No se si sos gay , pero a como me dice una amiga mia - saliba y saliba y babas para que no duela jajjajaja
Pues una vez tuve esa experiencia y me dolió mucho, por lo que ya no me dejo por nada, yo creo que debes comprar dilatadores y lubricantes, incluso existen acostumbradores, que no son mas que juguetes que te introduces de vez en cuando.
El tema es tratarse con cariño y recorda que estamos en el 2012 y hay mil productos disponibles para que podas hacer tus relaciones placenteras.
en mi caso mi novia lo queria intentar pero a mi no me llamaba la atencion... ella insistia e insistia que lo queria y yo le decia que no gracias... cuando le comente a un amigo me pregunto que si yo estaba loco que porque no queria sexo anal con ella, y le dije que jamas me penetrarian con un vibrador, ni loco jaja
ese es mi chiste malo del dia
Pero ya en serio usen lubricante y enema
¡Seis páginas para no decir nada!
He observado que la autora del hilo, pussycat, desde septiembre no ha vuelto a pisar por aquí. Vamos, que lo que digamos en el tema ya a ella no creo que le interese.
Sea como sea, estoy de acuerdo con... (me váis a perdonar, soy nueva y aún no os conozco). A lo que voy, sí estaría bien que muchos hombres que no tienen ningún remilgo a la hora de pedírselo a su pareja se aplicaran un poco de su misma medicina. Si una mujer no quiere probarlo, no hay por qué insistir ni convencerla. Es tan respetable como si no quiere probarlo un hombre. ¿O no?
Sé que un hombre puede disfrutar mucho de los juegos por detrás en su propia persona, lo sé por experiencia ajena. No deberíais tener tantos prejuicios, y deberías probar para saber al menos lo que os estáis perdiendo. En cualquier caso, repito, es respetable que no queráis hacerlo. Tanto, como que no quiera hacerlo una mujer.
Para evitar el dolor, paciencia, lubricación, más paciencia, más lubricación, sin prisas, más lubricación y mucha mucha mucha relajación. Si se crea ansiedad, se tensan los músculos y dolerá.
Cuando una mariposa bate sus alas, al otro lado del mundo se crea un tornado.
Muérdeme la lengua, sangraré palabras proscritas; cuando los labios intenten contener mi arrebato, muérdeme tambien la boca y entonces sangraremos juntos palabras vivas. Teresa Delgado