, se quedarán aquí, donde la polilla, el comején y los buitres humanos se encargarán con placer de repartirse el botín entre sí.
Nada material puede llevarse al Mas Allá; ni ropa, ni automóviles, ni mansiones.
Puede que uno logre durante su existencia una gran cuenta en el banco, una hermosa familia con bellos hijos, o una vivienda lujosa; o puede que uno tenga en mente innumerables y magníficos planes para el futuro, pero a la muerte no le interesan los bellos sueños que abriguemos.
Estos detalles, amigo lector, son los que nos hacen pensar si valdrá la pena vivir como muchos, practicando la maldad, el egoísmo, la vanidad, olvidando que lo más importante en esta vida que hoy desperdiciamos, es el conocimiento de que hay un destino espiritual; que somos espíritus encarnados, y que debemos realizar todo el bien que nos sea posible en el breve periodo de existencia que se nos ha concedido bondadosamente.
No hay forma de eludir la muerte; por tanto, debemos estar listos mentalmente para cuando nos toque dar ese paso final del que no podemos substraernos.
Un saludo a todos los estupidos ateos de este foro.