Enunciado 1.- “El espíritu y el alma son elementos de naturaleza celestial, el cuerpo de naturaleza terrenal; en los elementos celestiales hay afinidad, correspondencia, y proporcionalidad respecto al Creador”

Entonces dijo Dios:
Hagamos al hombre a nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza;

A.- El espíritu humano es conforme a la imagen de Dios.- En dos sentidos podemos observar esta realidad trascendental: De forma estática, y dinámica; es decir lo que se es por ser de una determinada especie o linaje, y lo que se hace con esas diferencias o igualdades.
El Hombre (genérico) es libre, creativo, noble, estético, justo, legislador, filántropo, constructivo, social, moral, ético, etc., y todas las características que conforman la calidad de la raza humana, que nos diferencia abismalmente de la bestia; así todas nuestras cualidades no se pueden explicar en términos evolutivos porque se es humano o no; todas las teorías que tienen tales presupuestos jamás podrán explicar porqué el hombre inicia su rastro sobre la tierra en un periodo de no más de siete mil años en el pasado histórico, dejando en su estela maravillas que superan a la intelectualidad moderna, con medios y conocimientos integrados y todo, al grado de no poder entender como fueron hechas gracias a la tara de la evolución; si bien el hombre a desarrollado la tecnología como una muleta para sus deficiencias, es increíble que los antiguos no necesitaron nuestros medios e hicieron portentos en los que se evidencia un dominio impresionante del intelecto en materia de ingeniería, imperio, y supervivencia, de lo cual somos herederos y linaje universal.

Y algo más notorio es que en esas épocas uno de los móviles más significativos para tales prodigios fue la inherente capacidad del espíritu humano de sondear en el plano de la filosofía lo místico que prácticamente llevó al hombre a objetivos precoces de alcanzar las estrellas y pretender la bendición de un ejercito de dioses para todos los gustos y necesidades, si bien la afinidad del espíritu humano con el Espíritu de Dios le ha mantenido en una incesante búsqueda de ese algo que sustenta todas las cosas, siendo eso lo que hace esencialmente a la religión que al fin de cuentas es el hecho de que el hombre busca a Dios, y al no hallarle con los medios de nuestro existencialismo a llenado ese vacío con todas las doctrinas, filosofías y deidades que conocemos y sabemos que hubieron, y aunque no haya dioses de la forma antigua en la era moderna, es por que están actualizados con diversos nombres y tendencias de las masas, como ser: Ciencia, moda, hedonismo, humanismo, etc.

Por todo esto es que Dios dejó al hombre acumular cierto grado de ansiedad por conocerle hasta que se manifestó en el monte Sinaí con el nombre de el gran <<YO SOY>> punto de donde arranca la Biblia con un contenido retrospectivo y consistente con la joven historia de ese entonces, corroborada por una simiente y genealogía que llegaría hasta Cristo.
Sin embargo el espíritu humano es material que se forja en el crisol de la vida llegando a conformar lo visible de él cual es: El carácter, el talento, el idealismo, etc., pero los siglos nos hablan que todo ello fue degradándose al extremo socialista de que el hombre piense que más vale ser esclavo con el estómago lleno, que libre y sin oportunidades, por que adolecemos del espíritu de los antepasados de los cuales son nuestros grandes próceres y paradigmas de la sabiduría y el sacrificio por la humanidad.
No es de extrañarse que el humilde carpintero de Nazaret hubiese llevado a cabo una misión en que uno de sus objetivos es dar vida a nuestro espíritu inerte o domesticado por entidades y filosofías que hasta hoy como nunca le han quitado al hombre el privilegio de apreciar el hecho de ser a imagen de Dios, es decir el espíritu humano en esencia es como el del Creador, ignorar eso es la madre de todas las miserias de la humanidad, y la razón de que transitamos el camino a la deshumanización y bestialidad.

Lo último que deseo decir al respecto es que El espíritu es el punto de fusión entre Dios y el alma humana, y el medio de introspección por excelencia, que mientras esté en más íntima relación con el Supremo Espíritu, nuestro espíritu que es copia fiel al de Dios tornara al hombre en una criatura en constante progreso hacia la calidad del único hombre que en la tierra satisfizo todas las condiciones de la perfección, Él es: Jesucristo, el Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de Paz. (Is. 9:6)

B.- El alma humana es conforme a la semejanza de Dios.- Por lo menos en tres sentidos el alma se asemeja a Dios, y tales rasgos son absolutamente necesarios.
1. “Conforme a .. Es decir, Proporcionalmente, somos una versión pequeña de Dios en todo sentido.
Por correspondencia, poseemos rango y dignidad de acuerdo a la deidad, con respecto al resto de las criaturas de nuestro planeta, de otra forma el ser humano no conocería la emancipación y las jerarquías, el hombre así tiende hacia la superación y el estatus, o todos estaríamos conformes con ser “un, don nadie”.
Por afinidad, o no existiría ninguna intersección racional, unidad de criterios y objetivos trascendentales, ni adecuación de gustos e intereses etc., entre Dios y el hombre.
Seríamos realidades paralelas eternamente distanciadas por carecer de conformidad y reciprocidad.
2. Semejanza...” Significa: que no es lo mismo, pero es igual, o sea , Una perfecta analogía; así, somos iguales al creador en contenido pero no en calidad ni cantidad.
Tres áreas son expresiones del alma humana: El intelecto, las emociones, y la voluntad.
Paralelamente:
El hombre es inteligente,
Dios es omnisciente
El hombre puede amar y busca la aceptación, Dios es amor
El hombre tiene libre albedrío y puede decidir ser un virtuoso o perverso, es un derecho que asume en su propia persona jurídica, obviamente puede elegir lo que quiera pero no las consecuencias de su elección. Así Dios es soberano, fiel a su palabra.

Pero el alma también es el punto de fusión entre el espíritu humano y su cuerpo físico, y si se quiere, se alimenta de lo espiritual, y hace trabajar al cuerpo en correspondencia a sus tres principales funciones.
Pero también hallamos una función aleatoria y que nos desconcierta en su desempeño, que actúa según el desarrollo del ser humano en las etapas y ciertas circunstancias de la vida, hablamos del instinto, cual poderosa fuerza en veces y oportuna respuesta a estímulos de origen desconocido, siempre ha hecho su trabajo rompiendo los esquemas de la lógica, los sentimientos y la voluntad pues como usted ya sabe no depende de ninguno de ellos, más bien los eleva a niveles admirables de percepción, reacción y preservación de la vida propia y de los más allegados consanguíneos, llegando a ser el elemento magnético que puede mantener la unidad y el contacto interpersonal aún en la distancia y el tiempo, y es el incansable casamentero de la historia.

Me parece que el instinto nos hace experimentar una semejanza con la omnipotencia del creador y la trascendencia hacia la omnipresencia; no es pues raro que tal capacidad del alma haya sido el caldo de cultivo de numerosas disciplinas que buscan la verdad en el ocultismo y sus derivados haciendo de lo paranormal la fe que al fin de cuentas su único objetivo es postrar a millones de personas, a los pies del ángel expulsado del cielo.