Vivir y morir en Venezuela no es ninguna broma. Con unas tasas de homicidios superiores a Colombia, Brasil e incluso a Irak, las cifras rebasan a las de países en guerra. Muchos estudios consideran a Caracas como la segunda ciudad más peligrosa del mundo solo por detrás de Ciudad Juárez. La delincuencia y la corrupción campan a sus anchas. Una realidad terrible para los sufridos venezolanos.

http://mundocriminal.wordpress.com/2...eligro-mortal/

El ministro del Interior de Venezuela, Tareck El Aissami (si, ese es su nombre, no es un error) reconoció que “la tasa en Venezuela es de 48 homicidios por 100.000 habitantes, y que está por encima de la media en Latinoamérica. Sin embargo, de acuerdo al Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV), una ONG especializada en el tema, el total de homicidios en todo el país fue de 17.600, lo que representa una tasa de 57 asesinatos por cada 100.000 habitantes, la más alta de la región junto a la de El Salvador.

Por contraste, Colombia registra 32 homicidios por cada 100.000 habitantes, Brasil entre 19 y 20 y México de 10 a 12. En Irak, el mismo año, murieron violentamente 4.644 civiles, 17 por cada 100.000 habitantes.

El sociólogo venezolano Roberto Briceño León explica las características de la delincuencia de su país.”Es una violencia generalizada. En los otros países de la región, la violencia está más vinculada con el crimen organizado. Aquí tiene que ver con el crimen cotidiano y desorganizado. No es las FARC o la Familia Michoacana, o el Comando Primero en Sao Paulo. Por eso afecta mucho más a la población”. Y afirma sin tapujos que Caracas es la ciudad más violenta del mundo.

Desde que el presidente Chávez está en el poder se han implementado más de 16 planes de seguridad pero la tasa de homicidios no para de crecer. Ante un problema de esta magnitud el gobierno de Hugo Chávez decidió en 2005 dejar de dar datos oficiales y censuró diversos periódicos con la excusa de no dar publicidad a los crímenes.

A falta de estadísticas oficiales los medios locales recurren a diversas fuentes para tratar de vislumbrar la magnitud del problema. Según datos recabados de la morgue de Bello Monte más de 500 personas habían fallecido de manera violenta el último mes del año 2010, sólo en el área metropolitana de Caracas.

En el metro de Caracas los “malandros”, como llaman allí a los delincuentes, asaltan en las escaleras y en los andenes, pero lo más grave es que grupos de varios delincuentes -armados- toman un vagón repleto de pasajeros y les quitan todas sus pertenencias sin que las cámaras de seguridad alerten al personal del Metro de Caracas para que los delincuentes sean detenidos. Como el delito queda impune, se repite a cada rato. Se habla de complicidad interna. Desde hace un tiempo, usar el metro de Caracas -otrora orgullo de la ciudad- es vivir una angustia terrible porque, como en una ruleta rusa, no se puede saber qué vagón será el próximo blanco de un delito que no entiendo por qué no lo puede controlar un gobierno formado por militares.

Se calcula que en Venezuela, con 26 millones de habitantes, hay en circulación 15 millones de armas. El presidente del Instituto de Investigaciones de Convivencia y Seguridad Ciudadana (INCOSEC), Pedro Rangel, afirma que de media cada hogar venezolano cuenta con tres armas bajo su techo, algo “totalmente desproporcionado” a juicio de Rangel, ya que “la posesión de armas por parte de la población civil influye notablemente en la violencia de las calles”.

Según datos de INCOSEC recogidos en el área metropolitana de Caracas durante el primer semestre de 2009, el 98 por ciento de los casos de homicidio fueron con armas de fuego y el 60 por ciento de los cadáveres presentaban heridas por más de cinco disparos.

“En los barrios populares da igual que maten 60, 70 o 50 en un fin de semana, ellos conviven con la inseguridad y lo han hecho durante muchos años, por eso no lo relacionan con Chávez sino con la pobreza, con sus circunstancias”, opina Luis Vicente León director de Datanálisis.

Violencia, pobreza e impunidad

Entre los motivos que han detonado esta violencia y el clima de inseguridad que se vive, están: consumo de drogas y alcohol, alto nivel de desempleo, alta densidad poblacional, pobreza, inequidad, culto a la violencia, pocas redes de contención económica y ausencia de un sistema de justicia.

Para 2004, según los estudios para la paz y defensa de derechos humanos en la Universidad Central de Venezuela, 93% de los asesinatos no conllevaban alguna condena. Esta cifra no parece haber mejorado en los años recientes. En Venezuela la gente siente miedo de denunciar los crímenes, los tribunales funcionan a paso de tortuga y se encuentran sujetos a una corrupción increíble. Todo esto propicia que los ciudadanos se tomen la justicia por sus propias manos.

Situación policial

Los cuerpos de policía de Venezuela, tal como existen en la actualidad, “no sirven para garantizar la seguridad del país”.La frase no es de un portavoz opositor, sino de Soraya El Achkar, secretaria del Consejo Nacional de Policía, organismo que trabaja en la transformación de la institución policial.

En Venezuela existen más de 100 cuerpos policiales adscritos a diferentes entes estatales y municipales. En el año 2006 se realizó el primer diagnóstico sobre la situación policial en el país y los datos reflejaron regímenes laborales arbitrarios, ausencia de control externo, carencia de un código de conducta, disparidad en el equipamiento, forma de organización poco racional, cultura militarizada y un uso de la fuerza abusivo y poco racional, entre otros vicios y carencias.

El Achkar, quien como activista de Derechos Humanos defendió durante años a las víctimas del abuso policial, refirió que ese año se estima que un promedio de 12 personas morían mensualmente a manos de efectivos policiales. “La policía que tenemos hoy no es una policía profesional (…) Ésta es, sobre todo, una reforma pedagógica y educativa”, indicó.

Según El Achkar, el resultado final del proceso será la sustitución de un modelo represivo por uno preventivo. Se refiere a la institución policial en Venezuela como organismos creados a partir de los gobiernos de turno, a la medida de los partidos políticos y que han crecido como un pequeño ejército del gobernador o del alcalde. Esas policías se descentralizaron sin haber creado una política nacional que las rigiera.

Por su parte, el criminalista venezolano Fermín Mármol León, profesor en la Universidad Santa María de Caracas, declaró a la prensa que “el ambiente de impunidad que prevalece en Venezuela ha creado las condiciones para desvirtuar y corromper las fuerzas del orden público en el país, propiciando la formación de bandas compuestas por policías y ex policías”.

Según datos recopilados por Provea, organización de derechos humanos, unas 237 personas murieron a manos de agentes de la policía entre octubre del 2009 y septiembre del 2010. De esa cifra unos 199 casos fueron clasificados por dicha ONG como ejecuciones extrajudiciales.

El relato anónimo de un policía venezolano ilustra perfectamente la situación “Muchos vecinos están de acuerdo con que el policía mate al delincuente, en vez de seguir juicio penal, y hay personas que lo proponen a la policía, hasta proponen pago de dinero si la policía logra quitarles de encima a los malandros. He escuchado a compañeros que dicen que ya yo no hago nada a cambio de nada; ya se están acostumbrando los policías a recibir dinero de la gente para mover un dedo”.

Entre las medidas destinadas a paliar esta crítica situación está la formación de La nueva Policía Nacional Bolivariana. Se ha iniciado un proceso de Homologación y Reclasificación de los funcionarios policiales, se establecieron normas y procedimientos por los cuales los efectivos pudieran hacer el cambio y adaptación al nuevo modelo policial propuesto por el Estado venezolano.

Conflicto político

La compleja situación política de Venezuela no favorece la mejora de la seguridad pública y el control de la delincuencia. Existen dos polos muy enfrentados que se acusan mutuamente de responsabilidad por la grave crisis de crímenes en el país. El presidente Hugo Chávez ha manifestado en alguna ocasión que se trata de un problema mundial y también lo ubicó temporalmente “en los años ochenta y noventa cuando (…) la pobreza alcanzó 70% y la miseria se ubicó en 25%”. También responsabilizó a Colombia de haber exportado a Venezuela el sicariato y el paramilitarismo, a los cuales atribuyó la violencia existente en los barrios. Calificó el fenómeno como “parte de un plan del imperialismo” y de la oligarquía del vecino país contra Venezuela.

“Esa interpretación no se corresponde con la realidad (…) Los jóvenes que hoy tienen veinte años, hace once (cuando Chávez llegó al poder) tenían nueve, y han cometido sus delitos durante esta gestión de gobierno”, replica Briceño León.

Evidentemente las responsabilidades del gobierno en Venezuela las tiene Hugo Chávez desde el año 1999. Y en los estados democráticos es a los gobernantes a los que hay que pedirles explicaciones por la situación de sus respectivos países. Pero claro, está inmerso en lucha global contra el imperialismo americano. Y los yankis son los culpables de todos los males de su país. Ya tiene excusa perfecta y una teoría de la conspiración que justifica su mala gestión de la seguridad pública. Mientras tanto los sufridos ciudadanos venezolanos se juegan la vida a diario en sus calles.